El título de Gran Maestro Internacional es el más importante que un jugador de ajedrez puede recibir en la vida. Es un título vitalicio, entregado a un ajedrecista cuando alcanza un determinado nivel de excelencia. El ruso Anatoli Kárpov posee este título y ha sido campeón mundial entre 1975 y 1985, y también entre 1993 y 1999.
En agosto del año pasado visitó nuestro país. Una de las actividades programadas era jugar un partido con Gonzalo Sánchez Sandoval, joven por ese entonces de 15 años, que comenzaba a hacerse un nombre en el mundo del ajedrez.
Gonzalo logró "hacer tablas" con el ruso, lo que en el mundo del ajedrez es equivalente a empatar. Y lo que en su mundo significa una gran, gran hazaña. "De verdad fue uno de mis mayores logros", cuenta Gonzalo a El Definido.
En agosto, y con 16 años, participará en la Olimpiada Mundial de Ajedrez Juvenil que se realizará en China entre el 21 y el 30 de julio. La idea es ganar en su categoría, la Sub 16, donde él ya es el número uno a nivel nacional.
¿Cuáles son tus expectativas frente a este torneo?
"Nos estamos preparando con el equipo olímpico por Internet. Yo creo que vamos a tener un buen desempeño, pero me preocupa más el equipo, en el que somos cinco, que el resultado individual".
¿Hace cuánto que juegas ajedrez y por qué?
"Juego desde los cuatro años. Me enseño mi papá. A él le gustaba jugar y era bueno, así que para entretenerme me enseñó a jugar ajedrez. Me gustó de inmediato por cómo es en sí, con mucha lógica".
A los 11 años ganó un campeonato del colegio y las personas que lo rodeaban comenzaron a advertir que él tenía habilidades especiales para el ajedrez.
"Él entendía que el juego consistía en encerrar, anular y bloquear al rey, no le importaba perder piezas, su objetivo era el jaque mate", recordó su papá,
Rubén, quien también es dirigente de la comunidad mapuche Carimán Sanchez de Freire.
Luego de ese campeonato, no paró más. Desde Temuco, su ciudad natal,
viajaba todos los fines de semana hacia Los Ángeles, donde se hacían encuentros. Fue un gran esfuerzo para ambos, pero que a la larga valió la pena. Su primer torneo grande, fue el nacional, donde salió décimo.
"Obviamente me costó. Como toda está centralizado, tenía que viajar todos los fines de semana. Todo esto fue gracias a mis papás que me financiaban y me apoyaron", comenta.
¿Qué se necesita para ser un buen ajedrecista?
"Como todas las cosas, si te lo propones y le dedicas tiempo, y te gusta de verdad, puedes llegar muy lejos. Creo que en el caso del ajedrez, es 80% esfuerzo, y 20% habilidad. Yo creo que es harta lógica lo que necesitas, también matemáticas, mucho cálculo. Pero más allá de eso, y como en cualquier deporte, necesitas motivación, y la concentración es muy importante"
¿Cómo te ha ayudado el ser mapuche en este proceso?
"Mucho, ya que me apoyaron por mis raíces. Para viajar a China necesitaba dos millones y medio. Correspondía que me apoyara el Instituto Nacional de Deportes, o la Federación de Ajedrez, pero no fue así. La
Conadi (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena), me apoyó. Si no hubiera tenido el apoyo de ellos, hubiera tenido que arreglármelas para sacar el dinero del bolsillo de mi familia".
¿Cuáles son tus planes para cuando salgas del colegio?
"Me quiero dedicar 100% al ajedrez profesional, quiero ser profesor. Ojalá que sea en Chile, donde ya podría hacer clases, pero obviamente tengo que seguir con el nivel de juego, necesito ganar más experiencia. Uno conoce a harta gente, hartos amigos, es muy entretenido. He tenido la oportunidad de viajar por Latinoamérica y también por Chile".
Sus planes a corto plazo en cambio son tener un "gran desempeño" en el Mundial, y luego clasificar a la final de adultos en Chile. "Este año estuve a punto de clasificar y no lo logré. Pero fue un excelente torneo", asegura.