Un minuto puede hacer toda la diferencia. Un video, en ese tiempo, es capaz de transmitir un mensaje en forma simple, interesante, dinámica y entretenida, pudiendo incluso transformarse en viral, cosa indispensable para las organizaciones que intentan promover una causa o idea; pero ello sólo ocurre si está hecho con talento y el talento es caro. Para Animation for a Cause (A4C) unos 60 segundos bastan y sobran para crear una animación que ayude a las ONGs a hacerse conocidas y ampliar su impacto en la sociedad.
Esta asociación fue fundada en junio de 2013 por Yaniv Fridman, un animador mexicano. Su inquietud estaba en el problema de la difusión de las buenas causas. Por eso quiso hacer de nexo, uniendo animadores que puedan producir videos animados para ONG e instituciones de todo el mundo que tengan un proyecto social sostenible y que necesiten divulgar sus acciones. Todo sin cobrarles un peso.
“Muchas ONG tienen causas, pero necesitan difusión y no saben crear contenidos de calidad, por eso no tienen más fondos. Lo que nosotros hacemos les puede ayudar a tener un crecimiento exponencial”, afirma Fridman. Porque cuando un video se comparte e incluso se hace viral, el destino de esa organización puede cambiar drásticamente.
¿Cómo funcionan? La asociación es sin fines de lucro y todo lo que recaudan con donaciones lo utilizan para pagar el trabajo de las personas involucrados en cada proyecto: animadores, compositores, voces, etc. Así resulta un producto profesional: "Queremos demostrar que el video tiene alcance y que se puede vivir de causas sociales. Esto no es caridad”, explica Yaniv.
Basta con llenar un formulario y redactar una propuesta de guión para 1 minuto, de aproximadamente 180 palabras. Luego de eso, la causa es revisada por el consejo de A4C y si se considera que hay potencial de generar impacto, es seleccionada. Luego viene el trabajo en conjunto.
La ONG y el equipo de Animation for a Cause deben definir los puntos principales que se quieren transmitir y una vez hecho el guión, se buscan animadores y otros profesionales que puedan participar en el proyecto. Cada animación toma entre cuatro y seis semanas para quedar lista.
Los colaboradores trabajan desde todas partes del mundo, coordinados por una oficina central en la Ciudad de México. Por ejemplo, el primer proyecto fue un trabajo conjunto de un estudio de animación en Londres que hizo el diseño, un compositor de Barcelona que creó la música y el guión fue narrado por un niño de Quito y una niña de Los Ángeles. Si quieres ver cuál fue el resultado, puedes entrar aquí.
La idea de esta asociación es poder abarcar unos 10 proyectos al año, de todo tipo y su única regla es no aceptar causas políticas ni religiosas.
Los videos son la herramienta fundamental en estos días. En A4C explican que una persona promedio está 15 minutos al día en YouTube, web que en sólo un mes recibe más de 800 millones de visitas y 4 billones de horas de video vistas.
Aunque están conscientes de que generar impacto es difícil entre tanto estímulo, saben que es posible cambiar actitudes y motivar a la acción: "Una animación bien lograda puede conseguir las metas de comunicación de cualquier causa (…) Despierta el interés, provoca emociones, inspira a las personas a compartir el contenido e incluso les hace querer involucrarse; en otras palabras la animación motiva a la participación". Se trata de comunicar el mensaje de manera efectiva a una audiencia más amplia.
“La gente solo está a un click de ser voluntario o de donar o simplemente de ser consciente”, explica Fridman. Si quieres enviar un proyecto de ONG, puedes hacerlo aquí y para formar parte del equipo que colabora en la creación de las animaciones, puedes enviar un correo a hello@animationforacause.org o un mensaje al equipo.