"Sabemos que la desertificación es causada por el ganado que sobre pastorea las plantas, dejando el suelo al descubierto y emanando metano [...] Crecí odiando al ganado, debido al daño que estaban haciendo; luego, mi educación universitaria como ecologista reforzó mis creencias", contó Allan Savory durante una charla TED en el año 2013.
Sin embargo, este biólogo e investigador nativo de Zimbabue, añadiría un importante detalle a su relato: "Alguna vez estuvimos seguros de que el mundo era plano. Estábamos equivocados en aquél entonces, como lo estamos ahora", refiriéndose al impacto negativo del ganado en los suelos.
Años de estudio generaron un cambio de mentalidad en Savory y lo llevaron a hacerse un experto en gestión holística (un proceso agrícola cuyo objetivo es revertir la desertificación). Incluso ha escrito sobre el tema y ha publicado libros como La revolución del ganado: un plan radical para salvar la Tierra.
Pero, ¿en qué se fundamenta el ecologista africano para afirmar que el ganado, más que perjudicar, puede ser una buena (y quizá la única) alternativa para contrarrestar la desertificación y luchar contra el cambio climático?
Un artículo publicado a finales del año pasado por el portal de divulgación científica JStor Daily, toca parte del tema abordado por Savory durante su exposición en TED.
En el trabajo escrito por la periodista Lela Nargi, cuya área de expertise abarca temas de sustentabilidad y políticas alimentarias, se destaca el daño que durante décadas han generado ganaderos y rancheros a los suelos, debido a malas prácticas en el manejo del ganado.
"[La ganadería] a través del sobrepastoreo de pastizales o practicada en tierras no adecuadas, puede ser una forma ecológicamente ruinosa de producción de alimentos. Puede destruir la salud del suelo y la biodiversidad, emitiendo gases de efecto invernadero (GEI) en el proceso, incluido el dióxido de carbono", escribió Nargi, sin pasar por alto que, según el último informe de expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la crianza de animales para producción de carne y lácteos representa el 5% de las emisiones globales de CO2.
Para Nargi, este es uno de los argumentos de mayor peso de aquellos que defienden la idea de reducir el consumo de productos derivados de animales y optar por una dieta basada en alimentos de origen vegetal. Sin embargo, según la autora, la raíz del problema está en el mal manejo de la práctica. ¿Cómo así?
Savory define la desertificación como "una forma elegante" de decir que los suelos se están convirtiendo en desiertos y que ocurre cuando creamos "terrenos baldíos" (la típica imagen que tenemos de una zona árida, calurosa y con la bolita de paja rodando en la nada).
"Aproximadamente dos tercios del mundo se encuentran en proceso de desertificación", aseveró el ecologista. Además, resaltó que constantemente se suele decir que la desertificación solo ocurre en zonas áridas o semiáridas, sin considerar que este es un fenómeno que también afecta a los pastizales.
El investigador zimbabuense, en una especie de reseña histórica de la cadena alimenticia, detalló que, desde hace 10.000 años, hay animales que viven y se mueven en rebaños para protegerse de los depredadores.
"Los grandes rebaños orinan y defecan sobre su comida [el pasto] y se mantienen en movimiento; y es ese movimiento el que impedía el sobrepastoreo. Además, el pisoteo periódico aseguraba una buena cubierta de los suelos", apuntó.
Este proceso es el que, según Savory, permite tener zonas con pastizales sanos, verdes y que secuestran el carbono en el suelo; pero esto solo sucede cuando se está durante el periodo de lluvias que alimentan la vegetación. ¿Y qué pasa cuando llega la sequía?
Cuando cesan las lluvias y se entra en un periodo de sequía, comentó el ecologista, los pastizales se secan para degradarse orgánicamente, "antes de la próxima temporada de crecimiento". De no ocurrir dicho proceso, se corre el riesgo de que el suelo muera y los pastizales "se oxiden" (se convierten en plantas sin vida que no se integran naturalmente al terreno), liberando el carbono retenido en la tierra.
Sin embargo, "lo que tradicionalmente se hace [para degradar el pasto muerto] es quemarlo, pero el fuego también deja desnudo el suelo y se libera carbono. Quemar una hectárea de pastizal emite más contaminantes que 6.000 autos […] Cuando nuestro pastizal se ha secado, ¿qué podemos hacer para mantenerlo sano [en su degradación]?", se preguntó Savory.
En palabras del experto africano, los climatólogos y científicos solo tienen una opción: "Hacer lo impensable y utilizar el ganado, agrupado y en movimiento, como sustituto de los antiguos rebaños y depredadores e imitar a la naturaleza".
El ranking de soluciones al cambio climático elaborado por Project Drawdown(una organización que reúne a investigadores, científicos, estudiantes graduados, doctores, postdoctorados, responsables políticos, líderes empresariales y activistas), mencionado por Nargi, considera la opción del ecologista Savory entre sus primeras 20 acciones.
Por otra parte, en la casilla nueve se ubica el silvopastoreo, una modalidad que apuesta por la interacción entre animales y pastizales, bajo un sistema de manejo integral, sostenible y que se complementa con la plantación de árboles; mientras que en el puesto 19, se referencia al pastoreo planificado (o gestión holística), el método desarrollado y ya explicado por Savory, del rebaño en movimiento.
El ecologista zimbabuense destacó que el pastoreo planificado no solo ha permitido revertir la desertificación en diversas áreas de África y el mundo, sino que, además, en algunas zonas de su país se ha masificado el ganado en un 400%.
Latinoamérica también ha sido parte de esta corriente que aboga por la utilización del ganado para la restauración de los suelos. Savory menciona el caso de 25.000 ovejas que ayudaron a incrementar en un 50% la producción agrícola en zonas desérticas de la Patagonia argentina.
Otro claro ejemplo de la efectividad de este método es Carnes Naturales Manada, una Empresa B chilena del rubro ganadero, sobre la cual ya te contamos en El Definido, y que a través del pastoreo planificado ayuda a la reactivación biológica de los suelos.
¿Es un método atrevido? Quizá, pero los planteamientos de Savory (aunque no es la única forma de contrarrestar los efectos del cambio climático) pueden ser claves en la tarea de frenar la desertificación y aumentar el secuestro de CO2 de los suelos. Las proyecciones indican que una aplicación mundial del pastoreo planificado, resultaría en una retención de dióxido de carbono de 16 gigatoneladas para el año 2050, una cifra importante teniendo en cuenta que en el 2017, por ejemplo, se produjeron 32,5 gigatoneladas en todo el mundo (es decir, acapararía casi un 50% de esas emisiones).
La charla TED completa del ecologista Allan Savory la puedes ver acá: