Muchas de quienes son madres, dicen que es una experiencia increíble, que probablemente es una de las mejores cosas que le puede ocurrir a una mujer en la vida. Sin embargo, algunas olvidan mencionar que también es un camino de aprendizaje en el que no todo es siempre color de rosas. La mayoría no habla sobre los cambios físicos y psicológicos propios de esta etapa.

La psiquiatra reproductiva, Alexandra Sacks, coautora del libro Lo que nadie te dice: una guía para tus emociones desde el embarazo hasta la maternidad, cuenta que la antropóloga estadounidense Dana Raphael, llamó en 1973 a este camino hacia la maternidad: matrescencia. ¿De qué se trata y cómo se enfrenta? Aquí nos cuenta.

¿Qué rayos tiene que ver la maternidad con la adolescencia?

Todos aquellos que ya pasaron por la adolescencia, sabrán que es un periodo de cambios en todo sentido. Se trata de una etapa que, equivocadamente o no, hemos catalogado como difícil tanto para quienes la viven como para quienes tienen que lidiar con un adolescente. Los cambios físicos y psicológicos la hacen compleja a veces, pero también única y especial.

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Sacks, quien hace diez años trabaja con mujeres que acaban ser madres, dice que la maternidad, aunque cueste imaginarlo, se parece mucho más a la adolescencia de lo que creemos.

En una charla TED, Sacks explica que a su consulta llegaban muchas madres que acababan de dar a luz con la misma inquietud: sentían que no estaban disfrutando la maternidad como deberían y se sentían culpables y preocupadas por esto. Algunas incluso llegaban a pensar que podían tener depresión posparto, una enfermedad que, aunque no hay mucha certeza sobre sus causas, se cree que se produce por la disminución abrupta en los niveles hormonales después de dar a luz.

Pero Sacks se dio cuenta de que en realidad la mayoría de estas mujeres no presentaban los síntomas de una depresión, y lo que de verdad les pasaba era que dentro de sus expectativas sobre la maternidad, tenían la idea de que se debían sentir plenas y felices, que la naturaleza les daría todas las respuestas sobre cómo hacerlo y creían que lo normal era siempre tener a su hijo como primera prioridad.

Entonces, lo que ella propuso es comenzar a dejar de lado esa visión idealista sobre la maternidad y conversar sobre lo que realmente ocurre en la matrescencia, esta transición del cuerpo, la mente, la identidad y las hormonas.

Si te acercas al camino de la maternidad, puede que verlo de esta forma te ayude a entender algunas de las cosas que probablemente vivirás en un tiempo, o que incluso puede que te estén pasando ahora mismo.

Comienza por desechar la idea de la madre perfecta

Ser madre primeriza es todo un mundo nuevo y desconocido que muchas mujeres enfrentan con desconocimiento o con la idea de que todo fluirá porque “la naturaleza es sabia”, ¡y sí que lo es! Pero también hay que saber que como todo camino, no está libre de obstáculos, algunos inevitables que te sorprenderán y otros que nosotros mismos como sociedad nos hemos puesto.

"Muchas de las madres con las que hablo se imponen un ideal imposible para la crianza de los hijos. Se rigen a un estándar de maternidad que es generoso todo el tiempo, y me dicen que se sienten culpables cuando se alejan de sus hijos para abordar sus propias necesidades físicas, sociales, profesionales, intelectuales, emocionales y espirituales”, explica Sacks a El Definido.

La psiquiatra asegura que esas necesidades son importantes y hay que escucharlas y atenderlas, porque son parte del autocuidado, un elemento esencial para evitar el agotamiento en la crianza.

Además, sostiene que alimentarse a sí mismo y a otros aspectos de la identidad, no es para nada algo egoísta, todo lo contrario, sostiene que en el caso de las madres ayuda a que la guagua también esté bien e incluso puede ser clave para fomentar su independencia.

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El “empujar y tirar” de una madre

Ahora que ya sabes que es posible que no te sientas todo el tiempo 100% plena y feliz, la psiquiatra explica que es normal que presentes sentimientos de ambivalencia cuando te des cuenta de que tu atención se aleja de la de tu guagua para cuidarte a ti misma o a otras personas. Tener inseguridades cuando eso pasa, es común, y ella lo llama el "empujar y tirar" de la maternidad.

“A veces te sentirás atraída hacia las necesidades de tu bebé y tu identidad como madre, y otras veces querrás alejarlo todo. La maternidad, como todas las experiencias complejas de la vida, es una mezcla de positivo y negativo. Amar a tu hijo no cambia el hecho de que a veces el trabajo de cuidarlo no es divertido”, dice.

¡Sincerémonos! 

Hablar con otras madres sobre sus experiencias, es clave para darte cuenta de que a muchas les ocurre lo mismo, y que una mujer no es peor mamá por intentar tener tiempo para ella y hacer las cosas que le gustan.

Sacks explica que este ejercicio de hablar con otras mujeres sirve para aprender que no estás sola y que los consejos que entre todas se pueden entregar, pueden ser muy útiles para que esta transición sea más fácil y llevadera. “Para la mayoría de las mujeres, es la vergüenza y el silencio en torno a sus experiencias el verdadero problema, no las experiencias en sí mismas", explica.

Intenta hacer una lista

Ser mamá 24/7 puede ser agotador, y por eso Sacks aconseja lo siguiente: “Antes de siquiera pensar en cómo equilibrar los roles de cuidado con la pareja, animo a las mamás a hacer una lista de las experiencias de cuidado personal que más extrañan: hacer ejercicio, dormir, ir a la peluquería, al médico, reconectarse con un pasatiempo o un viejo amigo, tener un tiempo ininterrumpido para leer o ponerse al día en la computadora, o simplemente relajarse”.

Y dice que el paso siguiente es hablar con la pareja sobre cómo van a organizarse para lograr realizar las actividades esenciales de la semana y cuál es la mejor forma para compatibilizarlas con el cuidado de la guagua.

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La matrescencia implica cambios como aprender a asumir nuevos roles, nuevas prioridades e incluso una nueva identidad. Cada mamá hace su máximo esfuerzo por ser la mejor mamá del mundo y para aquellas que recién ingresan en esta experiencia, es necesario que no se avergüencen ni depriman por lo que a veces sienten, es parte de la transición porque, como explica Sacks en su charla TED, así como nace un hijo, también es importante tener en cuenta que nace una mamá que se aventura en un mundo desconocido para ella, pero lleno de alegrías y desafíos.

La charla TED completa la puedes ver acá: