Entre las frases más repetidas que escuchamos cuando niño, pocas superan al Sana, sana, potito de rana, si no sana hoy, sanará mañana, seguido de un nanai y la obligatoria aplicación de un parche curita.
No debatiremos el origen de aquella frase, eso dejémoslo a los científicos que por décadas han sido cautivados por sus implicancias (¿Las ranas tienen culo? ¿Cómo su existencia se relaciona con la curación en infantes?). Sí hablaremos sobre el parche curita o más bien, lo que podría ser si se confirman las propiedades de un nuevo vendaje desarrollado por científicos de la Universidad de Swinburne, en Australia.
"En la mayoría de las personas, las heridas curan rápidamente, pero para otras, el proceso de curación se estanca y la herida tarda mucho más en sanar. Esto las hace vulnerables a una infección", dice Martina Abrigo, investigadora principal y candidata a doctorado de la universidad.
El equipo desarrolló un tejido que extrae las bacterias de la herida, atrayéndolas a un ambiente mucho más "seductor" que el cuerpo humano, no dándoles oportunidad de infectarla. Esto se logró gracias a un vendaje de nanofibras, hecho a partir de un proceso llamado electrohilado y a un compuesto llamado alilamina.
El electrohilado es un proceso que utiliza un campo eléctrico para generar fibras, en este caso 100 veces más finas que un pelo humano, a partir de una solución líquida de polímeros. Un estudio realizado previamente por estos mismos científicos, demostró que estas nanofibras, cuando son de un tamaño similar al de las bacterias, hacen que éstas se adhieran a ella en gran cantidad. Así se demostró en una prueba sobre una película con Staphylococcus Aureus (estafilococo dorado), una bacteria asociada a infecciones de la piel.
En otro de los experimentos, se probó recubrir la venda de nanofibras con alilamina, un antifúngico, y ácido acrílico, recientemente experimentado como antibacterial, para luego aplicarse sobre una película de E. Coli, protagonista usual de infecciones en el ser humano. Mientras la venda recubierta con ácido acrílico tuvo tanto éxito entre las bacterias como una película francesa de cine arte (o sea, nada), aquella con alilamina atrajo una gran migración de bacterias hacia el tejido, independiente del tamaño de las fibras.
El tercer experimento buscaba probar lo mismo, pero aplicado en piel artificial hecha de biomateriales, prácticamente piel de verdad. Aún no se han publicado los resultados, pero, según la universidad, "indican que efectos similares se pueden observar en tejido vivo".
"Esperamos que este trabajo nos lleve a los vendajes inteligentes que puedan prevenir infecciones", agrega Abrigo. "Los doctores podrían poner uno sobre una herida y simplemente despegarlo para deshacerse de los gérmenes".
Si se confirman sus propiedades en heridas reales y se comprueba que tiene un impacto en la recuperación de heridas, podríamos ver este tejido no solo en parche curitas, sino también en todo tipo de vendajes y artículos de primera necesidad para personas diabéticas, con quemaduras o cualquier otra complicación que impida la curación rápida de heridas.