Resulta preocupante el desconocimiento de la historia por parte importante de las nuevas generaciones. Una encuesta realizada el año pasado en Estados Unidos, estimó que dos tercios de los millennials no podían identificar a Auschwitz, y más de una quinta parte de los encuestados jamás habían oído hablar del Holocausto o no estaban seguros de qué se trataba.
La iniciativa que queremos mostrarles hoy, es una efectiva manera de llegar a ese público joven que seguramente no sabe cómo fue la ocupación nazi de Europa Oriental, o bien, solo ha escuchado sobre esta terrible parte de la historia en una aburrida clase que no logró remover sus sentimientos.
A partir del diario de vida de una chica de 13 años que vivió en primera persona una de las partes más dramáticas de la Segunda Guerra Mundial, se ha creado una cuenta de Instagram ficticia en que, día a día, cuenta su drama a través de las stories. Esta es la historia de Eva Heyman.
La Ana Frank húngara
Es muy posible que en el colegio hayas leído El diario de Ana Frank (o al menos te suene su historia). Es el relato real de una niña judía que vivió dos años y medio oculta junto a su familia en un desván en Ámsterdam, ocultándose de los nazis.
Por eso a Eva Heyman le llaman "la Ana Frank" húngara, pues sus historias guardan varias similitudes. Vivía junto a sus abuelos en una ciudad llamada Oradea (primero parte de Rumania y luego de Hungría), pues sus padres se habían divorciado en 1933. Su diario de vida lo comenzó en febrero de 1944, cuando tenía 13 años; iba al colegio como cualquier niña, soñaba con ser fotoperiodista, tenía amigas, un "pinche", una madre vuelta a casar con un escritor que la visitaba regularmente, un padre que veía poco y unos abuelos que adoraba y eran dueños de una farmacia. ¿Su único gran obstáculo? Era judía, y eso sí que era un problema en el escenario en que le tocó vivir.
El infierno de Eva
Vivía en un ambiente hostil, pues el gobierno fascista de Hungría, liderado por Miklós Horthy, le hacía la vida difícil a familias como la de Eva. Las medidas discriminatorias contra los judíos eran pan de cada día, tanto así que debió soportar la deportación de su prima, Marta, y la confiscación de su bicicleta roja, pues les estaba prohibido transportarse en ellas.
Pero lo que más temía Eva se concretó en marzo de 1944: los nazis ocuparon su ciudad con la aprobación de las autoridades y parte del pueblo, y ahí se desató su infierno. Los judíos fueron desalojados de sus casas, se les confiscaron sus objetos de valor, fueron torturados, obligados a realizar trabajos forzados y se organizaron dos guetos en la ciudad, uno para 27 mil y otro para 8 mil personas.
Eva narra en primera persona estos tres meses de terror, entre febrero y mayo de ese año. La farmacia de su abuelo fue confiscada, fue testigo de las persecuciones y luego trasladada junto a su familia a uno de los guetos, completamente abarrotado de personas.
Eva termina su diario con estas palabras:
"Pese a todo, mi pequeño diario, no quiero morir, quiero vivir, aunque sea la única del sector en poder permanecer aquí. Esperaré el fin de la guerra en una cueva o en un granero, o no importa en qué agujero; yo, mi pequeño diario, me dejaré incluso besar por el policía que custodia y se ha llevado nuestra harina, con tal de que no me mate, que me deje vivir".
Es entonces cuando su ex ama de llaves cristiana, Mariska, se cuela en el gueto para llevar comida a la familia de Eva y ella le entrega su diario, logrando salvar un valioso testimonio.
¿Qué sabemos de Eva desde entonces?
Fue deportada junto a sus abuelos a Auschwitz, uno de los campos de concentración más crueles de la Alemania nazi, situado en los territorios ocupados de Polonia. Mientras sus abuelos fueron inmediatamente asesinados en la cámara de gas, Eva fue utilizada por Josef Mengele, uno de los más sádicos criminales de guerra nazis que, como médico, se ocupó de realizar experimentos mortales con los prisioneros. A causa de estas pruebas, los pies de Eva se hincharon y llenaron de heridas y, pese a los esfuerzos de una buena doctora que intentó ocultarla, Mengele la encontró y personalmente se encargó de que fuese asesinada en la cámara de gas y luego quemada, pues ya no servía para sus propósitos.
