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Imagen: César Mejías

La leucemia infantil podría prevenirse si los niños se vieran más expuestos a infecciones (según estudio)

Un análisis liderado por uno de los biólogos más prominentes de Inglaterra, indica que la exposición a infecciones en el primer año de vida, es vital para prevenir el desarrollo de la leucemia linfoblástica, el tipo de cáncer infantil más común y especialmente prevalente en latinos.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2018-05-30 | 11:41
Tags | ciencia, cáncer, cura, niños, leucemia, infección
Greaves señala que es fundamental que los padres expongan, de forma segura y benigna, a los niños a microbios. Por ejemplo, incentivarlo a mezclarse con otros niños más grandes, especialmente en su primer año de vida.
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“No quiero morir hasta ver que la mayoría de los cánceres sean curables”, es una cita del Nobel de Medicina James Watson, con la que muchos médicos y biólogos podrían identificarse. El cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel global, una afección de la que ningún grupo etario, socioeconómico o género, está libre.

Aunque todavía el fin del cáncer no esté en el horizonte, cada año se van dando pequeños pasos para prevenir y tratar sus diversas manifestaciones, distintas cada una, pero idénticas en la esencia de su causa: la división descontrolada de células.

Recientemente, Melvyn Greaves, miembro del Institute of Cancer Research de Londres y una de las eminencias mundiales en leucemia infantil, analizó décadas de estudios sobre esta enfermedad y concluyó con lo que espera sea la “resolución de una controversia de 100 años sobre qué (la) causa”.

Un cáncer con buen pronóstico pero muy temido

La leucemia linfoide aguda (LLA), ocurre cuando la médula ósea produce demasiados linfocitos inmaduros, llamados linfoblastos, y estos comienzan a reemplazar a las células normales. Aunque no es especialmente agresiva como otros cánceres, sí es bastante frecuente, siendo el cáncer más común en niños en países desarrollados y con una incidencia al alza en las últimas décadas, especialmente entre latinos.

Aunque la tasa de curación es de un 90%, Greaves llama la atención sobre el gran impacto psicológico que puede generar la enfermedad en niños y sus familias, y las secuelas que deja y que pueden durar toda la vida, entre ellas, infertilidad, un segundo cáncer, fatiga, problemas al corazón y osteoporosis.

Investigaciones de las últimas décadas, han arrojado algunos datos llamativos sobre la LLA. Se sabe, por ejemplo, que en países de escaso desarrollo es muy rara, mientras que en países desarrollados es muy frecuente y lo es cada vez más. También se documenta que es más común en primogénitos y que, en ocasiones, surge en brotes, es decir, se registran varios casos de golpe en una comunidad.

El análisis hecho por Greaves, apunta a que la LLA ocurre cuando se dan dos situaciones. Una de ellas sería la clave en su prevención.

El rol de las infecciones

El primer paso es un defecto genético que se encuentra en el 5% de los recién nacidos, cuyo origen se atribuye a un “accidente de desarrollo”, es decir, no hay responsables externos.

Greaves señala que el sistema inmune de aquellos con este gen defectuoso, es más propenso a reaccionar a las infecciones de rutina después del nacimiento con una respuesta inflamatoria mal regulada, lo que provoca un segundo cambio genético que, a su vez, causa la enfermedad. Esto ocurre en un 1% de aquellos que nacen con el gen defectuoso.

La clave del asunto está en este último punto. El análisis del biólogo, arroja que esta respuesta mal regulada ante infecciones ocurre, sobre todo, cuando el sistema inmune no ha sido preparado para combatirlas. La etapa crucial de formación de nuestras defensas es en los primeros meses de vida, cuando nuestro cuerpo comienza a atacar las primeras bacterias y virus.

Luego todo comienza a tener sentido. Los padres en países desarrollados tienen varias opciones para evitar que su hijo corra riesgos mínimos de infección (muchas más que en el caso de los países subdesarrollados). Un primer hijo no tiene hermanos que puedan exponerlo a bacterias o virus y los brotes de leucemia pueden deberse a infecciones que gatillan el gen latente en varios niños a la vez.

¿Cómo disminuir las posibilidades de desarrollar la enfermedad (según Greaves)?

Greaves señala que es fundamentalque los padres expongan, de forma segura y benigna, a los niños a microbios. Por ejemplo, incentivarlo a mezclarse con otros niños más grandes, especialmente en su primer año de vida, como también brindarle leche de pecho, ya que es una buena fuente de entrenamiento bacterial.

No está de más decir que el mismo mecanismo de dos pasos también ocurre en el caso de otras afecciones, por lo que seguir las recomendaciones del análisis podría minimizar el riesgo de sufrir la enfermedad de Hodgkin, diabetes tipo 1 y alergias.

El trabajo de Greaves en las últimas décadas culmina con este análisis que significa un gran paso hacia la prevención de uno de los cánceres más usuales. El científico espera que de 5 a 10 años se puedan ver los resultados, idealmente en una brusca caída de la incidencia de la LLA. Sin duda, será algo que James Watson apreciará a sus casi 100 años.

¿Crees que actualmente los niños se ven menos expuestos a infecciones que antes?

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