“Se podría decir que me gusta más esquiar que jugar golf”, comienza diciendo Mark Tullo, quien reconoce ser un amante de la adrenalina y la velocidad. En el colegio jugaba fútbol, atletismo y rugby, antes de dedicarse al Golf, un deporte que en Chile no se masificaba. Recién a los 15 años comenzó a dedicarle más tiempo a los palos. El cabro era bueno. Al poco tiempo se transformó en el número uno juvenil en Chile, y tomó la decisión de irse cinco años a EEUU a estudiar becado gracias al Golf. Ahí siguió subiendo su nivel enfrentando a jugadores de gran técnica. Al volver a Chile, tuvo que tomar esa decisión clave en la carrera de muchos deportistas: ¿Trabajar o dedicarse al profesionalismo? “Me costó tomar la decisión porque en Chile el Golf es un deporte que no se pesca mucho, pero me tenía que sacar la bala."

Se hizo profesional el año 2003 y el despegue fue inmediato. Desde ahí, han pasado cientos de torneos, rivales, historias, triunfos y derrotas en su camino. Hoy Mark, junto a Felipe Aguilar, está en la primera línea del Tour Europeo, uno de los circuitos más competitivos del mundo. “He tenido victorias que otros chilenos no han tenido, salvo Felipe Aguilar o Roy Mackenzie. Jugar en Europa no ha sido fácil, pero por suerte todo ha ido bien. Imagínate 20 mil golfistas como yo compitiendo por 110 puestos”, comenta sobre la dura competencia. El Tour europeo empieza en enero y termina en octubre, pero después empieza la temporada en Chile. Para Mark son 12 meses de intensidad pura.

A ti junto a Felipe Aguilar les tocó abrir el camino a los golfistas chilenos en el extranjero, ¿cómo sientes que fue ese proceso?

Felipe es muy amigo mío y estando en Chile siempre conversábamos que debíamos ir a Europa e intentarlo. No sé cómo, pero el 2003 conseguimos participar en el Alps Tour y nos fue bastante bien. Estando allá supimos de la existencia del Challenge Tour, que es la segunda división en Europa. Volvimos a Chile, luego que nos echaran del Alps Tour, porque nos estaba yendo muy bien (ríe). Cuando el Tour de las Américas se fusionó con el Challenge Tour, Felipe y yo pudimos entrar a jugar esos torneos, donde antes era imposible. Después de algunos años, subimos al Tour europeo, donde hemos tenido altos y bajos. 

¿Cuál era tu sueño cuando empezaste en el Golf y cuál es tu sueño hoy?

Estar en las primeras ligas, ya sea Europa o EEUU. Yo siempre he querido llegar a EEUU, aunque el nivel con Europa son bastante parecidos. Ahora estoy donde quiero estar y me quiero mantener ahí. Me tengo que ganar un puesto en Europa y después ver si puedo ir a EEUU. Este puede ser un año de consolidación.

¿Cómo te sientes física y mentalmente hoy?

Bien, tuve una lesión complicada en noviembre del año pasado hasta febrero y no podía jugar golf, así de simple. Ahora estoy empezando a jugar con molestias y no con dolor que era mi problema.

¿El tema físico ha sido el principal obstáculo en tu carrera? 

Yo diría que sí. Obviamente hay momentos en tu carrera que tienes bajones golfísticos y cuesta, pero la parte física siempre es delicada. Tuve que dejar de lado otros deportes para evitar lesiones, pero me costó un par de roturas de peroné.

LEJOS DE CASA

Cuando Mark está en Chile, el día empieza temprano.Va al gimnasio, se junta con su entrenador y revisa los aspectos a mejorar en su juego. Pero cuando está en temporada, es otra cosa. Se levanta a las 3 y media de la mañana, se prepara para jugar dos horas antes y la competencia dura cinco horas promedio. A las 5 de la tarde está de vuelta en el Hotel y son cuatro días seguidos a ese ritmo.“Es más sacrificado que la cresta”, afirma sin problemas. Si a eso le sumas los viajes constantes y el estar lejos de la familia, hace que todo cueste más. “Termina el año y no quieres más guerra, pero así es la vida del deportista. La idea siempre es tener un calendario organizado, pero en mi situación tengo que jugar todo”, explica.

