Un grupo de estudiantes de 17 años del colegio Pittsfield High School en Nueva Hampshire, Estados Unidos, debate sobre el escritor Henry David Thoreau. Sus escritorios forman un círculo para poder mirarse las caras y argumentar sobre diferentes aspectos de la vida del filósofo. La profesora, está sentada fuera de este círculo, tomando notas. Sólo interrumpe cuando ve que hay un par de voces que están monopolizando la conversación e incita a otros alumnos a entrar en el debate.
Esto es parte del sistema de "aprendizaje centrado en el estudiante" que desde hace tres años se está implementando en este colegio norteamericano. Consiste en que los estudiantes realizan discusiones en grupos pequeños y también llevan a cabo proyectos individuales. La tabla de notas tradicional es reemplazada con una lista de "competencias" detalladas de habilidades y conocimiento que se espera que el alumno tengan en cada clase. Los estudiantes son evaluados en una escala del 1 al 4 ―2,5 es considerado competente— y esos números son convertidos en letras, para ajustarse al sistema de notas americano. La profesora en este caso, cumple un rol moderador, pero es el alumno el que se encarga de educar.
"Antes había muchos más profesores que simplemente te hablaban. Cuando la profesora estaba lista con esa materia, seguía con otra", aseguró a The Atlantic el alumno de último año, Noah Manteau. "Esto es mucho mejor".
Este colegio se ha convertido en una especie de incubadora para educadores, investigadores y legisladores, quienes vigilan la iniciativa de cerca. Con este proceso, los estudiantes tienen más responsabilidad por su propio aprendizaje. Por eso se espera que desarrollen un pensamiento crítico, requerido para tener éxito en el mundo académico, pero también en el real.
Es un sistema que deja de lado las guías de estudio y hojas de respuesta, para dar paso a uno en que se les pregunta a los mismos estudiantes: ¿cómo quieres aprender el contenido? ¿cómo podemos ayudarte a hacerlo?
El centro comenzó a tomar forma en 2008, cuando la comunidad pidió ayuda para mejorar los colegios locales y encontró más apoyo por probar con enfoques mas personalizados. Fueron los propios padres que empezaron a pedir sistemas parecidos a estos.
En 2009, el colegio de Pittsfield salió uno de los peor rankeados según las pruebas estandarizadas de sus alumnos. El único beneficio que surgió de ese resultado, es que calificaron para recibir un millón de dólares de una beca para mejorar los resultados escolares.
La junta del colegio, con la colaboración de los padres, investigaron y luego planificaron cómo sería la renovación escolar para mejorar los resultados. El distrito optó por un modelo de aprendizaje centrado en el estudiante y su implementación comenzó en enero de 2012.
Los profesores funcionan más como entrenadores que profesores. Además de las clases en donde ellos son protagonistas, utilizan una base de datos para rastrear el crecimiento personal de cada estudiante. También tienen clases online que permiten al estudiante desafiarse a sí mismo y también tener créditos extra.
Además de aprender información, los estudiantes aprenden a usar esa información en un contexto de resolución de problemas, adquiriendo una mayor autonomía para el futuro. "No solo estamos pensando acerca de lo que pasa dentro de estos muros, sino que los preparamos para tener éxito al menos siete año más allá de su graduación" dice John Freeman, superintendente de Pittsfield.
Basándose en múltiples medidas, las autoridades de Pittsfield aseguran estar yendo hacia la dirección correcta. Durante el mismo período de tres años, la tasa de graduación subió a un 80% de un 75%. Y la tasa de entrada a la universidad subió a un 60% desde un 47%. También la tasa de deserción escolar en 2013 fue de 2,3% por debajo del 3,6% en 2010.
Según una investigación reciente del Stanford Center for Opportunity Policy in Education, los estudiantes mostraron mayor rendimiento que sus pares, mayores tasas de graduación y además estaban mejor preparados, ya que mostraron mayor persistencia. "El aprendizaje centrado en el alumno demuestra ser especialmente beneficioso para los estudiantes en desventaja económica y cuyos padres no han asistido a la universidad", concluye.
El caso mencionado al principio del artículo lo demuestra. Cuando al finalizar la clase, la profesora realizó una prueba de conocimientos tradicional a los alumnos, sobre la biografía de Thoreau, los resultados fueron mediocres. Pero cuando examinó, a través de un ensayo, su comprensión e interpretación del trascendentalismo, se llevó una sorpresa muy diferente "Me volaron la cabeza. Su comprensión era claramente más profunda que sólo esos hechos" dijo. En una época en que los datos duros se pueden googlear en cosa de segundos, la prioridad, claramente era comprender más que en memorizar y ahí los alumnos destacaron.
"He aprendido a dar un paso atrás y dejar que los estudies lideren", comentó Wellington. "Dejar de lado la idea de que tengo que ser el centro de atención ha sido increiblemente liberadora. Siento que soy mejor profesora".
¿Crees que este método de enseñanza funcionaria en el país?