Hay países lejanos a occidente que son un misterio para nosotros. Los medios cuentan lo que pasa allá adentro, pero de manera tan parcial e incompleta, que pareciera ser que todo es política o guerras ,y que lo que sabemos, es lo que unos pocos quieren que se sepa.

El norteamericano Brandon Stanton, autor de Humans of New York, estaba incómodo con esta situación, así que creó un nuevo proyecto puertas afuera de su ciudad. Con una cámara fotográfica, logró hacer un agujero en el muro de la información, y mostró una nueva perspectiva de remotos lugares, dejando al descubierto la intimidad de esos hogares, develando los rostros de sus habitantes, explicándonos sus hábitos, costumbres, realidades, alegrías y sufrimientos. Y de paso, ayudando no solo a derribar prejuicios, sino también a reunir millonarios fondos para una fundación que lucha contra la esclavitud a través de donaciones de sus seguidores.

De Nueva York a Irán

Para quienes no saben de Humans of New York (HONY), es un proyecto fotográfico iniciado el 2010. Su objetivo es mostra,r a través de imágenes acompañadas de breves textos, las historias de personas comunes y corrientes que habitan la ciudad que nunca duerme: Estudiantes, inmigrantes, constructores, señoras de edad, oficinistas, matrimonios, desempleados, cristianos, suicidas... todos. Porque para el fotógrafo, cada persona que se cruza en la calle tiene una historia digna de contar. Hoy, cinco años después, su cuenta de Facebook tiene más de 14 millones de seguidores, quienes han logrado asomarse en la intimidad de desconocidos, derribando prejuicios y barreras geográficas.

Cuando Brandon vio el poder comunicacional que tenía su proyecto, decidió ir a Irán. La historia entre Estados Unidos y el país de Oriente Medio ha estado tan cargada de conflicto, que los norteamericanos tienen una imagen muy distorsionada e incompleta de quienes forman parte de ese país. Eso, hasta que se hizo Humans of Irán. Fue el primer viaje internacional con HONY, al que le sucedieron muchos y de variados países. Hoy, Brandon acaba de hacer su versión número dos de Irán y sumó un Humans of Pakistán en el camino. El resultado ha sido realmente inspirador.

Por sobre todo, humanos

Extracto de una carta abierta escrita por Lyla Qureshi, mujer pakistaní:

"Brandon, es cierto que mi país, al igual que cualquier otro país en el mundo, está lleno de gente horrible que hace cosas terribles. Mi estado ha sido conocido por tomar decisiones estúpidas también. Sin embargo, hay mucho bueno aquí también. Hay tan buenas almas aquí; personas que restauran la fe en la humanidad. Siempre hay otra cara de las cosas y tú, amigo, estás mostrando al mundo ese lado. Nos están haciendo un tremendo favor. Tu no puede saber cuánto significa tu llegada y las imágenes resultantes para nosotros. Mi país es hermoso, Brandon. Un millón de gracias a ti por mostrarle al mundo nuestra otra cara".

Cuando se le pregunta a Brandon porqué hace lo que hace, responde que porque ama hacerlo y no porque hay un significado detrás. No hay una filosofía detrás de su iniciativa y si tiene algún sentido, quiere que salga naturalmente y no impuesto por él.

El censo fotográfico del último viaje comenzó en Valle de Hunza, Pakistán, con la historia de un hombre que recordaba su infancia en el valle. En ese entonces caminaba tres días para llegar a donde hoy tarda 2 horas; dejó la escuela para ayudar a sus padres y trabajaba de mesero hasta las 21:00 hrs. Siempre tenía hambre. Un día, a los 16 años, fue a una ciudad cercana, y no podía creer cuando vio a un niño vestido de escolar comiendo en un restaurante. Siempre pensó que todo el mundo era igual a su valle, que todos los niños tenían hambre. Y rompió en llanto.

Luego siguió a Passu, Babusar Top, Karachi y Lahore, donde conoció a Syeda Ghulam Fatima. Una mujer que se dedica a ayudar a los pakistaníes que trabajan en las fábricas de ladrillos, que en realidad es una forma de esclavitud laboral moderna: cada miembro de las 40 familias que trabajan en los hornos, debe hacer mil ladrillos al día, desde las 5 de la mañana hasta que cumpla la meta. Una vez, Syeda intentó organizar a los empleados para pedir mejores salarios, y cuando la descubrieron los responsables de la fábrica, la golpearon, la desnudaron y la ataron durante horas a un árbol.