¿Cómo enfrentas ese desgaste?

Yo desde los 16 años que viajo solo. Me he perdido casi todos los matrimonios de mis amigos y muchas cosas en Chile, pero no me arrepiento. Es mi estilo de vida. Cuando empecé a viajar de chico me creé un caparazón emocional y se me olvida todo cuando voy a jugar. Aunque desde que tengo familia me cuesta más y el caparazón se hace más delgado. A veces mi señora y mi hijo me llaman llorando y yo no sé qué hacer.

¿Y qué pasa por tu cabeza en ese momento?

Pienso que no puedo hacer nada, es mi carrera. Le pido perdón a mi mujer y tratamos de resolver las cosas por teléfono. A veces cuesta, pero la mejor opción es llevar a mi familia conmigo. Hace dos años que me estoy llevando a mi señora y a mi hijo a Europa y eso hace todo más fácil. El día que mi hijo entre al colegio tendremos que pensar en otra solución, porque hoy mi vida puede cambiar de un momento a otro y es difícil planificar. 

¿Y qué momentos en tu carrera han compensado ese sacrificio?

Los dos torneos que gané en el Challenge Tour fueron súper importantes porque justo estaba mi señora y mi hijo y fueron en lugares increíbles. Uno fue en Ginebra y el otro en Egipto, y los recuerdo como si fueran ayer. Me gustaría repetir esos triunfos en el Tour Europeo que son las primeras ligas y eso sería un sueño aún mejor. 

¿Tienes algún objetivo con respecto a tu ranking? Hoy estás en la posición 365.

No tenía idea (ríe). Me importa el ranking, pero no es mi meta. Mi objetivo es mantenerme en Europa este año, ojalá ganar un torneo y con eso el ranking se arregla solo. Si logro quedarme un par de años en el Tour podré jugar Torneos como el British o el US Open, que son los que al final te hacen mejorar el ranking.

Los Juegos Olímpicos de Río 2016 serán los primeros en la historia de incorporar el Golf  a las competencias, ¿te ves ahí?

Mi meta es representar a Chile en los Juegos Olímpicos. Yo no sé si voy a ser representante de Chile ni cómo los van a elegir, pero si estoy ahí, sería un gran tick en mi lista.

¿EL GOLF PRENDE EN CHILE?

Según Mark, hay una sola persona en el mundo más fanática del Golf que él: Su padre. Un golfista apasionado que lo introdujo en el mundo de los palos desde pequeño y que lo ha apoyado desde siempre. Una realidad que es común en los deportistas que no reciben ayuda del Estado, pero que puede empezar a cambiar. El entorno competitivo del Golf en Chile va en alza y el PGA realizado en marzo es una prueba de ello. El certamen tiene un contrato de cuatro años con Chile y eso le dará la oportunidad a jugadores locales de competir con los mejores del mundo. 

¿Cómo ves el futuro del Golf en Chile? ¿Sabes si hay juveniles compitiendo a buen nivel hoy?

Antes éramos dos jugando afuera, así de simple. Ahora somos diez, entonces imagínate. Hemos multiplicado por cinco el número de profesionales y son jugadores que le pueden abrir puertas a otros. Este deporte se trata de tener una buena semana y paf! Te vas para arriba y no sólo tú, sino 2, tres o cuatro jugadores más. 

¿Te ves en 10 años más dedicado al golf aún?

Sí, me encanta y me tengo fe. Creo que físicamente estoy bastante bien, a pesar de esta lesión que tuve. Me veo jugando golf por muchos años más. El día que me levante en la mañana y no quiera entrenar, ahí voy a ver qué hago. Pero hoy me despierto y siento ese espíritu competitivo que me motiva a seguir.

Si un niño te dice que quiere ser golfista cuando grande, ¿qué le dirías?

Perfecto, que lo pase bien y que ojalá tenga la paciencia para seguir.

¿Y si te lo dice tu hijo?

Que sea golfista, futbolista, tenista, me da lo mismo. Vengo de una familia deportista súper grande, Yo fui el único que se dedicó, pero mi hermano pudo ser surfista perfectamente. Tuve la suerte de llegar al profesionalismo, pero es difícil y hay que tener cojones.