Poder viajar, descubrir otros países, conocer nuevas costumbres, sorprenderse con increíbles paisajes y conocer el estilo de vida de distintas comunidades alrededor del mundo, es un privilegio y sin duda una gran experiencia para la vida. Es por eso que Constanza Flores (29) y Emilio Cortés (34), un matrimonio chileno que vive en Nueva Zelanda, inició un proyecto que mezcla lo que mejor saben hacer, con lo que más les gusta: tomar fotos y viajar.
Diez días después de casarse, hace ya cinco años, ambos partieron rumbo a Australia con la visa Work and Holiday y por esas vueltas de la vida, ya llevan cinco años viviendo fuera y ahora están instalados en Nueva Zelanda, el país donde decidieron quedarse para tener el estilo de vida que ellos buscaban.
Fue en un viaje a Myanmar a principios de 2016 donde comenzó todo; Constanza y Emilio se dieron cuenta que meterse en la cultura y conocer a los locales, los llevaba a ser más que simples turistas. Y Constanza, a pesar de ser una fotógrafa de paisajes, terminó sacando muchas fotos de locales, porque en realidad interactuaban mucho con ellos.
Entonces, surgió la idea de poder crear un proyecto que les permitiera compartir las imágenes con los mismos fotografiados, ya que muchas veces ellos no tenían fotos en sus casas y esta sería una buena oportunidad para poder agradecer de alguna forma el recibimiento.
Decidieron publicar la idea en un crowdfunding para recibir recursos y así poder comprar los materiales que necesitaban. En un mes y medio superaron la meta y llegaron a juntar cerca de US$1.500 dólares en donaciones (algo más de 1 millón de pesos chilenos). Con ese dinero les alcanzó para comprar una impresora, tinta y papel.
Ya con todos los implementos necesarios, a fines de febrero de 2018, iniciaron una nueva aventura por tres meses. ¿El destino? Nepal.
Tomaron sus mochilas de 20 kilos cada una y partieron a caminar kilómetros y kilómetros durante días, para llegar a cada uno de los lugares que habían planificado visitar.
Constanza cuenta a El Definido que en realidad este proyecto, llamado Paper and Ink, no busca ayudar económicamente a quienes son fotografiados, no se trata de una obra de caridad, más bien es un gesto de agradecimiento.
Lo que este matrimonio chileno entrega es un valor emocional, más que algo material. “Nosotros tenemos mucho más que aprender de su estilo de vida, que lo que nosotros podemos realmente entregarles”, asegura.
En este viaje, ambos tuvieron la oportunidad de convivir con distintas comunidades de Nepal (más de 40) y se dieron cuenta de que a pesar de que son personas muy humildes, su estilo de vida podría ser envidiable para muchos. Viven al lado del río, tienen sus propios cultivos, trabajan una a dos horas al día y cuentan con el apoyo de su comunidad.
“Al final claro, por más que tengan menos cosas materiales, el hecho de que vivan así en comunidad y que vivan con lo básico y que uno los vea tan felices y plenos, para mí es la mayor enseñanza”, asegura.
Además, explica que cuando uno viaja por este tipo de lugares, es necesario sacarse el esquema de “vengo a ayudar y a salvar el mundo” y cambiarlo por un “yo vengo a aprender del mundo”.
Constanza cuenta que al llegar a cada uno de los lugares que visitaron, se generaba una dinámica muy divertida. “Siempre recibieron muy bien el proyecto, obviamente, mucha gente no sabe inglés, entonces, no entienden qué está pasando al principio, y no están muy felices de que uno les saque una foto, pero cuando empiezan a entender lo que estamos haciendo, se emocionan y van a buscar a sus primos, a sus tíos, los amigos, etc. De repente pasamos de ser dos personas a tener fila de gente para que les demos sus fotos”.
Algunos aprovechan la ocasión para ir a arreglarse, las mamás les lavan la cara a sus hijos e incluso van a cambiarse de ropa para salir con su mejores pintas. En total, Constanza y Emilio regalaron más de 500 fotografías.
En algunos poblados, los invitaban a tomar té o a comer, para agradecerles por las fotos. Constanza destaca que esto ocurrió en aquellos lugares que eran menos turísticos, donde ellos eran los únicos extranjeros durante varios días.
Ahora se encuentran investigando el próximo destino y todo indica que será China. Todavía no saben si lo podrán hacer este o el próximo año, pero les encantaría poder visitar el sur de este país y la parte este del Tibet. Si llegan a volver a Chile, les encantaría poder visitar a comunidades mapuche.