351 mil han cruzado el Mediterráneo para llegar a Europa, mientras que varios miles tratan de atravesar los Balcanes para ingresar a través de Hungría y otros miles esperan pacientes en la ciudad francesa de Calais por la oportunidad de cruzar a Gran Bretaña. ¿El sueño de todos estos refugiados? Asentarse en un país que los reconozca como tales y les dé la oportunidad de rehacer sus vidas.
A las barreras geográficas que deben enfrentar (que no son pocas) estos ciudadanos, principalmente de Siria, Afganistán y África Occidental, deben lidiar también los obstáculos de gobiernos como el húngaro, que comenzó a armar sus fronteras para rechazarlos a la fuerza y el búlgaro, que construyó un muro, como también con la acción de movimientos de ultra-derecha que no temen en mostrar su descontento en protestas públicas.
Con este tipo de noticias, uno pensaría que poco y nada se está haciendo para recibirlos e integrarlos. Por suerte la realidad a nivel local es muy distinta.
Asimilar culturas extranjeras ha sido parte del día a día en el continente desde que el antecesor de nuestra especie vino de África. Si Europa es lo que es hoy, se debe justamente por el tira-y-afloja de miles de años entre romanos, árabes, africanos, asiáticos y nórdicos.
En este espíritu han surgido propuestas e iniciativas de organizaciones y ciudadanos corrientes que, aunque no ocupen la primera plana de los diarios, como sí lo hacen los naufragios y los muros, existen para demostrar que la puerta nunca estuvo cerrada.
"Los refugiados son bienvenidos" en el fútbol alemán
La semana pasada, el equipo alemán Borussia Dortmund contó con invitados especiales en su partido contra el equipo noruego Odds Ballklubb.
220 nuevos hinchas que son al mismo tiempo refugiados.
La iniciativa es parte de un programa de acomodación de refugiados llamado
Angekommen ("Bienvenidos"), que busca integrar a estos nuevos habitantes del país en la cultura alemana. Y nada más alemán que un buen partido de fútbol.
El Borussia no está solo en sus esfuerzos. El pasado fin de semana, equipos como el Werden Bremen, el Hamburg y el Bayern Munich también contaron en sus barras con pancartas con la frase
Refugees Welcome, que, además de ser un llamado invitador, es el nombre de una organización que conecta a personas con piezas disponibles con refugiados que las necesitan. Más de cien de ellos han encontrado un lugar temporal donde vivir gracias esta iniciativa.
Mi casa es tu casa
Y no son solo los alemanes quienes, literalmente, abren sus puertas a los refugiados. Austríacos e islandeses también se han sumado de forma masiva a esta nueva forma de
hogares temporales, una alternativa a los centros de refugiados al tope de su capacidad que además facilita la integración mediante el contacto diario con sus anfitriones.
En el caso de Austria es la misma organización,
Refugees Welcome, la que coordina el emparejamiento. A la fecha llevan 44 refugiados reubicados en las ciudades de Eisenstadt, Knittelfeld, Salzburgo y Viena.
Mucho más al norte, en la aislada Islandia, también se trata el tema de los refugiados. Si bien por posición geográfica es un destino menos frecuente, el gobierno del país nórdico anunció recientemente que darían asilo a 50 refugiados ¿Poco, no?
Lo mismo piensan sus ciudadanos.
En pocos días,
más de 11 mil islandeses han ofrecido sus hogares vía redes sociales, dando a entender a su gobierno que la cuota establecida era vergonzosamente baja y que se podían permitir acoger muchos más.
Además de un techo, los islandeses han ofrecido alimento, abrigo y introducción a la historia del país."Soy una madre soltera con un hijo de 6 años... podemos hacernos cargo de un niño necesitado.
Soy profesora y le enseñaría a hablar, leer y escribir en islandés y ajustarse a la sociedad islandesa. Por supuesto que pagaría el ticket de avión", es uno de los conmovedores escritos.
Refugiados y programadores
De los
mitos que los refugiados deben desmentir constantemente, uno típico es el de la idea de que son una carga para el país que los recibe. No hay duda de que la integración a la fuerza laboral es el camino que trata de tomar la mayoría, pero es una situación compleja cuando no se habla el idioma local y su educación previa no ha sido validada. Una organización berlinesa resuelve esto a través de un idioma universal, la programación.
Refugees on Rails es una iniciativa con pocos días de vida (su sitio se lanzó el 31 de agosto), cuyo objetivo es crear una escuela de programación para que refugiados puedan aprender y mejorar sus conocimientos en esta área, y así tener las herramientas para incorporarse al mercado y, por qué no, crear sus propias iniciativas. Actualmente llevan a cabo una campaña de recolección de notebooks en desuso, los que cobrarán vida en el futuro en manos de sus alumnos.
Solidaridad húngara
Mientras algunos de sus compatriotas vigilan celosamente la frontera con Serbia, al mismo tiempo han surgido grupos de civiles en varias ciudades húngaras, organizados en
grupos llamados Migszol (solidaridad migrante), que se preocupan de darle comida y abrigo a los refugiados, principalmente sirios y afganos, atrapados en sus fronteras y estaciones de trenes.
El primero de ellos surgió en Szeged, al sur de Hungría.
Así lo recuerda Márk Kékesi, su fundador: "A mediados a junio había un frío sorprendente y no tenían ni mantas ni ropa abrigada. Entre ellos habían a veces bebes, así que les hicimos té caliente y les trajimos ropa más abrigada".
En pocos días un grupo de Facebook agrupaba a varios miles de personas, quienes donaban alimentos, ropa y dinero, según era necesario.
A la fecha este Migszol se compone de más de 200 voluntarios que asisten a entre 400 y 800 personas cada día.
La organización que agrupa estos grupos de apoyo en terreno también se propone tener un efecto en la esfera política, mediante manifestaciones y conciertos que envían un mensaje fuerte claro:
no queremos un muro en nuestras fronteras.
Una de las protestas organizadas por Migszol. Fuente: Migszol
Turismo caritativo
Hoy en Grecia resuenen tres palabras con fuerza; crisis, por la situación económica que arrastra desde hace varios años; refugiados, por ser uno de los lugares de tránsito de miles de ellos; y turismo, porque, pese a todo, una escapada a las islas griegas sigue siendo irresistible para muchos.
Hoy
agencias de turismo griegas están aprovechando el flujo de visitantes para ofrecer una promoción interesante: 20 kilos de equipaje gratis si es ayuda para refugiados. Así se ven llegar a turistas con varias bolsas de zapatillas, bufandas, mantas, entre otros objetos, que son recogidos por las agencias y entregados en centros de ayuda para refugiados.
Así están consiguiendo que la industria del turismo no solo sirva para alivianar la crisis económica, sino también la de refugiados.
¿Conoces otras iniciativas que ayuden a los refugiados?
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