El zumbido de las abejas, la graciosa envoltura de las chinitas, las hormigas haciendo una ordenada fila para saquear la preciada mercancía de la alacena. Muchas sensaciones y recuerdos nuestros están vinculados a estos animalitos invertebrados cuya omnipresencia es fiel reflejo de su importante rol en el mundo.
Los insectos son la columna vertebral de un ecosistema, pero, lamentablemente, sus números están cayendo de manera consistente, según indican numerosos estudios llevados a cabo en Europa y América (Chile incluido).
¿Es por la contaminación?, ¿qué nos espera en un mundo pobre en insectos?, ¿qué se puede hacer para darles una manito?
Esos maravillosos y trabajólicos bichitos
Aunque no sean especialmente adorables, los insectos son trabajadores de primera, brindando incontables beneficios para sus ecosistemas: controlan plagas, descomponen y se deshacen de desechos (como los cuerpos de otros animales) y cumplen el rol de polinizadores.
Tomemos este último punto para dimensionar su importancia en relación al ser humano. Se estima que hasta un 96% de las plantas floridas necesitan ser polinizadas por animales, lo que se traduce en que los insectos sean importantes benefactores de la producción agrícola mundial.
Las abejas, por ejemplo, realizan el 80% de la polinización total en Estados Unidos, influyendo así en 20 mil millones de dólares en cultivos anuales (equiparable a lo que aporta la minería al PIB anual de nuestro país). ¡Y nadie les da las gracias!
Ni hablar de la rica miel y la lujosa seda, que son productos comerciales muy cotizados basados en el incansable trabajo de pequeños artrópodos. ¡Ah! ¿Y se acuerdan que les contamos que los insectos podrían ser vitales para la dieta de la próximas generaciones?
Todo esto podría cambiar si la escalofriante tendencia a la baja en sus poblaciones, que apuntan diversos estudios, se mantiene.
¿El apocalipsis de los insectos?
Un estudio comparativo de población de artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos) se llevó a cabo en el bosque de Luquillo, en Puerto Rico, uno de los puntos más visitados en la isla por su abundante naturaleza y diversidad animal. Para estimar la población de una especie, los científicos se basaron en la biomasa (el peso orgánico) de los bichitos recolectados. El punto de referencia fueron mediciones hechas entre 1976 y 1977, que se compararon con nuevos barridos hechos entre 2011 y 2013. Los resultados no fueron nada buenos.
La biomasa de artrópodos de todas las familias animales consideradas en el estudio,se redujo de 4 a 10 veces, comparada con los valores tomados en los 70s. "Todo está cayendo", dijo Bradford Lister, autor del estudio. Mariposas, arañas, polillas y saltamontes, todos han sido mermados de manera progresiva, señala el estudio.
Lister señala que incluso antes de tomar las mediciones, podían ya presentir los resultados por el increíble silencio de un bosque que antiguamente era un festival de sonidos.
“Santo cielo”, fue la expresiva respuesta de David Wagner, investigador no relacionado al estudio, al ser consultado por los resultados por The Washington Post. No es para menos, porque se trata de un estudio más de varios que señalan lo mismo: los insectos están desapareciendo.
En Alemania, uno de los países que más mima a sus ecosistemas, las reservas naturales están más tranquilas que nunca. Según un estudio de 2017, en apenas tres décadas la población de insectos se redujo en un 75%. "No se trata de una sola especie, parece que básicamente hay una suerte de colapso total de insectos silvestres", señaló uno de los investigadores. No es de sorprenderse que la ley del país, hoy por hoy, multe por varios millones de pesos a quienes osen matar, por ejemplo, a una chaqueta amarilla.
En Chile esta tendencia también se observa. En 2015, el abejorro gigante, especie endémica del Cono Sur, entró a la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), luego de que se detectara un descenso en su población de entre 80% a 90%. Varias especies de escarabajos endémicas también han sido afectadas.
¿Quién tiene la culpa?
La misma razón no aplica en todos los casos. En el caso de Chile, se debe mayormente a la pérdida de sus ecosistemas y a la introducción de especies en el país (el abejorro y el conejo europeo). En Alemania, se sospecha del uso de pesticidas en tierras adyacentes a las reservas. En Puerto Rico, se señala al calentamiento global, ya que la temperatura promedio en el bosque aumentó en 2,2°C, siendo la única variable significativamente distinta.
Esta es, según expertos, la mayor amenaza para los insectos. Si bien el descenso en sus números se ha observado incluso desde los años 50s, previo al fenómeno del calentamiento, el aumento de temperaturas es, sin duda, brutal para animales y sobre todo para los insectos, quienes no pueden regular su temperatura corporal.
Proyecciones basadas en el incremento de la temperatura global señalan esto. Un estudio de este año, señala que para 2100, con un aumento de 3,2°C comparado con temperaturas pre-industriales (número bastante más alto que el 1,5°C que urge la ONU, pero más realista), el 49% de las especies de insectos del mundo perderá al menos la mitad de su rango geográfico.
Un mundo sin insectos
Como ya les decíamos en el principio, los insectos son la base de un ecosistema. De hecho, estudios señalan que hay una correlación clara e incluso causalidad entre la desaparición de los insectos y el descenso de animales que se alimentan de ellos, como aves y reptiles. Las plantas que necesitan ser polinizadas, también se verían gravemente afectadas. Y eso es solo el principio: sería todo un efecto dominó que impactaría finalmente también al humano.
Todos esos millones de dólares en cultivos se verían afectados, y la producción de comida se vería gravemente reducida. Y ojo que la población mundial sube y sube como la marea.
En definitiva, el apocalipsis de los insectos bien podría ser también el apocalipsis de la humanidad.
¿Podemos ayudar? ¿Dónde buscar?
Aunque el panorama no es bonito y el cambio climático no ayuda, aún se puede dar una manito a estos pequeños trabajadores invisibles.
Bien lo sabe Buglife, organización caritativa británica que busca evitar la desaparición de invertebrados. La ONG quiere concientizar sobre la importancia de los insectos y ofrece manuales y asesoría para, por ejemplo, preparar tu jardín para acogerlos, brindándoles un mini santuario tan importante frente al desarrollo inmobiliario.
¿Qué flores escoger?, ¿cómo disponerlas?, ¿cómo crear un charco para atraer a insectos acuáticos?, ¿cómo darle una mano a los insectos que se comen a las pestes? Estas preguntas y más contesta Buglife.
La organización también organiza campañas para presionar a los legisladores y evitar desarrollos que desfavorezcan a los insectos. En 2015, por ejemplo, evitaron la realización de un proyecto de construcción que afectaría a una araña endémica de la zona.
Otro de sus proyectos son las B-Lines, algo así como “autopistas” florales a lo largo de pueblos y el campo británico, las que ayudan a la proliferación de la fauna local. Como complemento a esta campaña, otra ONG, Plantlife, tiene un objetivo similar, buscando que los consejos municipales planten flores silvestres a lo largo del borde de carreteras rurales para brindar comida y hogar a los insectos.
También hay que recordar que el calentamiento global es la principal amenaza, por lo que al tomar cualquier iniciativa que contribuya al bienestar del medioambiente, estarás indirectamente favoreciendo a esos pequeños e incansables trabajadores.
¿Conoces iniciativas en Chile para darle una mano a los insectos?
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