¿Te acuerdas de la Luna? Volvió, quizá no en forma de fichas, pero sí a estar en el ojo público.
Aunque la tuvimos un poco abandonada luego de su peak mediático entre los 60s y 70s, hoy nuestro satélite natural brilla con luces propias (no literalmente). Tanto que incluso China hizo esfuerzos para realizar algo que jamás habíamos logrado: llegar al lado que eternamente oculta.
A continuación, te contamos cómo lo lograron y qué tienen planificado, pero antes…
El nuevo estrellato de la Luna
Como les contamos anteriormente, la Luna es hoy objetivo de varias agencias espaciales y empresas privadas, luego de décadas de poco interés donde el contacto se limitó, mayormente, a sondas orbitales.
Para agencias gubernamentales como la NASA (estadounidense), la ESA (europea) y Roscosmos (rusa), entre otras, la Luna podría servir primero como laboratorio para probar tecnologías y operaciones que se utilizarán en un futuro viaje a Marte, y segundo, como estación intermedia en este mismo viaje.
De hecho, se rumorea un proyecto conjunto de varias agencias para crear una estación orbital que comenzaría a ejecutarse este mismo año. Elon Musk, fundador de la compañía de transporte aeroespacial SpaceX, también ha mostrado interés en un plan similar, aunque no ha publicado nada concreto.
Otras razones incluyen los posibles minerales que se puedan explotar y, finamente, su valor como destino turístico, donde se hallan varias empresas privadas interesadas.
China, por lejos, ha sido la nación más entusiasmada, enviando varias sondas en la última década. La mayoría han sido orbitales, pero también aterrizó un rover (esos con rueditas) en el lado visible del satélite natural, en 2013.
¿Por qué la Luna solo nos muestra una cara?
Cuando Pink Floyd hablaba del “lado oscuro de la Luna” (por cierto, obra publicada a principios de 1973, solo tres meses después de la última misión con astronautas al satélite) no se refería a una metáfora, sino a un hecho: la Luna orbita nuestro planeta con una rotación sincrónica con la nuestra, por lo que no importa el punto en el que esté en la órbita, siempre nos mostrará la misma cara.
Y si bien no es “oscuro” (solcito no le falta), sí es desconocido por la simple razón de que siempre nos está haciendo el quite. La línea de visión es esencial para la comunicación espacial y este ha sido el principal obstáculo que ha impedido explorar esta cara de nuestro satélite en terreno. Además de algunos datos topográficos, poco y nada sabemos de lo que sucede al otro lado.
Aterrizaje en el lado oscuro
¿Qué hizo China? En mayo del año pasado, envió un satélite de retransmisión, el Queqiao, que se ubicó en un lugar estratégico de la órbita, con vista tanto de la Tierra como del lugar donde aterrizaría meses después el rover Yutu-2 (sin relación con YouTube).
El lugar escogido, por sus condiciones de temperatura, fue la Cuenca Aitken, en el polo sur lunar, una gran depresión de 2.500 kilómetros de diámetro (distancia Arica-Concepción) y 12 kilómetros de profundidad, cicatriz de un antiquísimo impacto. Tan profunda es la cuenca, que se puede observar el manto lunar, la capa que se ubica entre la corteza y su núcleo.
Este 3 de enero, luego de cerca de un mes de viaje desde la Tierra, el rover aterrizó en una complicada maniobra a la que algunos expertos daban una probabilidad de éxito de 50/50. Y sacó esta foto:
¿Qué hará la misión china?
Ok, no parecen haber ni hombrecitos lunares ni nada, pero eso ya lo intuíamos, lo interesante es saber qué podemos descubrir de la Luna y de nuestro universo desde este nuevo lado.
Además de cámaras, el rover cuenta con un radar de penetración de tierra y un espectrómetro con el que comenzará en breve a recolectar información sobre la composición del suelo y su atmósfera (que, siendo rigurosos, no debería clasificarse como tal, pues técnicamente se llama “exósfera”).
El lado oculto de la Luna podría contarnos historias muy antiguas, de cuando nuestro satélite fue bombardeado por diversos objetos astronómicos que dejaron su mayor marca aquí, dado que el número de cráteres es más abundante que en el lado opuesto. Datar la cuenca ayudaría a dar con la fecha exacta de lo que parece ser un cataclismo que sucedió, hoy se cree, hace 4 mil millones de años, y así completar una parte más de este gran puzle llamado universo.
El rover también carga con un analizador de átomos, que recolectará información sobre cómo el viento solar interactúa con la superficie de la Luna, lo que ayudaría a científicos a entender cómo se forma el agua lunar, mucho más abundante en este lado del satélite. Por último, lleva consigo semillas de papas y capullos de gusanos de seda, que probarán suerte en una mini biosfera lunar.
El satélite de retransmisión también carga con una antena, desarrollada por científicos holandeses, que buscará señales en el universo en un rango hasta ahora inexplorado: entre 80 kilohercios a 80 megahercios.
Próximas misiones
Con este éxito, también celebrado por sus pares de la NASA, el país asiático refuerza no solo su importancia como punta de la exploración espacial, sino también como una de las fuerzas geopolíticas más importantes del mundo.
China marca su presencia en terreno en ambos lados de la Luna, y se pone a la vanguardia de lo que podrían ser, en el futuro, proyectos de explotación de nuestro satélite natural.
La continuación de la misión lunar china, de hecho, ya está en proceso de desarrollo y se espera que aterrice allá a finales de este año. Se trata de una misión de extracción de muestras, la primera desde 1976, que buscará retornar con tierra y rocas lunares.
Otros países ya están sintiendo la presión. En pocos meses, una misión india, la segunda en la historia de la nación, llegaría a este mismo lado del satélite. ¿Será entonces el lado “ya menos oscuro” de la Luna?
¿Crees que deberíamos seguir explorando la Luna?
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