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Imagen: César Mejías

Recibió cientos de dólares en un avión, solo por contarle a un pasajero su inspiradora historia

Casualmente, contándole al pasajero de al lado sobre los escasos recursos de sus alumnos, la profesora Kimber Bermudez ha recibido más de tres millones de pesos, para la escuela donde trabaja. Te contamos aquí esta inspiradora historia de donaciones.

Por Romina Diaz | 2018-08-07 | 14:08
Tags | colegios, educación, chicago, donaciones, avión
Cuando ella creía que no podía tener más suerte, el hombre sentado atrás interrumpió su conversación. Se disculpó por escuchar lo que estaba contando y le entregó un fajo de dinero con un billete de 100 dólares encima.
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¿Cuántas veces escuchamos las conversaciones de otros por casualidad? Nos pasa cuando vamos en la micro, en el metro o en la cola del supermercado. ¡Podemos llegar incluso a reírnos o conmovernos a causa de la historia que un completo desconocido le cuenta a otro!

Pues bien, a los pasajeros que compartían la cabina del avión con Kimber Bermudez el mes pasado, les pasó lo mismo, pero el hecho tuvo consecuencias inesperadas. Resulta que a la profesora de la Escuela Primaria Carlos Fuentes (Chicago), le dieron 530 dólares (352.000 pesos chilenos) solo a causa de una emocionante e inspiradora historia.

¿Le hubieses dado una donación tu también? Para eso debes conocer su historia.

Trabajar en una escuela pública, puede ser “desgarrador”

El 10 de julio pasado, la profesora de 27 años iba en un vuelo desde Chicago a Florida para visitar a sus padres. El hombre sentado junto a ella le preguntó sobre su profesión y la joven comenzó a contarle sobre lo que vive día a día en el colegio público donde trabaja. “Fui sincera con él. Le dije que trabajar en una escuela de bajos ingresos puede ser desgarrador”, dijo Bermudez el día siguiente a través de su cuenta de Facebook.

Lo que no sabía la profesora, era que algunos pasajeros más iban “con la oreja parada” escuchando su historia, y menos aún que recibiría dinero en efectivo en ese mismo vuelo para ayudar a sus alumnos.

La Escuela Primaria Carlos Fuentes, es uno de los 15 colegios del Distrito de Escuelas Públicas de Chicago, llamados también colegios Acero, que educan a alrededor de 7.500 alumnos. Al igual que todas las escuelas públicas de Chicago, este establecimiento se financia con dólares provenientes de impuestos. A la vez, solicitan subvenciones públicas, privadas y recaudan fondos para complementar lo que les da el gobierno, explica a El Definido la directora del colegio, Joanne Tanner.

En esta escuela, el 97% de los estudiantes son de origen hispano y el 87% son de bajos ingresos, por lo que califican para recibir desayuno y almuerzo gratis, nos dice la encargada de comunicaciones del distrito, Noelle Gaffney.

Además, estos colegios cuentan con la participación de la comunidad. Como explican en su página, los colegios Acero se basan en su larga red de relaciones comunitarias con iglesias locales y otras organizaciones. Ofrecen programas que benefician directamente a los que forman parte de la comunidad, por ejemplo, con clases de inglés y de educación sanitaria para mejorar los estilos de vida de padres y residentes locales.

El poder de la elocuencia

Bermudez le continuó contando al hombre sentado junto a ella cuánto le gustaba su trabajo, pero que le rompía el corazón ver a niños que llegaban al colegio sin haber desayunado.

Tenía 32 alumnos en su clase y la mayoría eran hijos de padres inmigrantes con bajos recursos. Coincidentemente, el hombre sentado junto a ella trabajaba en una empresa que donaba dinero y artículos a este tipo de escuelas. Intercambiaron algunos datos para que así su empresa se pusiera en contacto con este colegio, ubicado en el barrio Avondale de Chicago.

Cuando ella creía que no podía tener más suerte, el hombre sentado atrás interrumpió su conversación. Se disculpó por escuchar lo que estaba contando y le entregó un fajo de dinero con un billete de 100 dólares encima. Le dijo que “hiciera algo increíble”, cuenta Bermudez. “Comencé a llorar. Le di las gracias y le dije que ayudaría a la comunidad”. El hombre le había entregado 500 dólares (320.000 pesos chilenos).

Una cadena de aportes

La emoción de esta profesora, que contaba que algunos de sus alumnos ni siquiera tienen casa, afectó también a otros pasajeros del vuelo 1050 de Southwest Airlines. Cuando el avión aterrizó, el hombre sentado al frente del pasillo le dijo que había escuchado su conversación y le pasó 20 dólares (12.800 pesos chilenos) a la profesora. Al mismo tiempo se acercó otra persona y le dio 10 dólares (6.400 pesos chilenos). “No estaba contando mi historia para solicitar dinero, y nunca tuve la intención de salir de ese vuelo con otra cosa que no fuera mi equipaje de mano”, dijo Bermudez.

“Al hacer lo que amas inspiras y despiertas los corazones de los demás”, es la frase que tiene escrita Bermudez al final de cada email que envía. No solo logró inspirar a pasajeros de ese avión, sino que la vivencia se ha seguido propagando. La joven publicó posteriormente su historia del vuelo a Florida a través de su cuenta de Facebook, que ha sido compartida 26 mil veces. También ha sido publicada por medios como The Washington Post y en CNN.

A través de un comunicado, la Escuela Primaria Carlos Fuentes publicó que el 18 de julio ya habían recibido aproximadamente 2.000 dólares (1.283.800 en pesos chilenos) más en donaciones, una cifra que continuó avanzando. La encargada de comunicaciones nos dice que, a la fecha, el colegio ya ha recibido alrededor de 5.000 dólares (3.200.000 en pesos chilenos). "Estoy en shock con la increíble reacción en cadena", dijo Bermudez. El dinero se destinará a útiles escolares y la profesora dice que tiene la esperanza de que una parte se use para que puedan tener un patio para el recreo.

Hay casos desgarradores, nos dice la directora del colegio, pero la comunidad está constantemente contribuyendo. “Cuando nuestros niños necesitaban un lugar para jugar durante el recreo, nuestro personal pintaba juegos en el asfalto de nuestro estacionamiento. Estudiantes de segundo básico ayudaron trabajando en un stand de limonada para recaudar fondos que se destinaron a ayudar a niños con cáncer”, dice la directora. “Lo que es inspirador de nuestra comunidad escolar, es cómo trabajamos juntos para resolver problemas y ayudarnos entre todos cuando sea necesario”, agrega.

Las donaciones se pueden hacer a través del sitio web de la cadena de colegios Acero y los donantes pueden indicar si quieren que el dinero vaya a una escuela específica.

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