ciencia, resultados, verdad, confiables, desconocimiento.
Imagen: César Mejías

La ciencia no es un camino. Es el camino

Ante la amplia variedad de prácticas que corren en paralelo a la ciencia, Joaquín Barañao alza su defensa férrea ante el único método que realmente nos puede dar verdaderos (y confiables) resultados.

Por Joaquín Barañao | 2018-01-10 | 15:13
Tags | ciencia, resultados, verdad, confiables, desconocimiento.
¿No es de una egolatría absurda suponer que nuestra intuición o sentido común es más confiable que ese gigantesco equipo humano hiperespecializado que trabaja de sol a sol para arribar a una respuesta?
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*¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes.

Viajando por la Ruta 5 a la altura de Los Manantiales, un amigo comentó que ese era “un lugar lleno de energía”. Le pregunté qué quería decir. Su respuesta indicó más una noción vaga que una afirmación clara. He vivido numerosas experiencias similares en mi vida.

Luego de una función de Santiago a Mil, el elenco conversó con el público, y uno de sus miembros comentó muy suelta de cuerpo acerca de los tipos de “vibraciones de las palabras”, dando por sentado la veracidad de un fenómeno que yo nunca antes había oído. Los tarotistas salpican el paisaje del Paseo 21 de mayo, el mercado ofrece médiums a un Whatsapp de distancia, psíquicos van a la tele y diarios prestigiosos incluyen horóscopos.

Al cuestionar la credibilidad de este tipo de prácticas, las respuestas habituales son de dos tipos:

1. “¿Acaso no te das cuenta que aún hay muchas áreas desconocidas para la ciencia?”

2. “Yo lo viví. No tenía cómo saber tal y tal acerca de… ; Ocurrió lo que predijo”

Respecto a las áreas deconocidas

El primer cuestionamiento encierra un error conceptual del tamaño de una catedral. Que abundan áreas desconocidas para la ciencia es de perogrullo. Cuando los astrofísicos hablan de “materia oscura”, por ejemplo, es solo una denominación elegante de su ignorancia respecto a un montón de masa que los modelos no pueden explicar. Algo similar ocurre con la “energía oscura”, una etiqueta que denomina fenómenos que todavía no entendemos.

Así como el espectro electromagnético añadió toda una nueva capa de percepción al mundo a partir del siglo XIX (o sea, anteayer), de seguro hay otras capas esperando ser descubiertas. Quizás muchas. De vernos encender la televisión con un control remoto, Newton nos habría creído hechiceros, en circunstancias de que hoy comprendemos el fenómeno físico al detalle. De la misma manera, casi nadie duda de que seguiremos revelando propiedades del universo que con ojos de hoy nos parecerían más propias de la esfera de la magia. En el siglo LXXXV se sonrojarán tras conocer nuestra patética ignorancia.

Pero el afirmar de que a la ciencia le queda mucho camino por recorrer, o incluso de que se encuentra en un estado embrionario, no implica que sea defendible aferrarnos a creencias que carecen de evidencia de respaldo. Dicho de otra manera, reconocer que es mucho lo que no sabemos no nos permite creer sin saber.

Imagine a un marino seductor, que no tiene las más remota idea de a cuántas mujeres ha impregnado a lo largo de sus décadas de recaladas festivas. Puede afirmar “sé que no sé acerca de mi descendencia”, pero eso no le da razones para especular que es padre de un zurdo colorín afincado en Namibia. De la misma manera, no podemos afirmar así como así que “el Valle del Elqui es un lugar lleno de energía”. La existencia del colorín o los influjos del valle exigen que alguien deposite evidencia convincente sobre la mesa. Mientras ello no ocurra, no podemos extraer afirmaciones del sombrero. Es perfectamente posible que algún día se descubra que en Cochiguaz se irradia un fenómeno físico que hoy no somos capaces de detectar, pero mientras no haya alguna manera de respaldarlo debemos guardar silencio y atenernos a lo que sabemos. ¿Es posible que la medicina oriental ofrezca soluciones eficaces? Por supuesto que sí, pero no podemos recomendarla mientras no se lleven a cabos los test rigurosos.

Respecto al “yo lo viví”

El segundo cuestionamiento es más difícil de rebatir, porque suele originarse en experiencias personales que parecen indesmentibles para sus protagonistas. Pero debemos reconocer la asombrosa falibilidad de nuestras percepciones. Nuestros sentidos son paupérrimas varas de medida para evaluar realidades objetivas.

