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¡Un incinerador de basura que es pista de esquí! Así pretende Copenhague convertirse en carbono neutral para 2025
Para 2025, la ciudad industrial más grande de Dinamarca busca cancelar sus emisiones contaminantes hasta llevarlas a cero. En El Definido te contamos qué están haciendo y por qué se puede considerar un ejemplo digno de imitar.
Este incinerador emite vapor en vez de humo y quema el equivalente a 300 camiones de basura diarios, incluyendo basura importada desde Reino Unido. No emite gases contaminantes, ya que los depuradores de gases los eliminan antes de que salgan al exterior.
Copenhague, capital de Dinamarca, es el principal núcleo empresarial e industrial del país. Es la ciudad con el mayor número de habitantes, 787.861 en el núcleo urbano mismo y, por lo tanto, es un motor comercial prioritario cuya calidad de vida es una preocupación constante de las autoridades.
Según un estudio hecho por la Universidad de Copenhague, la contaminación del aire es un problema serio en la ciudad, tres veces más alta que en el campo. Por esta razón, proyectaron que si los danesés lograran reducir estas alarmantes cifras para 2040, podrían agregar un año a su esperanza de vida promedio, que actualmente es de 81 años (79 para hombres, 83 para mujeres).
Con estos antecedentes, la capital se puso el objetivo de convertirse en carbono neutral para 2025, lo que significa generar más energía renovable que la contaminante que consume. Pero, ¿qué importancia tiene esto para nosotros?
Hoy en día más de la mitad de la humanidad vive en ciudades y una gran cantidad de gases contaminantes provienen de ellas. Por lo que es de suma importancia que las mayores soluciones nazcan ahí.
Cambios profundos
Algunas ventajas que tiene esta ciudad para llevar a cabo este ambicioso plan son: su pequeño tamaño, que tiene un buen soporte financiero y que a sus habitantes les interesa mucho combatir el cambio climático. El alcalde Frank Jensen, miembro del Partido Socialdemócrata, dijo a NYT que las ciudades “pueden cambiar la manera en que nos comportamos, la forma en la que vivimos, e impulsarnos a ser más ecológicos”.
La energía eólica es muy importante en Dinamarca, abarca el 43,6% de su demanda energética y sus turbinas se ubican a lo largo del país. No solo han sabido beneficiarse con su utilización, sino también han logrado mejorar la tecnología reduciendo el número de turbinas y produciendo más energía al optimizar los modelos y el voltaje que generan. A causa de ello, este tipo de energía podría ser un gran impulso para llevar a cabo el proyecto.
Para los ciudadanos de Copenhague, este plan significa hacer cambios profundos en su forma de trasladarse, calefaccionarse y tratar sus deshechos. La ciudad ya logró reducir en un 42% sus emisiones contaminantes desde 2005, y fue gracias a la eliminación del uso de combusibles fósiles (como petróleo) para generar electricidad y calentar sus casas. Pero el transporte representa un tercio de la huella de carbono de la ciudad y está creciendo.
Como no todo en la vida es color de rosa, algunos políticos de oposición y analistas, han anunciado que la ciudad danesa no podría cumplir con las metas propuestas para 2025, ya que el plan está muy centrado en equilibrar sus emisiones en lugar de cambiar la forma en que las personas viven para hacerla más sustentable.
“Nos movemos de un lado a otro en vehículos que queman combustible fósil, comemos muchísima carne, compramos demasiada ropa, […] el objetivo de por sí no es lo suficientemente ambicioso, y ni siquiera podemos alcanzarlo", dijo Fanny Broholm, vocera para el partido ecologista Alternativet a NYT.
¿Cómo lo están logrando?
A pesar de esto, el alcalde ha dicho que se siente optimista sobre la “transformación ecológica” de la capital. Por ejemplo, para este año está programada la apertura de una nueva línea de metro que logrará conectar a la mayoría de los residentes urbanos con el transporte público, dejándolos a menos de 650 metros de una estación. En las líneas de metro hay espacios designados para poder viajar junto a la bicicleta y sistema de transporte integrado para fomentar su uso en vez del de los automóviles.
Las ciclovías también son algo imprescindible en la vida de los daneses, quienes se movilizan mucho en estos vehículos a pedales. Para esto, en las rutas más transitadas las sendas ya son de tres carriles de ancho y son utilizadas por el 43% de los habitantes de la capital para ir al trabajo o a estudiar, incluso en días muy fríos y lluviosos, comunes en Dinamarca.
El reciclaje en Copenhague también es muy importante, la ley institucionalizó que la basura debe separarse en ocho categorías y, aunque suene paradójico, a los daneses no les conviene reducir su nivel de deshechos. Te preguntarás por qué…
Esto se debe a que la calefacción en los edificios proviene en parte de la energía generada por el incinerador de basura que posee cada ciudad. Y, por si fuera poco, el techo del incinerador Amager Resource Centre tiene una gran ¡pista de esquí!
Incinerador de basura de Copenhague con pista de esquí en su techo/AS
¿Y todo ese humo tóxico se libera al aire de la ciudad? ¡No! Este incinerador emite vapor en vez de humo y quema el equivalente a 300 camiones de basura diarios, incluyendo basura importada desde Reino Unido. No emite gases contaminantes, ya que los depuradores de gases los eliminan antes de que salgan al exterior.
Otra medida, algo cuestionada pero que ha servido para reducir las emisiones de la ciudad de forma significativa, fue cambiar el carbón de las centrales eléctricas de la ciudad por pellets de madera. Esta opción solo es sustentable en la medida que se planten más árboles en reemplazo de los que se han talado.
¿Por qué todos deberíamos seguir su ejemplo?
Recientemente, la ONU informó que más de un millón de especies se encuentran en peligro de extinción, la llamaron “la sexta gran extinsión” debido a la actividad de los seres humanos.
A esto se suma que la humanidad se encuentra a solo dos grados de volver irreversible el cambio climático. También, el derretimiento de los glaciares está viviendo su punto más álgido, duplicando su aporte al ascenso del nivel de los mares. Un estudio publicado en la revista Nature y un informe de la ONU, aseguraron que la temperatura inminentemente subirá en el Ártico entre 3 y 5 grados para 2050.
Si quieres conocer más sobre el calentamiento global, te invitamos a ver el siguiente video de National Geographic. No olvides activar los subtítulos y configurarlos en español:
Se ha dicho también que el 2030 es la fecha límite para que la humanidad pueda evitar una catástrofe global irreversible. Pero si no tomamos cada uno de nosotros cartas en el asunto y nos responsabilizamos, nadie lo hará. Es como el dilema en economía denominado “la tragedia de los comunes” (se utiliza para analizar la relación entre responsabilidad y libertad), como dijo el psicólogo Barry Schwartz:
“Nos enfrentamos ahora a la tragedia de los comunes globales. Hay una Tierra, una atmósfera, una fuente de agua y seis mil millones de personas compartiéndolas. Deficientemente. Los ricos están sobreconsumiendo y los pobres esperan impacientes a unírseles”.
La buena noticia de hoy, es que hay quienes se están movilizando, preocupados seriamente por esta situación. El llamado no es solo a entrar en alerta, sino a actuar y movilizarnos para crear micro y macro cambios que colaboren a que nuestros hijos (nietos y bisnietos) puedan vivir en un planeta tan maravilloso como el que conocemos.
¿Conoces otros países que estén en la misma cruzada?
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