A fines de abril, arrancaba la segunda temporada de Westworld; la serie de HBO que dividió a la crítica el 2016 y que ahora vuelve con la promesa de seguir renovando la historia de vaqueros cibernéticos, que ya comenzaban a arremeter contra la humanidad. ¿Por qué será que a pesar de todo, la serie aún no logra ser un hit como Game of Thrones?
Cinestro se pone las botas de vaquero, hace la fila e ingresa al parque temático para descubrir sus secretos y averiguar la razón de tanta genialidad poco valorada por la audiencia.
Una serie única y ciber-inteligente
Desde que HBO decidió renovar la serie para una segunda temporada, la cosa no fue fácil para nadie. Primero porque los showrunners, Jonathan Nolan y Lisa Joy, avisaron de inmediato que la segunda patita iba a demorar en llegar a nuestros televisores, ya que la trama era demasiado compleja para abordarla a tontas y a locas. Y segundo porque es una serie muy cara de producir.
Para los que no recuerdan de qué se trata la serie, aquí les traigo una pequeña sinopsis:
Westworld es un parque temático (tipo Jurassic Park, todo muy realista, muy interactivo) donde habitan androides para recrear una zona ficticia del salvaje oeste norteamericano. En este lugar, los que pagan pueden, entre otras cosas, entrar y hacer lo que se le plazca: vivir una aventura salvando a una damisela de los bandidos, luchar contra los indios, pasar noches en un burdel o vivir como un héroe de un pueblo western. Aquí todo vale, ya que técnicamente cualquier daño ocasionado en la historia (personajes, edificios, animales...), es reemplazado por la enorme fábrica de "anfitriones" que existe bajo tierra. El problema en si, parte cuando los androides comienzan a recordar sus vidas pasadas y estalla una especie de resistencia contra sus creadores. Hombre contra máquina, creación contra creador.
Pueden estar pensando en este minuto que Westworld es la típica historia de la inteligencia artificial descontrolada que extinguirá la raza humana. Pero más allá de los clásicos relatos de ciencia ficción convencionales, en esta serie encontramos una narración tan perfectamente caótica y auténtica, que dan ganas de elevarla al altar de las grandes obras de ciencia ficción, ese donde se mantienen Star Wars, Jurassic Park (original del mismo Crichton), Star Trek o Volver al Futuro, entre otras...inserte la suya.
Además de ser una historia que juega de manera maestra con los tiempos, hay todo un tema a descifrar sobre quienes son realmente los héroes o los villanos. Por ejemplo, la historia principal sigue a cuatro personajes, que encabezan cuatro perspectivas muy diferentes unas de otras:
Bernard (Jeffrey Wright) sigue siendo el personaje más complejo de todos, ya que la temporada pasada nos revelaron que era un androide más dentro del plan de Ford (Anthony Hopkins), el dueño y fundador del parque. Es en cuestión el personaje más importante de todos, ya que en su "base de datos" podríamos encontrar la respuesta a quien podría estar detrás de toda esta resistencia artificial.
Dolores (Evan Rachel Wood) partió siendo la heroína y gran piedra angular de la historia como un personaje dulce, paciente y valiente. Hoy, a 15 capítulos del inicio, se volvió uno de los personajes más peligrosos del Westworld. No me cabe duda que ella es el arma final, y la contraparte oscura que hay detrás de la revolución, más que nada por esos intensos diálogos en que explica que "algunos merecen vivir para resguardar la existencia de otros".
William a.k.a El Hombre de Negro (Ed Harris), sigue profundizando en su propio juego dentro del parque. Atrás queda el viejo misterioso –tal Clint Eastwood– que quitaba el aliento a cada pueblo que pasaba, ya que ahora es, quizás, un hombre que cruza de la oscuridad a la luz como buen antihéroe, de esos que existen en el universo de Game of Thrones.
Maeve (Thandie Newton), es la favorita de todos. Probablemente el androide más dañado de todo el Westworld y que evolucionó más rápido que cualquiera de sus pares, recordando las mil veces que fue asesinada junto a su hija.
¿Por qué entonces decimos que es una serie infravalorada?
En teoría, todos y todas tenemos derecho a decir lo que nos gusta y lo que no. Dicho eso, sabemos que no es una serie taaan popcorn y tampoco busca parecerse a aquellas que, por ejemplo, vemos salir por montones año a año en Netflix. Yo diría que Westworld va por una línea mucho más sensible respecto al argumento... ¿Cuál es nuestro rol en la vida?, ¿quién nos convierte en seres "especiales"?, ¿eventualmente los robots podrían tener el mismo derecho a la vida? Esas y otras preguntas más, se van planteando a medida que la historia avanza y los personajes van madurando hacia una especie de héroes de guerra.
De hecho, en el capítulo pasado el escenario western queda atrás cuando Maeve y su grupo de aliados/rehenes llegan al Shogun World, un parque temático oriental que aún no habíamos conocido y donde existen personajes muy, muy interesantes...
La reflexión es el punto de partida a una serie que quizás no tiene la gracia de ser masiva, pero sí tiene los ingredientes para ser uno de esos títulos épicos que aparecen cada diez años y que muchas veces no sobreviven a las cancelaciones por el bajo rating. Esperemos que al menos, esta lo logre.
La opinión en redes sociales no ha sido muy favorable desde el principio, simplemente la gente no habla de Westworld de la misma manera que de Game of Thrones en sus segunda temporada; específicamente cuando ocurría la batalla de Aguasnegras y el choque de los cinco reyes estaba recién empezando.
La critica especializada, por el contrario, ha calificado la obra de Jonathan Nolan como mucho más dinámica y entretenida que otras de su tipo. Específicamente en Metacritic y Rotten Tomatoes, Westworld temporada 2, tiene una calificación de 76% y 93%, respectivamente.
De todas formas, siempre recomendamos desde esta humilde vitrina de información, que cada uno vea lo que más le guste. Todos podemos ser críticos sin necesariamente hacer caso de lo que el resto les diga. Westworld es una excelente serie, no perfecta, pero increíblemente bien elaborada desde la médula. Yo que ustedes le doy una mirada, porque donde El Definido pone el ojo... pone la bala.
Que tengan buena semana, queridos.
leído