Por eso en un estudio de 2005, la mayoría de los miembros del quintil de más altos ingresos creía pertenecer al tercero, por eso tantos creen que antes llovía mucho más no obstante de que no es lo que en su mayoría muestran los datos, y por eso tantos creen que el mundo se ha vuelto más peligroso en circunstancias de que las tasas de violencia se han desplomado a mínimos nunca antes vistos.

En un famoso experimento, se pidió a voluntarios contar los pases de un equipo de básquetbol en un video. De improviso, aparece una persona en un traje de gorila. Se pasea por el centro de la actividad durante once segundos, y hasta se golpea el pecho. Menos de la mitad de más de 100.000 personas advierte la presencia del gorila, incluso después de que se les preguntó si observaron algo inusual. Al mostrarles la secuencia de nuevo, muchos aseguraron que es imposible que no lo hayan visto, que el segundo es un video distinto.

O considere el caso de Carrie Poppy, una periodista que en las noches sentía presión en el pecho y todo tipo de sonidos inexplicables en su casa. Googleó hasta dar con un grupo de “cazafantasmas escépticos”. Le preguntaron “¿Has oído de intoxicación por monóxido de carbono?”. Dicho y hecho. Los síntomas son los mismos que la gente describe como “están penando”, con la diferencia de que es real y muchos mueren como consecuencia. Poppy se dedicó al estudio de lo paranormal, muchas veces en forma clandestina, y tras más de 70 casos declara:“Me encantaría decirles que nueve de diez veces la ciencia gana, salva la situación, todo se explica. Pero eso no es cierto. La verdad es que, diez de cada diez veces, la ciencia gana y salva la situación”.

Respecto a la falibilidad de nuestras percepciones, podríamos citar ejemplos para llenar volúmenes. Solo el artículo de sesgos cognitivos en Wikipedia cita 185 tipologías. En términos de creencias no basadas en la evidencia, el lastre más pesado es el llamado sesgo de confirmación: recordamos lúcidamente los aciertos, pues queremos creer, pero olvidamos o menospreciamos los yerros. “El tarotista dijo que me ascenderían en la pega, y a la semana ocurrió”. Parece indesmentible, pero al entregar decenas de vaticinios lo suficientemente genéricos y de probabilidad significativa en uno que otro se acertará. Los ascensos laborales son asunto rutinario, lo mismo que encontrar un amor o reconciliarte con un ser querido. Es un disparo a la bandada. Si se administra con la vaguedad suficiente, no es improbable que alguno de ellos ocurra, un logro que se transformará en un fenómeno indeleble. Pero pídele el RUT de ese futuro amor o la fecha del ascenso y el augur te mirará con cara de no estoy para tus jueguitos.

O piénselo así: si alguien de verdad poseyera la habilidad de leer el futuro mediante cartas o líneas de las manos, ¿malgastaría semejantes poderes bajo un toldo caluroso en plena vía pública a cambio de unos pocos pesos?

Presumo que si usted ha vivido una de esas experiencias estoy todavía lejos de convencerlo. Dirá “a mí de verdad me penaron, lo mío no fue monóxido de carbono”. Deme otra oportunidad. En 1964, James Randi ofreció una pequeña fortuna a quien demostrara el dominio de una actividad paranormal. En 1996, la recompensa se incrementó a US$ 1 millón, un monto suficiente para asegurar el resto de la vida de una persona normal. Más de mil personas lo han intentado sin éxito.

¿Todavía no, supongo?

Preste atención. De las creencias de este tipo, quizás la más extendida es la del efecto de los signos zodiacales en la personalidad. “Ah, ella es sagitario, no es raro que reaccione así”. Si usted cree en esto, respire hondo y tome un vaso de agua. ¿Ok? Aquí vamos: el calendario zodiacal se instauró hacia finales del siglo V A.C. en base a las posiciones de ciertas constelaciones en el firmamento. Transcurridos 25 siglos, ha operado el fenómeno de la precesión, un leve cambio de dirección del eje de rotación de la Tierra. Dado que el calendario zodiacal nominal nunca ha sido actualizado, ¡el 86% de las personas nació bajo una constelación diferente a la que siempre han creído! Salvo el 14% de los casos, cada una de las reafirmaciones vertidas a lo largo de sus vidas (“oh, ella es TAN escorpión”) han sido OBJETIVAMENTE sesgo de confirmación, pues al nacer ni siquiera actuaba el supuesto influjo astral que el papel les adscribe.

