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Imagen: César Mejías

5 historias de fanáticos cuya pasión por el fútbol es una lección de juego limpio

El fútbol, como todos los ámbitos de la vida, tiene cosas buenas y malas. Lo visto el pasado sábado antes del River-Boca, es una lección de cómo arruinar un evento, pero a través de los años hemos sido testigos de casos contrarios de hinchadas que nos dan un ejemplo de juego limpio.

Por Alejandro Fuenmayor | 2018-11-27 | 07:00
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"Sería bueno encontrar una manera de disfrutar del fútbol sin convertirlo en esa falsa cuestión de vida o muerte; hay muchas cosas por las que vale la pena pelear en serio, y el fútbol no es una de ellas" (Martin Caparrós, periodista argentino).
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"Me da mucha pena ser parte de todo esto. El nivel de odio de la gente está en su máxima expresión. Hoy perdimos todos"; es parte del mensaje emitido por el periodista argentino Martin Liberman, a propósito de los incidentes que, el pasado sábado, obligaron a la suspensión del partido de vuelta de la final 2018 de la Copa Libertadores,entre River Plate y Boca Juniors.

La suspensión de la Superfinal, como fue bautizado el encuentro entre los dos equipos más representativos del balompié argentino, no solo cuestiona la capacidad de organización del evento deportivo, sino que, además , genera dudas en cuanto a la preparación de la nación sudamericana para la realización de la próxima Cumbre del G20, uno de los principales eventos de deliberación política y económica del mundo.

Pero, más allá de las penosas acciones de un grupo pequeño de personas violentas, el fútbol, y el deporte en general, es una gran fiesta que, por encima de nuestras pasiones, la mayoría de las veces saca a relucir las buenas acciones, el juego limpio y el apoyo respetuoso hacia quienes dejan todo en una cancha.

Es por eso que en El Definido, fieles a nuestra filosofía de destacar las cosas positivas, rescatamos cinco casos de hinchadas que, por encima del resultado y la rivalidad, son un ejemplo de deportividad y dejan claro que un partido no es algo de vida o muerte, es un juego.

Unidos por una canción

Cuando Richard Rodgers y Oscar Hammerstein compusieron parte del musical Carousel, del año 1945, nunca se imaginaron que una de sus obras se convertiría en un himno del fútbol mundial.

Durante años, los fanáticos del Liverpool han entonado en el estadio de Anfield la mítica canción You'll never walk alone (Nunca caminarás solo), haciendo de dicha pieza una parte importante de la ceremonia previa al inicio de los partidos.

En 2016, la canción, que también fue adoptada por los hinchas del club alemán Borussia Dortmund en 1996, fue interpretada por más de 80 mil personas que se encontraban en el Signal Iduna Park, a propósito de un partido de la Europa League entre el Liverpool y el equipo germano.

El acto de ambas fanaticadas no solo fue una demostración de respeto que trascendía la rivalidad del momento, sino que también significó un homenaje a los fallecidos durante la Tragedia de Hillsborough, acto ocurrido en 1989, en el que fallecieron seguidores del Liverpool y del Nottingham Forest. Justamente en 2016 se cumplía el aniversario número 27 de estos dramáticos hechos (en esta nota te contamos más sobre lo que ocurrió en Hillsborough).

El gesto entre fanáticos del Liverpool y el Dortmund fue reconocido por la FIFA con el Premio a la Fanaticada del 2016.

Lluvia de peluches en Holanda

En septiembre de 2016, un partido correspondiente al torneo local holandés llamó la atención de la prensa mundial y no fue precisamente por el resultado.

El Feyenoord y el ADO Den Hagg se enfrentaron en el estadio De Kuip (la Bañera, en español), ante la mirada de miles de aficionados, entre ellos un grupo de niños que había recibido el alta del hospital de Róterdam para disfrutar de un divertido panorama deportivo.

Antes de que se diera el pitazo inicial, los hinchas del Ado Den Hagg, club visitante, empezaron a arrojar peluches hacia la grada donde se encontraban los niños, como muestra de celebración por su recuperación, algo que fue aplaudido por el estadio entero.

La FIFA también decidió reconocer a los seguidores del ADO Den Hagg, nominándolos al Premio a la Fanaticada 2016, pero el galardón recaería en los hinchas de Liverpool y Dortmund, mencionados anteriormente. Sin embargo, este gesto tuvo un gran significado en el mundo deportivo, ya que las imágenes de personas lanzando objetos al campo suele corresponder a actos violentos; por primera vez, no se escuchó a la voz del estadio pidiendo que no lancen cosas desde las gradas.

