Los neoyorkinos ya podían jactarse de su High Line, un parque urbano elevado construido sobre una antigua línea de ferrocarril en la Gran Manzana. Esta plataforma dejó de utilizarse en 1980 y 23 años más tarde se convirtió en un parque de más de 2 kilómetros de longitud.
Ahora también, los ciudadanos de Nueva York podrán acceder a un Lowline, el primer parque bajo tierra del mundo. El proyecto a cargo de Dan Barasch y James Ramsey busca crear un espacio verde subterráneo del tamaño de un campo de fútbol. Si obtienen los permisos, lo estarán construyendo en una terminal de tranvía abandonada en 1948, que pretenden convertir en un parque en el que pueda florecer vegetación incluso en invierno.
Para lograrlo, usarán tecnología solar para captar suficiente energía de la luz del sol en la superficie y luego la dirigirán bajo tierra. Para eso incluye la creación de un "tragaluz remoto". La luz pasa por un escudo de vidrio y es reflejada en un punto focal y dirigida al subterráneo. También es transmitida en una superficie reflectante, distribuyendo la luz dentro del espacio. Esta tecnología transmitiría la luz necesaria para dar soporte a la fotosíntesis, permitiendo que las plantas y los arboles crezcan.
"Lo que imagino es que tendremos una especie de techo ondulante, reflexivo, que en realidad funcione como un dispositivo óptico para dibujar la luz del sol en el espacio, y así hacerlo un lugar en el que quieras pasar tu tiempo", aseguró a Fast Company, James Ramsey, co-fundador de The Lowline. El acceso al parque se levantará desde el piso como si alguien levantara un pedazo de la vereda (tal como se levantaría una alfombra) para dar una continuidad al espacio y atraer a su interior.
La idea surgió a mediados de 2011, cuando ambos creadores descubrieron esta área de la ciudad que llevaba casi seis décadas sin tener ningún uso. Preocupados por la falta de áreas verdes en ese sector, se las ingeniaron para usar la tecnología como una forma de convertir ese ex-terminal de tranvía en un nuevo pulmón para la ciudad.
En septiembre de 2012, el equipo de Lowline construyó un prototipo a escala de la tecnología que se utilizaría, en un almacén abandonado. La exposición atrajo a miles de visitantes y fue muy bien cubierta por la prensa, dando los primeros pasos al proyecto. A pesar de que lograron alcanzar el financiamiento de Kickstarter, aún deben pasar una serie de trámites legales para llevarlo a cabo. La idea es que la combinación de donaciones, fondos públicos y privados, más los arriendos al interior sea la fórmula para poder construir y mantener este proyecto.
"El 'Lowline' pretende tener una programación de actividades para todo el año, lo que invita a la comunidad a usar el espacio de nuevas maneras. Desde exposiciones de arte, mercados de los agricultores, series educativas y eventos, generando comunidad inspirada por la belleza del escenario”, aseguraron sus creadores.
Para conocer más sobre cómo surgió este proyecto puedes ver este video.
¿Crees que es una buena forma de aprovechar espacios sin uso? ¿Qué lugar de tu ciudad te gustaría que re modelaran de esa forma?