premio abel, matematica, karen uhlenbeck, burbujas, ecuaciones, mujer
Imagen: César Mejías

Karen Uhlenbeck: la científica inspirada por burbujas de jabón que se convirtió en la primera mujer en ganar "el Nobel de las matemáticas"

Tras 17 años de existencia, el galardón entregado por la Academia Noruega de Ciencias y Letras, ha recaído en las manos de una matemática que, por más de medio siglo, ha luchado por demostrar que las mujeres merecen un espacio en el mundo científico.

Por Alejandro Fuenmayor | 2019-03-22 | 07:00
Tags | premio abel, matematica, karen uhlenbeck, burbujas, ecuaciones, mujer
"Ella hizo cosas que nadie pensó en hacer y sentó las bases de una rama de las matemáticas", (Sun-Yung Alice Chang, matemática de la Universidad de Princeton y miembro del comité de selección del Premio Abel).
Relacionadas

En 1997, un libro titulado Journeys of Women in Science and Engineering, dio a conocer los perfiles de 88 mujeres que, a través de su destacada labor en el mundo académico y de la investigación, intentaban demostrar que sus aportes podían dejar huella en la historia.

Una de las protagonistas de ese libro es Karen Uhlenbeck, investigadora estadounidense y doctora en matemáticas que, en aquel entonces, contaba las dificultades que enfrentó para poder encontrar trabajo en su campo. "Me decían que no contrataban mujeres, que debían ir a casa y tener bebés", relató.

Dos décadas después de la publicación de dicha obra, Uhlenbeck se ha convertido en la primera mujer en ser reconocida con el Premio Abel, un prestigioso galardón entregado por la realeza noruega y que es conocido como "el Nobel de matemáticas" (pues el Nobel de esta disciplina no existe realmente, esto es lo más semejante).


Karen Uhlenbeck, doctora en matemáticas y profesora emérita de la Universidad de Texas / Abel Prize

¿Cómo la lucha de esta matemática le permitió sentar un importante precedente en el mundo de las ciencias y qué plantea su llamativa investigación inspirada en burbujas de jabón?

Una mente brillante que prefiere la soledad

Uhlenbeck es nativa de Cleveland y en la descripción que hace de sí misma en Journeys of Women in Science and Engineering, destaca que, de joven, no se sentía atraída por las matemáticas, pero su incomodidad al momento de interactuar socialmente hizo que se decantara por "una carrera en la que no tuviera que trabajar con otras personas".

"Como joven académica, trabajé mucho sola. De hecho, eso fue uno de los atractivos de las matemáticas [...] Sin embargo, a medida que mi carrera avanzaba, tuve que mejorar mis habilidades de comunicación, para poder interactuar con estudiantes", resaltó.

En la década de los setenta, trabajó por un tiempo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y en la Universidad de California, y ya por aquella época tuvo que empezar a lidiar con los prejuicios de ser una mujer dedicada a las ciencias.

"Los lugares interesados en mi esposo [investigador especializado en biofísica], como Stanford y Princeton, no estaban dispuestos a contratarme", recordó la académica, agregando que la negativa de estas universidades se fundamentaba en "reglas del nepotismo".

Tras algunos años de trabajo en la Universidad de Illinois, la doctora Uhlenbeck pasó a formar parte de la Universidad de Texas, institución en la que llegó a dirigir un programa para mujeres matemáticas y que, posteriormente, la nombró profesora emérita.

Una pionera de las matemáticas

A lo largo de su trayectoria, los reconocimientos no fueron ajenos a Uhlenbeck: fue beneficiada con una beca de investigación de la Fundación Alfred P. Sloan y una Beca MacArthur, ganó la Medalla Nacional de Ciencias y el Premio Steele de la Sociedad Americana de Matemáticas; además, en 1990 se convirtió en la segunda mujer en dar una charla durante las plenarias del Congreso Internacional de Matemáticos.

Pero, sin dudas, el principal galardón para la catedrática norteamericana llegó el pasado martes, cuando fue nombrada ganadora del Premio Abel, el reconocimiento más importante en el mundo de las matemáticas, convirtiéndose en la primera mujer en obtener este logro, en los 17 años que lleva entregándose.

"La Academia Noruega de Ciencias y Letras ha resuelto conceder el Premio Abel de Matemáticas 2019 a Karen Keskulla Uhlenbeck de la Universidad de Texas, por sus logros pioneros sobre ecuaciones diferenciales parciales geométricas, teoría de gauge y sistemas integrables, y por el impacto fundamental de su trabajo en temas de análisis, geometría y física matemática", reza parte del comunicado emitido por los organizadores, destacando que el rey Harald V hará la entrega del galardón durante una ceremonia el próximo 21 de mayo.

Para la profesora Uhlenbeck, haber ganado este reconocimiento es algo increíble, según expresó al diario El País, ya que, a pesar de "pertenecer a la primera generación de mujeres que podían esperar una progresión profesional", el camino no fue tan fácil como parecía .

¿Una investigación inspirada en burbujas de jabón?

La académica estadounidense ha realizado investigaciones y contribuciones en diferentes áreas de las matemáticas, aunque su perfil en la Universidad de Texas indica que su especialidad son las ecuaciones en derivadas parciales, usadas para estudiar determinadas situaciones en campos como la física.

El trabajo de Uhlenbeck, tal y como ella lo definió, es "exótico" y "difícil de describir en términos sencillos", pero, básicamente, lo que le valió el Premio Abel fue su investigación sobre las "superficies mínimas", inspirada en burbujas de jabón y que ha permitido estudiar en profundidad diversos fenómenos físicos.

La representación matemática de estas burbujas "constituye la base de los modelos geométricos contemporáneos aplicados en matemáticas y física", recalca la Academia Noruega.

"Ella hizo cosas que nadie pensó en hacer y sentó las bases de una rama de las matemáticas", aseguró Sun-Yung Alice Chang, matemática de la Universidad de Princeton y miembro del comité de selección de este premio.

Aunque la profesora Uhlenbeck aún no sabe qué fin dará a los 700 mil dólares (más de 400 millones de pesos) que vienen con el Premio Abel, de lo que sí tiene certeza es del potencial que las mujeres tienen para aportar a los diversos campos de la ciencia, algo que, gracias a su trabajo, ha permitido que haya más oportunidades para el género femenino.

"Las jóvenes matemáticas de hoy son un grupo de talento impresionante y diverso. Espero haber contribuido, a mi manera, junto a otras personas, a abrir estas puertas cerradas y a mantenerlas abiertas de par en par", puntualizó.

¿Conoces otras mujeres científicas cuyo trabajo merezca ser reconocido?

¿CÓMO TE DEJÓ ESTE ARTÍCULO?
Feliz
Sorprendido
Meh...
Mal
Molesto
Comentarios
* Debes estar inscrito y loggeado para participar.
© 2013 El Definido: Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento de nuestro representante legal.