Solidaridad por encima del triunfo

El 28 de noviembre de 2016, un accidente aéreo frustró las aspiraciones del club brasileño Chapecoense de disputar la final de la Copa Sudamericana; el avión en el que viajaban se precipitó en territorio colombiano un día antes del partido frente al equipo Atlético Nacional de dicho país.

Pero este trágico episodio que consternó al mundo del deporte, también sirvió para comprender el nivel de solidaridad de los seres humanos y la capacidad de unión que podemos alcanzar en situaciones difíciles.

En un acto celebrado en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, miles de fanáticos participaron en un acto en el que se homenajeó a las víctimas de la catástrofe y, además, se le entregó la Copa Sudamericana al cuadro brasileño, por petición del Atlético Nacional y sus hinchas.

El evento fue registrado y posteriormente formó parte del documental Por siempre Chape (2018). Además, el Atlético Nacional fue reconocido con el Premio Fair Play 2016 entregado por la FIFA, por el gesto de ceder la copa al club brasileño. "Hicimos lo que teníamos que hacer, entregárselo (el título) como un gesto de esperanza que es lo que necesitaban en ese momento", afirmó Juan Carlos de la Cuesta, presidente del Atlético Nacional.

La travesía del hincha solitario

Aficionado o hincha es un concepto que no se asocia con cantidad, sino con el sentimiento que se tenga hacia un equipo; pueden ser miles... ¡o puede ser uno!

La historia del chileno Sebastián Carrera, fanático de Deportes Puerto Montt, dio la vuelta al mundo cuando se viralizó un video en el que se le puede observar solo, gritando y alentando en la grada del estadio Sánchez Rumoroso, durante el partido entre el equipo Albiverde y Coquimbo Unido, de la Primera B del fútbol chileno.

Tras un viaje de 1.500 kilómetros hasta Coquimbo, Carrera, también conocido como "el hincha solitario", fue testigo de la victoria de su equipo y los jugadores del cuadro de Puerto Montt le agradecieron el apoyo dedicándole el triunfo.

Carrera fue entrevistado por diversos medios, entre ellos la televisión argentina, y su incondicional amor por el club sureño fue aplaudido por el mismísimo Arturo Vidal, quien desde Alemania le dedicó una publicación en su Instagram.

La hazaña del hincha solitario le valió la nominación al Premio a la Fanaticada del Año 2018 de la FIFA, reconocimiento que finalmente se adjudicaría la hinchada peruana que viajó a Rusia durante el mundial. Pero la historia de Carrera hasta hoy es una muestra de lo que es la verdadera pasión por los colores, dando a entender que el amor por un equipo se mide por gestos como este y no por actos que inciten a la violencia.

El hincha que levantó la copa

En la temporada 2016-2017, la copa danesa de fútbol fue ganada por el Copenhagen, tras imponerse 3-1 al Brondby en la final del torneo. Cuando los jugadores del conjunto ganador recibieron la copa por parte de las autoridades locales, decidieron cederla a los fanáticos, para que ellos la levantaran, un acto que significó el reconocimiento por parte del club al apoyo de sus seguidores durante la competición.

Si hasta ahora el gesto te parece digno de admiración, lo que prosiguió a éste simplemente define lo que es la deportividad dentro y fuera de la cancha. El aficionado que recibió la copa en la grada decidió subir hasta una zona específica de la misma en la que se encontraba un fanático del Copenhagen con discapacidad, y le hicieron entrega del trofeo para que fuera el encargado de levantarla en señal de victoria.

Los mismos jugadores del cuadro danés esperaron que el trofeo llegara a las manos del joven para celebrar el triunfo y todo lo que involucró este noble gesto fue reconocido por la FIFA con una nominación en la edición 2017 del Premio a la Fanaticada.

Hay muchas cosas por las que vale la pena pelear en serio

Los hechos del sábado en Buenos Aires son una invitación a la reflexión y a replantear la forma en la que muchos vivimos (me incluyo) el fútbol. No debemos olvidarnos que se trata de un juego, un acto que involucra disfrutar, recrearnos, aplicar en la vida diaria los valores que a través de la deportividad vamos aprendiendo con los años.

Es injusto que el show que iba a vivirse en el Monumental hoy se vea afectado por las acciones de una minoría, pero si los verdaderos protagonistas no pueden competir en igualdad de condiciones (peor cuando es por factores ajenos a lo deportivo), lo ideal es que no se realice ningún partido hasta que los involucrados gocen de las garantías necesarias para disputar el encuentro.

Me uno a lo que el periodista argentino Martin Caparrós planteó en su artículo publicado por The New York Times: "sería bueno encontrar una manera de disfrutar del fútbol sin convertirlo en esa falsa cuestión de vida o muerte; hay muchas cosas por las que vale la pena pelear en serio, y el fútbol no es una de ellas".

¿Qué medidas debiesen adoptarse para evitar la violencia en los estadios?

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