La mayoría de los sirios que escaparon de su país, lo hicieron con lo puesto. Sus bolsillos están vacios y su dignidad, quebrantada. Muchos, más de un millón de ellos, ha logrado llegar a Líbano en busca de seguridad. Y la ha encontrado. Pero, cuando no han ido a parar a campos de refugiados, también han encontrado alquileres tres veces más altos que los que había antes de la guerra civil que sacude a su país y que los hizo verse obligados a emigrar a esas nuevas tierras. Las mujeres venden sus anillos de compromiso y los hombres buscan trabajos que no encuentran. Los niños que no están enfermos, juegan en el patio, pero ni unos ni otros, van a aprender a una escuela. En medio de ese desolador escenario, se pueden distinguir a varios refugiados con abrigos de piel de angora, valorados en más de 80.000 pesos ¿Cómo se explica?
INDITEX tiene la respuesta. La compañía de distribución de ropa más grande del mundo, que hace más de diez años se comprometió a emplear en susproductos, pieles y cueros de animales que procedieran exclusivamente de granjas destinadas a la industria alimentaria, y en ningún caso de animales sacrificados sólo para la venta de sus pieles, recibió una queja que lo hizo actuar. PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales), realizó una investigación de esta organización en Asia, en la que se revelaba cómo algunos conejos de angora explotados por su piel gritaban de dolor al arrancarles su pelaje, mientras otros son cortados o esquilados y frecuentemente heridos por herramientas afiladas, cuando estos luchaban desesperadamente por escapar.
La empresa española, dueña de marcas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti y Bershka, tras conocer el informe, se comprometió recientemente a prohibir la fabricación de estas prendas junto con otras 70 marcas y distribuidoras y también a donar los más de 23.000 abrigos y suéteres ya fabricados con ese material a la ONG Life for Relief and Development, para que se los hiciera llegar a los refugiados sirios.
“ Solo la gente que está realmente desesperada y no tiene acceso a las necesidades básicas tiene una excusa para vestir prendas con piel que le ha sido arrancada a animales vivos”, dijo al conocer la medida la presidenta de PETA, Ingrid E. Newkirk.
Las prendas, valoradas en más de 830.000 euros, ya están siendo repartidas a algunos de los más de 1,2 millones de refugiados sirios. La primera entrega se llevó a cabo en las aldeas aledañas a la ciudad libanesa de Trípoli, en el Valle de Beqaa, y en los campamentos de refugiados de Majdal Anjar, Mar Elias, Sawiri y al-Marj, según un comunicado de PETA.
Si bien esta medida nace de la falta de conciencia y desinformación por parte de INDITEX, tuvo una provechosa solución para los refugiados sirios que han escapado de la guerra civil llegando al Líbano, donde ya forman la cuarta parte de su población.