El diagnóstico precoz es la principal bandera de batalla de diversas campañas sobre el cáncer, diabetes y afecciones cardíacas, y por una buena razón: saber de forma oportuna cualquier anomalía presente en el cuerpo impacta de forma directa en nuestra expectativa de vida, siendo incluso, en algunos casos, la diferencia entre la vida y la muerte.
Buena parte de los esfuerzos científicos (y sus presupuestos) van por este lado también. Anteriormente hemos cubierto alternativas no invasivas como filtro de sangre y nanotubos para la detección del cáncer, a lo que hoy sumamos una innovación que viene de la mano de investigadores australianos, quienes han desarrollado un sistema similar al alcotest que sería capaz de "oler" varios tipos de cánceres y diabetes, entre otras enfermedades.
"En vez de olfatear una variedad de olores como lo haría un perro, el sistema láser usa luz para 'sentir' el rango de moléculas que están presentes en una muestra" explica en un comunicado el doctor James Anstir, de la Universidad de Adelaida, en Australia.
No es ningún secreto que los perros son capaces de detectar ciertos tipos de cánceres. Si bien estudios han comprobado que no lo hacen lo suficientemente bien como para ser una forma alternativa a las pruebas tradicionales, la base científica de cómo lo logran es bastante sencilla.
Lo que la nariz del perro capta son ciertas moléculas liberadas en nuestro aliento que el básico sistema olfativo humano (en comparación) no logra discernir. Claro, somos capaces de detectar el aroma del café y de un buen asado, pero con ciertas moléculas inusuales producidas por un cáncer pulmonar, por ejemplo, no hay suerte. El sistema desarrollado por el equipo australiano nos asistiría en ello.
El láser especializado envía hasta un millón de frecuencias de luz distintas a través de la muestra (que sería el aliento). Como distintas moléculas absorben la luz en frecuencias ópticas diferentes, cada una tiene una huella molecular única que el instrumento puede identificar. En otras palabras, se trata de un peine de frecuencias ópticas.
Existen estudios que demuestran que no solo el cáncer puede ser detectado en moléculas anómalas en el aliento, sino también la diabetes y el asma, explica Anstir, por lo que, en teoría, todas estas enfermedades podrían ser incorporadas en el dispositivo. Otras aplicaciones potenciales incluyen la medición de trazas de gases, como el dióxido de carbono atmosférico y la detección de impurezas en corrientes de gas natural.
La tarea a futuro del equipo es llegar a un diagnóstico tan certero como el de un examen más invasivo. "Tenemos un sistema robusto capaz de detectar la presencia y concentraciones de moléculas en una muestra. El siguiente paso es realizar el muestreo e interpretar los niveles de forma precisa que, naturalmente, variarían de persona en persona", dice Anstir.
El equipo espera poder desarrollar un prototipo en los próximos dos a tres años, y un modelo comercializable de fácil uso para finales de esta década.
Otros proyectos similares al australiano, aunque enfocados específicamente para la detección del cáncer de plumón, están siendo desarrollados paralelamente por científicos chinos e ingleses.
El caso asiático se trata de un equipo científico de la Universidad de Chongqing, quienes desarrollaron un dispositivo de bajo costo capaz de detectar y cuantificar en 20 minutos ciertos compuestos orgánicos volátiles asociados al cáncer de pulmón, como el estireno y el isopreno, mediante 35 sensores que cambian de color en su presencia. El equipo está actualmente refinando el sistema de detección mediante pruebas de laboratorio.
El que ya está en ensayos clínicos es el dispositivo desarrollado por la empresa Owlstone Nanotech, en Inglaterra. Llamado LuCID, por Lung Cancer Indicator Detection (detección de indicador de cáncer de pulmón), el dispositivo es capaz de detectar los mismos compuestos orgánicos volátiles ya mencionados, al separar e identificar diferentes iones químicos mediante un campo eléctrico. A final de año se probará el dispositivo en pacientes del hospital Glenfield, en Leicester.