Ahora, yo hablo desde la perspectiva del ciudadano común y corriente que ve estas cosas por las noticias.

Desde el punto de vista país, creo que Chile sí puede echar una mano. Hay mucho papeleo que hay que hacer para que Chile acepte a alguien como refugiado, y yo creo que hay que aplicar más criterio y crear una vía rápida de admisión en casos especiales como el países como Siria e Irak.

Ahora... ¿dónde los alojamos? Porque infraestructura no hay mucha. Habría que destinar terrenos para construir viviendas de emergencia para refugiados y también darles alguna opción de empleo de emergencia. Y, teniendo en cuenta que la caridad empieza por casa, no veo muy factible ofrecer esta solución.

Tu comentario me recuerda a esta otra historieta:
https://xveritux.files.wordpress.com/2013/04/389453_310197542436797_728454995_n.png

Hola! Tu razonamiento es lógico y práctico, tiene coherencia interna pero... no es tan verdad de que cada uno tiene su mundo. Nuestro planeta si bien es grande, es uno, y a estas alturas de la globalización lo que sucede en un país nos atañe a todos. Bien se sabe que la mayor parte de los conflictos (por no decir que todos) tienen motivaciones o fines de tipo económico, muchas veces disfrazados de conflictos raciales y religiosos.
Muchas cosas que usamos en el mundo occidental (las material primas) vienen de países destruídos por las guerras internas y la anarquía: las armas no las fabrican ellos, sino que vienen de países del primer mundo; los productos no los compran ellos, los compran las grandes empresas del primer mundo para vendernos a nosotros, que decimos que no podemos hacer nada. En muchas cosas que usamos hay, en ese sentido, sangre de personas que han debido morir sacrificadas a las mafias de la economía. No son cuentos de hadas, las historia reales son innumerables, como para seguir llorando con Juanelo.
Debemos romper nuestra indiferencia y buscar nuevas formas de vida, de economía, de relacionarnos, que de verdad nos humanicen.

Me refería al razonamiento de Luis González...

De entre todos los males generados por el ser humano, la indiferencia quizás no es el peor, pero sí el que más imposibilita soluciones.

Jordania está haciendo maravillas con lo poco que tiene. 629.245 refugiados sirios, cerca de 30.000 iraquíes, en total son más de 1,5 millones en un país mucho más pequeño, más árido y con menos recursos naturales que Chile. Si todos los países que tienen algo más de dinero y fueran seguros siguieran su ejemplo, ya habríamos acabado con este problema, y los hdp de ISIS ya no tendrían a quién matar o violar.

En Latinoamérica, Ecuador es el país que más refugiados acoge, son 54,000, principalmente colombianos. En Chile son... mil y tantos. Y de las solicitudes de asilo la mayoría salen rechazadas por papeleo.

Tú dijiste lo que a mí me faltó en mi comentario anterior. Falta de voluntad. Y lo que quiero clarificar es que la falta de voluntad está para con nuestra propia gente. Los precios de las viviendas están por los cielos. A pesar de que ya no cabe un alfiler en esta maldita ciudad la gente sigue viniéndose a Santiago porque en regiones no hay pega (no hallo la hora de irme al sur pero quién quiere un programador allá, y soy demasiado infantil y desordenado para poner mi propia empresa, no sirvo pa' eso).

Hace tiempo que hace falta infraestructura en Chile. Los hospitales no dan abasto. Las cárceles están hacinadas, la puerta giratoria existe porque no hay donde meter más presos. El paso Angostura colapsa todo el tiempo. ¿Quiénes construyen en Chile? Los privados. ¿Qué construyen? Departamentos carísimos, malls, universidades privadas que con suerte están acreditadas... Todo se mira desde el punto de vista de la rentabilidad.

Pero no avanzamos en calidad de vida ni para nosotros mismos.

El problema principal de las autoridades es que piensan que los refugiados quieren vivir gratis a expensas del nuevo estado que los acoge... y ellos solo quieren vivir tranquilos y con dignidad, que los dejen trabajar y tener un futuro.

Es cierto, y mucha gente común también piensa eso, he escuchado muchos comentarios racistas por ahí, piensan que nos van a quitar el trabajo, etc. En otros países también piensan mal de nosotros, creen que todos somos lanzas y vamos a Europa sólo a carterear.

Es fácil pensar así, porque uno no conoce las experiencias de vida de los que se mudan a otro país ni valora lo que pueden aportar. Es fácil cerrar las fronteras y decir que no.