De su padre nada se sabe, pero sí de su madre y su padrastro, quienes sobrevivieron porque permanecieron como pacientes en la enfermería del gueto y no los deportaron en un primer momento. Luego fueron transportados a otro campo de concentración y desde ahí viajaron a Suiza. Él murió de una enfermedad en 1949 y la madre de Eva, luego de publicar el diario de su hija, se suicidó en un sanatorio psiquiátrico en 1951.
Eva Stories
Esta historia, que nos deja con un sabor amargo en la boca, hoy ha encontrado la forma de llegar a los ojos y oídos de todos, para que nunca más algo semejante vuelva a ocurrir.
Eva.stories, es una representación visual a partir de stories de Instagram de lo narrado en su diario, pero utilizando un presupuesto de varios millones de dólares en producción, hashtags, jerga de Internet y emojis, con el objetivo de llegar al público adolescente del siglo XXI.
Aquí se puede ver un video de YouTube de 50 minutos en que las stories están recopiladas. Lamentablemente no se pueden activar los subtítulos en español, pero puede ser una buena herramienta de estudio para alumnos que sepan inglés:
La idea fue imaginar qué pasaría si Eva (interpretada por la actriz Mia Quiney) hubiese contado con un celular en su época, preocupándose de registrarlo todo. La historia inocente y alegre de la chica de 13 años, poco a poco se va poniendo más oscura, en la medida en que los trágicos acontecimientos históricos comienzan a moldear su vida.
Los 70 videos cortos de carácter cinematográfico fueron lanzados este año, coincidiendo con la conmemoración en Israel del Día del Recuerdo de las Víctimas del Holocausto, llegando a tener 1,7 millones de seguidores.
Sus creadores son Mati Kochavi, un multimillonario israelí de la alta tecnología, y su hija Maya, ambos parte de una familia sobreviviente del Holocausto. Y la hazaña no es menor, pues utilizaron a más de 400 personas entre actores y trabajadores de producción, e incluso debieron conseguirse los tanques y trenes que aparecen en los videos, cual película hollywoodense.
Una polémica iniciativa
"Si queremos llevar el recuerdo del Holocausto a la generación joven, tenemos que llevarlo a donde están. Y están en Instagram", ha dicho Mati, causando una gran polémica entre quienes estiman que no es la forma adecuada de informar sobre esta dramática parte de la historia.
Inclusive el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, compartió la cuenta e instó a sus compatriotas a difundir las historias de los sobrevivientes a través de redes sociales para "recordarnos lo que perdimos en el Holocausto y lo que nos devolvió, la creación del estado de Israel", de acuerdo a lo señalado por Times of Israel.
A pesar del éxito de seguidores y los buenos comentarios de una inmensa cantidad de usuarios en las redes, algunos estimaron que esta no es la forma adecuada de mostrar el contenido, tildando al proyecto de frívolo y considerando que trivializa la historia.
"Esto parece una broma y es extremadamente ofensivo. No sé cuál es el objetivo. Hace falta más sentido de la dignidad humana, hay una gran diferencia entre Instagram y el Holocausto", asegura un usuario.
"Una reducción del Holocausto comprimido en Boomerang […] El lugar para conmemorar el Holocausto y transmitir el mensaje es en Instagram, entre el aleatorio trasero de un modelo y un video de un pastel de chocolate", comentó otro.
Sin embargo, los creadores han argumentado que cada vez quedan menos sobrevivientes de este período y es imperativo que se dé a conocer esta historia. Además, Instagram es utilizado por muchas organizaciones serias y activistas para respaldar sus causas.
A pesar de no estar involucrado en el proyecto, el centro conmemorativo oficial del Holocasuto en Israel, Yad Vashem, declaró que "el uso de las plataformas de medios sociales para conmemorar el Holocausto, es legítimo y efectivo".
Tal como explicó Ronald Leopold, director ejecutivo de la Casa de Ana Frank en Ámsterdam, cada vez que se ocupa un nuevo medio para enseñar sobre el Holocausto, un hecho tan crudo y prácticamente irrepresentable por su horror, causa controversia. ¿Los dibujos animados son un buen medio? ¿Y el teatro? ¿El cómic lo trivializa?
Todo está en crear una historia auténtica y confiable, empática con aquellos que sufrieron el drama, pero también accesible a las nuevas generaciones. Los jóvenes deben conocer los detalles más oscuros de la historia para comprender su mundo actual, poder participar de él de manera informada y no tropezar de nuevo con la misma piedra.
¿Crees que Eva Stories es una buena plataforma para aprender sobre el Holocausto?
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