Se fue agosto y nos empezamos a preparar para la llegada de la primavera… y qué mejor oportunidad para sacar a los hijos a jugar al aire libre y dejar atrás los días bajo techo.
Los niños necesitan del juego motor y el contacto con el aire libre. Para algunas familias esto les sale natural y espontáneo, pero para otras se convierte en una “tarea” y es importante no eludirla.
Los Gutiérrez son una familia muy intelectual por lo que incentivan a sus hijos a leer, les compran libros y leen cuentos. Los llevan a actividades culturales y en la casa se hablan temas de contingencia, pero ¿qué pasa con el desarrollo social? ¿Se preocupan de propiciar instancias de compartir con otros fuera de la familia? Ellos no pueden dejar de lado este aspecto. Por otra parte, los Carmona son muy sociables y están constantemente invitando amigos a la casa, pero ¿qué pasa con las instancias de intimidad?¿Se preocupan de potenciar un mundo interior?
Así como los Gutiérrez y los Carmona, cada familia tiene su sello, pero deben preocuparse de potenciar otras dimensiones para lograr un desarrollo equilibrado en los niños. Por eso, todos debemos preguntarnos, ¿estamos potenciando el juego al aire libre?
El desarrollo de los niños tiene múltiples dimensiones y es fundamental que como padres tengamos una mirada integral para favorecerlas todas de un modo equilibrado. Si bien es natural que cada familia potencie más algunas competencias y habilidades por sobre otras dependiendo del sello que cada una tiene, es importante que no dejemos alguna dimensión completamente olvidada.
El darle la oportunidad a los niños de que se desenvuelvan fuera de la casa, es trascendental. La vida al aire libre tiene muchos beneficios para el desarrollo integral de las personas:
Si llevamos a los hijos al parque, es importante que no sea una instancia de estrés donde los padres estén nerviosos de que se suba al juego porque se puede caer, que no se ensucie, que no hable con desconocidos porque es peligroso, que esté tranquilo y no grite para no molestar a otros, etc. Eso es justamente todo lo contrario de lo que se busca. Es importante rayar la cancha con anticipación con un par de reglas que se deben cumplir a toda costa, como por ejemplo, no irse fuera de la vista de los padre, no subirse a un determinado juego que no es para la edad y no irse con ningún desconocido, pero dentro de ese espacio, darle libertad. Los niños deben poder explorar y sentirse seguros de ello. Un golpe o caída no es tan terrible, como estar al aire libre pero estar amarrado a no poder salir del metro cuadrado de los papás con una voz que repite constantemente ¡cuidado!
Esta época del año en que se acerca la primavera es una muy buena instancia para salir con los niños fuera de la casa y promover un desarrollo sano e integral, donde ellos puedan sentirse libres de explorar el mundo que los rodea y experimentar los beneficios del juego al aire libre.