Al darse a conocer esta historia en Facebook, los seguidores preguntaron cómo podían ayudar y se realizó una campaña de recaudación de fondos durante 4 días. ¿Cuánto lograron reunir? Más de dos millones de dólares, destinados a “The Bonded Labour Liberation Front”, organización levantada por Syeda, la que busca ayudar a las familias a salir de los hornos, rehabilitarse y recuperar sus derechos.

"No le pongas que te gusta, compártela", es lo que le pide Brandon a quienes siguen su trabajo por las redes sociales. Ni una imagen de las tomadas en Pakistán tienen menos de 2.000 compartidos y algunas superan los 30.000. La idea es que cada vez sean más las personas que miran por el agujero del muro, y conozcan los rostros e historias que se esconden en la cotidianidad.

"Habitantes" of Chile

A fines del año pasado, el fotógrafo Pablo Izquierdo (30) estaba en Quinta Normal por encargo. "Mi profesor me recomendó que no sacara más fotos sin permiso y que no caminara por la calle como si estuviera en un safari con un lente gigante". Por eso partió con un lente sin zoom a preguntarle a las personas que le llamaban la atención, si podía retratarlas. En eso apareció Mabel, una mujer de 95 años, con la coquetería de una quinceañera. Conversaron largo y ella invitó al fotógrafo a su casa. Le mostró sus álbumes de juventud, le habló de sus "como 13 hermanos" y le confesó que su padre no la dejó ser monjita.

Pablo subió a Facebook las imágenes que le había sacado durante toda esa tarde a Mabel y contó brevemente su historia. Al día siguiente, tenía cerca de 100 compartidos y muchísimos comentarios, que lo incentivaron a buscar otros "Mabel". En ese indagar por las calles, conoció a Allan, quien canta en las micros hace 30 años, y a Hugo, un colombiano que no ha tenido hijos por miedo a que lo demanden. También a Teresa y Ana, vecinas hace 70 años, ambas, enfermas de las piernas.

Todas esas historias le dan vida a Habitantes, que se actualiza por lo general los lunes a la hora de almuerzo. Hablamos con Pablo para que nos contara qué lo inspiró a realizar este proyecto:

¿Hay influencia de Humans of New York en tu trabajo?

-" Sí, creo que tiene influencia de HONY, pero no lo había pensado. Una vez que se hizo más público Habitantes, la gente lo empezó a comparar y ahí vi que claro, había harta similitud. Los dos hablamos de las personas, las retratamos en imágenes y resaltamos la individualidad del ser humano. Pero lo mío partió como una búsqueda fotográfica, no con un objetivo sociocultural como puede haber sido el caso de HONY. Yo trato de contar una historia cercana, de mostrar el hábitat de las personas, sus casas, sus lugares de trabajo, dónde matan el tiempo. El trabajo en términos fotográficos de Habitantes puede ser más relevante en la historia que en el de HONY, donde se usa solo una foto por personaje y una cuña".

- ¿Qué es lo que más te gusta del proyecto?

"Que acerca a las clases sociales. Por lo general hago Habitantes en Santiago, que está tan dividida y segmentada como ciudad, que muchas veces siento que la fotografía toma un rol de puente entre todos esos mundos y los presenta. Aunque sea a través de las redes sociales, creo que construye".

- ¿Qué se viene para Habitantes?

"Se viene seguir expandiendo esto a más gente, que la fotografía personal, de retratos, llegue más a las fundaciones. Me encantaría especializarme en eso y quizá hacer Habitantes en otros lugares. Ya he hecho varios de Valparaíso, y con ese material voy a hacer una exposición que se inaugura el 22 de septiembre en el puerto (Calle Prat 887, piso 5). Son retratos de personas que ejercen algún oficio y sus historias. Es muy interesante ver lo que une a ascensoristas, muralistas, pescadores, etc. Hay algo en Valparaíso que cambia la manera de ver la vida a sus habitantes".