La ciudad de Hong Kong se ha visto invadida de paraguas durante los últimos días. Esto, porque fue el objeto elegido por los manifestantes que se han concentrado en las calles, para repeler las cargas policiales y los gases lacrimógenos. La llamada "revolución de los paraguas" ha concentrado a miles de manifestantes, quien exigen una verdadera democracia al gobierno chino. Amenazan también con llevar aún más lejos sus acciones y el próximo paso, será ocupar los edificios gubernamentales. ¿Quiénes son los manifestantes y por qué protestan?
Quienes protestan son centenares de estudiantes que ocupando la Plaza Cívica de Hong Kong, exigen al gobierno de Pekín elecciones libres. A este movimiento se le llama Occupy Central.
Todo comenzó cuando en el mes de agosto, Pekín dictaminó que las elecciones de 2017 para designar al jefe de gobierno se organizarían bajo un sistema restrictivo que sólo permitiría a 2 o 3 candidatos, los que serían elegidos por un comité con una amplia mayoría de aliados de su política. Eso fue lo que desató las protestas que no cesan, en un intento de no sólo cambiar la política electoral, sino que de obtener una democracia real y dejar de sentir la influencia china.
“Es una democracia falsa que no tiene legitimidad en absoluto, en donde el jefe de gobierno tiene que ser favorecido por el Partido Comunista Chino para ser elegido. Por eso los estudiantes comenzaron un boicot la semana pasada y muchos profesores los apoyaron", explica a El Definido Crystal Chow, periodista y columnista de Hong Kong, comentadora política y ex Secretaria General de la Federación de Estudiantes de Hong Kong.
Hong Kong fue una colonia británica, pero le fue devuelta a China el año 1997, luego de un acuerdo de 1984 entre China y Gran Bretaña. Había sido cedida a ese país en 1842 luego de la Primera Guerra del Opio.
China acordó gobernar Hong Kong bajo el precepto de "un país, dos sistemas", es decir, la ciudad tendría un alto grado de autonomía, excepto en temas extranjeros y de defensa.
Por lo mismo Hong Kong tiene su propio sistema legal, en donde la libertad de asamblea y la libertad de opinión están protegidas. Su mayor líder, el llamado jefe de gobierno, es actualmente elegido por un comité de elección de 1.200 miembros. La mayoría de sus representantes son vistos como partidarios de Pekín.
El gobierno chino prometió elecciones directas para el Jefe Ejecutivo en 2017, es decir, el pueblo podría elegir directamente a su jefe de gobierno. Pero en agosto de este año, un comité legislativo chino dictaminó que los votantes sólo tendrían la opción de elegir entre una lista de dos o tres candidatos previamente seleccionados por un comité, que sería formado en "concordancia" con el comité pro Beijing. Cada candidato deberá, según el gobierno chino, tener más del 50% de la aprobación del comité para poder presentarse a elecciones.
Liderado por el académico Benny Tai, esta organización realizó una votación no oficial que se llevó a cabo entre el 20 y 29 de junio de este año. En ella sólo se les pedía a las personas que nominaran su candidato favorito para hacer el trabajo.
Casi 800.000 personas votaron y poco después miles de personas salieron a las calles en lo que los expertos comenzaron a tildar de las manifestaciones pro democracia más grandes en una década. Las demostraciones se sintieron especialmente fuerte el día 1 de julio, que marca el día en que Hong Kong le fue devuelta a China en 1997.
“Las protestas masivas no son inusuales en Hong Kong, por ejemplo, se reunieron 510.000 personas participaron en la marcha del 1 de julio. Pero la mayoría de estas protestas son bastante ordenadas y organizadas. Esta vez, la gente simplemente se tomó las calles para apoyar a los estudiantes, se tomaron turnos para descansar, se ofrecieron como voluntarios para ayudar con los recursos, primeros auxilios, manejo de basura etc. El movimiento se volvió muy orgánico, sin un liderazgo fuerte. Y las personas son muy valientes al enfrentarse al gas pimienta, la policía antimotines y los gases lacrimógenos-que nunca ha sido así. Esto significa que la sociedad civil de Hong Kong ha crecido para ser una muy madura”, describe Chow el ambiente que se vive actualmente en la ciudad asiática.
Hay grupos que apoyan a Beijing, como es el caso de Silent Majority for Hong Kong y Caring Hong Kong Power, que han criticado a los activistas pro democracia por "hacer peligrar" la ciudad. Lo que argumentan es que la continua desobediencia y oposición hacia Beijing, van a dañar la reputación económica del país, así como también su relación con el gigante asiático.
Los líderes económicos, que también se han inclinado hacia la estabilidad, también se oponen a las protestas pro democracia y, según una encuesta reciente de la Universidad de Hong Kong, más residentes de esas ciudad ven a China como algo positivo que negativo.
El país, por supuesto, ha defendido su medida. Por ejemplo el subsecretario general del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China (APN) aseguró que abrir las candidaturas a diferentes candidatos crearían una "sociedad caótica" y que cualquier Jefe Ejecutivo debe "amar el país".
“Lamentablemente, el Partido Comunista Chino es demasiado poderoso, y en el peor de los casos pueden enviar tanques y el ejército para reprimir a los manifestantes de Hong Kong. China quiere que el sistema política siga así, para que pueda tomar el control total de Hong Kong. Así que la única manera de impulsar los cambios es organizar más y más personas que exijan la democracia, para crear presión y para que el mundo esté consciente de nuestra lucha contra el gobierno chino", opina Chow.
Las manifestaciones están teniendo lugar en el corazón de Hong Kong, el centro financiero más prominente de Asia. Esto significaría, según diferentes analistas citados por el Washington Post, tal vez el mayor desafío para Pekín desde las protestas de Tiananmen en 1989.
Además, estaría demostrando el miedo que tienen los ciudadanos de Hong Kong a que China desmantele este modelo de "un país, dos sistemas". Ellos mismos aseguran, se ven diferentes al resto de los chinos, y están exigiendo mayor libertad.
"La democracia no resuelve todos los problemas, pero es una base para todo. Sin ella, no podemos lograr nada porque cada esfuerzo que las personas hagan quedará atrapado en el sistema y será, eventualmente, en vano.Hong Kong tiene una población muy educada y una buena infraestructura y sistema legal, así que ¿por qué no tener democracia ahora?", comenta Chow al respecto.
¿Qué otro antecedente puedes agregar para entender lo que sucede en Hong Kong?