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Queer Eye: el docureality que (sobre todo ellos) tienen que ver
Se estrenó hace poco más de un mes y ya es un fenómeno en redes sociales y buenas críticas. Los “Fabulosos 5” volvieron después de diez años con nuevos nombres, historias, estilos y casos; pero sobre todo con un enfoque acorde a los nuevos tiempos y realidades. ¿Es hora de la nueva masculinidad? El Chaya de Nerdix te da la respuesta.
Estamos en otros tiempos de la TV, donde perfiles LGBT ya no se reducen al morbo o la caricatura, sino ayudan a adentrarnos en sus realidades, donde las orientaciones sexuales y la diversidad no se cuestionan.
Programas en el cable de expertos en moda que cambian el look y hacen un “fashion emergency” a personas comunes y corrientes, hay por montones. Lo mismo si hablamos de estelares o competencias donde diseñadores amateurs, drags o trans, compiten en temas de diseño o tendencias.
Son entretenidos, sí-a-veces-gracias, pero de que caen en la caricatura o en el show por el show, también. Hasta ahora. Porque el maravilloso invento streaming llamado Netflix, una vez más dio en el clavo reactivando una serie que se estrenó hace 15 años bajo el nombre de Queer Eye For The Straight Guy,cuya tesis era que cinco gays, cada uno especialista en un área (moda, gastronomía, cultura, diseño, cosmética), cambiaban la pinta de un “hombre típico heterosexual macho pecho paloma plateada” en 180 grados.
La fórmula fue un éxito por cinco temporadas, tanto que tuvo una versión femenina y capítulos dedicados a ayudar a gente de la comunidad LGBT (de ahí que luego cambia su título a sólo Queer Eye). Y bueno, este 2018 los “Fabulosos 5” (su apodo grupal) regresaron con otros integrantes y particularmente con un tono más emotivo, potente y discursivo; y eso se agradece, encanta, y en lo personal (yo, un heterosexual progre), lo aplaudo y difundo. ¿Por qué? Aquí las razones.
“El show original luchaba por la tolerancia, nosotros por la aceptación” dice Tan France, el sabelotodo en moda del cuento, y tiene razón. Pues si bien la edición de hace más de una década se la jugaba por tener a homosexuales empoderados y secos en lo suyo, no jugaba mayores cartas en el mensaje o los trasfondos ni de los protagonistas ni de sus “pacientes”; sólo enfatizaban más la estética y apariencia, proyectando esa idea del concepto “metrosexual” que hubo a inicios de los 2000.
Situación que ahora cambia radicalmente pues vemos a estos cinco expertos que rompen estereotipos del “Club de Toby rudo pega combos”, ya que ellos son muy amigos entre sí, afectuosos y cercanos; pero desde el respeto y lo fraterno, una verdadera hermandad. Donde expresan que un abrazo “con una sola mano” a un hermano no vale, y debe ser con ambos brazos y apretado. Que es posible el cariño, la ternura y la buena onda sin pensar mal o darle connotaciones sexuales o que caigan en el chiste. O sea, de verdad dan ganas de descubrir a estos muchachos y ser uno más, porque se ríen, empatizan o lloran ante lo que viven en cámara. Son honestos, masculinos, espontáneos, encantadores y reales.
Ser tú mismo
En cuanto a los casos, en ocho capítulos se develan casos como el de sesentón barbudo y despreocupado que desea volver con su ex esposa, un policía que anhela cambiar su imagen y lidiar con la pérdida de su padre, un joven afroamericano que busca contarle a su madrastra que es gay; un conservador padre de familia de seis hijos que necesita dedicarle más tiempo a su señora o un hombre treintón que vive en el sótano con sus padres y su sueño es ser comediante.
Perfiles comunes y típicos, que existen, que pueden ser un compañero de trabajo o un familiar, y que tienen o esconden algún trauma o suceso que los opaca o anula. Siendo los Fabulosos 5 una suerte de súper amigos sin capa que desgranan tales conflictos personales y con su respectiva expertiz les entregan soluciones; además de demostrar que todo va en la confianza interior y el abrirse a las personas, sin considerar sus razas, orientaciones sexuales o estratos sociales. Síntesis: contemplas cómo derriban estigmas y barreras entre las relaciones masculinas.
Como en todo buen grupete, se debe tener grandes personalidades y talentos, y el elenco de asesores de esta Queer Eye es oro puro.
- Karomo Brown (37): líder del team, instructor de cultura. Aporta con estrategias de comunicación, lenguaje y expresión corporal. Brown es conductor, activista LGBT e influencer (influenciador), y se hizo famoso por ser el primer afroamericano gay en un reality (The Real World de MTV), tiene dos hijos y una fundación que ayuda a gente de color y sin recursos con VIH.
- Bobby Berk (36): experto en diseño de interiores y a mi juicio, el que tiene la mayor pega y mejores resultados. Debe remodelar o cambiar casas, habitaciones u oficinas de los afectados, y cada final es más increíble; hay un capítulo en que conecta con un tipo muy religioso y ahonda en su experiencia de ser homosexual cristiano en un pueblo muy católico.
- Antoni Porowski (34): actor, chef o el galán sereno y relajado de la banda que enseña sobre comidas y vinos, destaca por ser muy natural, varonil, usar poleras de The Strokes y, como cuenta, “yo no soy el estereotipo erróneo de que todos los gays son amanerados”.
- Tan France (32): diseñador de moda británico-pakistaní, que con su esposo fundaron la línea Kingdom & State y lo interesante es que en la serie promueve el hallar un estilo propio en vez de imponer modas en los personajes que piden ayuda.
- Jonathan Van Ness (30): Y cerramos con el más cómico, extravagante e hiperventilado del clan, quien inició su carrera como estilista y rostro del segmento Gay of Thrones del programa humorístico Fun or Diede Internet; él es el encargado de guiar en cuidado personal, cabello y maquillaje. Y que al final de cada episodio entrega tips simples y fáciles para el espectador.
Imponiendo estilo
Así, en este poco tiempo desde su estreno, la crítica los adora, y en Internet se pueden ver entrevistas, especiales detrás de cámara, hasta una participación en el connotado programa de comedia gringo Saturday Night Live. Éxito y difusión que deja claro que estamos en otros tiempos de la TV, donde perfiles LGBT ya no se reducen al morbo o la caricatura, sino ayudan a adentrarnos en sus realidades, donde las orientaciones sexuales y la diversidad no se cuestionan, más bien se valorizan y potencian. O que también los hombres hetero pueden mostrar lados más personales, íntimos y comunitarios, preocupados por su aspecto y emociones. Punto aparte, sigan a los “Fab Five” en sus redes sociales, para que vean que no son pura pantalla.
Mi señora los veía y me tocó presenciar el final de un capítulo de un tipo que tenía como seis hijos, todos bien chicos, y dormía súper poco. Miré la parte donde muestran el antes y el después tanto de la casa como del tipo, y hay que decir que se veía bien, PERO lo primero que pensé en ese momento "Qué poco práctico". En mi mente resumí en eso todo lo que aprecié: llenaron de pequeños detalles una casa inundada de niños pequeños, que van a desarmar todo y en pocos minutos ya todo eso tan bonito va a estar convertido en un desastre aún peor. Confirmó mi pensamiento el niño al que le dijeron que no caminara sobre el sofá, y que a los segundos estaba caminando sobre el sofá.
Creo que les faltó en el equipo alguien que aportara un enfoque práctico, y que en ese caso habría indicado que se tenía que optar por un enfoque minimalista.
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