No sé si lo he dicho antes, pero estudié agronomía, sin embargo, cual James Bond, tengo licencia para matar, y en mi caso lo que mataba eran las plantas. La ironía máxima, ¿no? Bueno, para que no crean que todos los que estudian una carrera así tienen dedos verdes (dícese de la persona que tiene facilidad para el cultivo y propagación de plantas), hay gente como yo que mata hasta las suculentas y los cactus.
Horrible, pero bueno, hasta hace un tiempo no me importaba y lo tenía asumido. Dicho todo lo anterior, me seguían gustando mucho las plantas (uno de los motivos por lo que estudié mi carrera) y me encantaba ver en cuentas de Instagram de amigos cuando ellos compraban algunas muy bonitas.
Así, de a poco, empecé a seguir más y más cuentas de personas, viveros, amantes de las plantas en general. Y me vino un amor fulminante y quise tener mis plantas, cuidar de ellas y, obvio, sacarles fotos para las redes sociales. Todo se dio de manera providencial cuando una semana antes de la temida mudanza, fuimos al Persa Bío Bío y encontré un lugar donde vendían muchas plantas y a un muy buen precio. Y me las llevé: una Monstera deliciosa y un Ficus lyrata.
Con el afán de poder cuidar bien de mis nuevas adquisiciones (ahora ya son parte de esta familia), empecé a buscar en varias partes sobre sus cuidados y qué debía hacer, pero con lo que más me encontré, fue con imágenes de muchísimas plantas de interior, cada cual más bella que la anterior. Casi todas venían de cuentas de Instagram y me di cuenta de un patrón: casi todas las cuentas eran de millennials (es decir de personas entre 22 y 37 años).
Pero no crean que descubrí la pólvora ni nada, porque ya desde el 2016 se está viendo este aumento en las compras de plantas de interior por parte de gente joven. Según el National Gardening Report, de los 6 millones de estadounidenses nuevos en jardinería, 5 millones tienen entre 18 y 34 años. Este mismo grupo coincide en ser aquellos que se encuentran con una mayor deuda por sus créditos para estudiar en la educación superior, y como resultado de eso se encuentran en una situación menos favorable para comprar una vivienda (a diferencia de sus padres), por lo que su primera opción es arrendar o muchas veces compartir casa con amigos en su misma situación.
Como sabemos, arrendar puede ser algo no muy fácil, ya que desde un inicio debemos aceptar los términos que deja establecidos el arrendador. A veces estos términos implican que no se puede tener mascotas ni, por ejemplo, realizar alteraciones en los muros. Con las plantas, se logra dar personalidad a los nuevos hogares, sin temor de perder el depósito por mes de garantía.
Otro factor que puede influir en esta decisión de tener plantas, es el efecto que las redes sociales y la tendencia tiene sobre los individuos. Igor Josifovic y Judith Graaf, son quienes manejan la web y el Instagram de Urban Jungle Bloggers, y desde su primera publicación al día de hoy, tienen más de 455.000 seguidores y acaban de publicar un libro.
Urban Jungle Bloggers |
Otra muestra es que el año 2017, Pantone declarara el color Greenery como el destacado del año, manteniendo la tendencia del momento por las cosas naturales. Según Catherine Cottney de la agencia Mintel, parte del resurgimiento de las plantas de interior, está dado como una reacción a nuestra actual vida digital: “Cuidar de una planta le da a los millennials la oportunidad de tomar un descanso de sus pantallas y conectarse con algo tangible en el `mundo real´”.
Y en este último punto estoy totalmente de acuerdo, ya que yo misma me desconecto de lo digital al momento de cuidar mis plantas.
Un último factor que entra en la discusión, pero que no han llegado a confirmar, es que los millennials están retrasando su maternidad/paternidad, en parte por las dificultades económicas que enfrentan, y en parte porque quieren mantener un estilo de vida más despreocupado de viajes y fiestas, donde las plantas calzan muy bien al no requerir demasiadas atenciones.
Claramente no solo nos sirven para adornar nuestros espacios, el compartir el mismo ambiente que las plantas, nos produce una serie de beneficios que vale la pena disfrutar. De acuerdo a un estudio de la Washington State University, las plantas aumentan los niveles de serotonina (neurotransmisor que nos mantiene con energía y buen ánimo) y limpian el aire, entre otros:
- Reducen el estrés: un estudio de la Asociación Americana de Psicología, mostró que los jóvenes tienen mayores niveles de estrés que las generaciones mayores y que no lo manejan bien. Y otro estudio, de la Washington State University, indicó que la presencia de plantas en los lugares donde las personas tienen que realizar tareas estresantes, mejoran la respuesta al estrés, mostrando beneficios terapéuticos como la disminución del alza de presión. Lo importante es que la gente pueda ver las plantas en su entorno.
- Ayudan a aumentar la productividad: según un estudio de la Universidad de Exeter, al agregar una planta por metro cuadrado, se mejora la memoria y la productividad aumenta en un 15%.
- Limpian el aire: ya la NASA los había dicho en los 80s, pero la investigación más reciente liderada por el Dr. Fraser Torpy, ha determinado que las plantas de interior pueden reducir en un 10% el dióxido de carbono en ambientes con aire acondicionado, y en un 25% en ambientes sin aire acondicionado.
Las plantas de interior no son una moda reciente, se cree que el concepto fue acuñado en la antigua Grecia y en Roma por el año 500 a.c., mientras que en China en el año 200 d.c. Si les interesa saber más de la historia de las plantas de interior, les dejo aquí un artículo que me pareció muy interesante.
Como siempre que puedo, les quiero dar algunos datos de dónde ir a comprar plantitas para que tengan en su casa, su oficina y donde quieran. No quiero que se enojen los amigos de región, pero como soy de Santiago, solo tengo datos de la Región Metropolitana, así que ustedes nos pueden compartir sus consejos abajo.
En plena comuna de Peñalolen, podemos encontrar una calle que está casi por completo dedicada a viveros. Esta calle es Antupiren y se puede encontrar una gran variedad de oferta de plantas de interior y exterior. Otras opciones son viveros en las afueras de Santiago, como El Jazmín (ubicado en Lampa), que además tiene una tienda en el Persa Bío Bío los sábados y domingos. Otro lugar es el Jardín El Encanto, que se encuentra en la comuna de Padre Hurtado. Y por último, quiero dejarles mi tienda regalona, donde me han ayudado un montón, El Bazar del Jardinista, que no solo tiene una tienda cerca de metro Manuel Montt, también realizan talleres gratuitos donde enseñan las bases para cuidar de nuestras plantitas. Los amo.
El conteo en mi casa ya suma seis plantas de cuatro especies distintas, y espero sumar otras tres más en el futuro. ¿Por qué ahora quiero plantas? La verdad no lo tengo claro, pero me encanta ver cómo crecen bajo mis cuidados. ¿Acaso es un primer acercamiento a la maternidad? Tal vez. Seguro más adelante se los contaré.