Tome la vía de la ciencia

Lo cierto es que el único camino posible para adquirir conocimiento nuevo acerca del funcionamiento del mundo es la ciencia. Sé que a muchos semejante afirmación le parecerá intolerante, prepotente, falta de humildad, dueña de la verdad y todas las anteriores. ¿Saben por qué no es así?

Porque la ciencia no es una herramienta entre muchas: es el nombre genérico que como humanidad le hemos dado a todo el conjunto de herramientas que a lo largo de los siglos hemos diseñado para verificar hipótesis. Es un concepto paraguas que describe todo el arsenal metodológico edificado para validar resultados, de manera que sean replicables por parte de terceros. Cuando se inventa un nuevo instrumento, no se inventa una alternativa a la ciencia, se extiende su área de acción. ¿Dices que el reiki funciona? Perfecto, diseña un mecanismo que nos permita replicar los resultados. Puede ser un método nuevo, a tu pinta, siempre y cuando tu metodología permita que otros sigan tus pasos y arriben a los mismos resultados.

Con esto no pretendo negar el rol irremplazable que expresiones humanas tales como la pasión, el sentimiento o la intuición ejercen en la vida. Son protagonistas de áreas constitutivas del ser, tales como el arte, el sexo, el humor o el baile desenfrenado. Pero no en la tarea específica de expansión de la frontera del conocimiento.

Tolerancia implica respeto y no coerción, pero no aceptación acrítica. El momento en que dices “tú piensas A, yo pienso B, y ambas posturas son igual de válidas” estás capitulando tu independencia intelectual en pos de evitar el disenso. Puede ser lo más cómodo en el plano social, pero es inconsistente contigo mismo, y abono para supercherías, con frecuencia dañinas. Esto no significa que siempre haya que ir al choque. Puedes guardar silencio. Al fin y al cabo, nadie quiere pasarse toda la vida discrepando. Pero plantear en voz alta que creencias sin fundamentos demostrados son igual de legítimas que las resultantes de décadas de esfuerzo sistemático es una rendición contraproducente.

Si un ser querido enfrenta una enfermedad con homeopatía, reiki, piedras magnéticas o reflexología, pregúntale: “¿Cuál es la evidencia en la que basas tus convicciones?”. Es posible que replique con frases del tipo “hay que ser abiertos de mente”, o que “la ciencia es solo un camino entre muchos, no te sientas dueño de la verdad”. En tal caso, debe ser capaz de explicar qué otra vía existe, distinta al conjunto completo de mecanismos humanos de verificación y replicabilidad.

Por supuesto, si les ha resultado útil, fantástico, que continúe. Pero como sociedad debemos ser cuidadosos de no asignar causalidades equivocadas. Puede tratarse de efecto placebo, sesgo de confirmación y/o ausencia de contrafactual (no sabemos qué habría ocurrido de no hacer nada porque no hay grupo de control). La experiencia personal no es evidencia, es anécdota.

La comida es un área particularmente sensible, pues las vías alternativas están muy extendidas y ejercen influencias más poderosas que la numerología o el biomagnetismo. “La dieta paleolítica es ideal”. Podría ser, no hay razones para descartarla de antemano, ¿pero dónde está la evidencia? ¿Va a implementar un cambio mayor en su vida en base a una premisa no probada o el simple consejo de amigos? ¿Y más encima en una época de la historia en la que acceder a la evidencia demanda tan solo unos pocos clics? “Hay que evitar la cocción, ¡viva el crudiveganismo!”. De nuevo, es plausible, pero afirmaciones extraordinarias demandan evidencia extraordinaria. “Los preservantes son dañinos independiente de la dosis”. Lo que se vende en el supermercado es aprobado por la FDA, que cuenta con un ejército de profesionales dedicados a tiempo completo a escudriñar ese tipo de respuestas, premunidos de un presupuesto de cinco mil millones de dólares anuales. ¿No es de una egolatría absurda suponer que nuestra intuición o sentido común es más confiable que ese gigantesco equipo humano hiperespecializado que trabaja de sol a sol para arribar a una respuesta? Algunos dirán, “ah, pero mira el aumento del cáncer”. No. La incidencia del cáncer aumenta fundamentalmente porque hoy vivimos tanto –la esperanza de vida se ha triplicado- que le damos mucho tiempo para manifestarse. De algo tenemos que morir.

En lugar de perder tiempo y dinero buscando soluciones sin una brújula clara, concentre sus balas en el enorme botín de tesoros probados que la ciencia nos ha regalado. Como dice Salomón Schächter, ya probamos vivir comiendo comida orgánica, sin vacunas, con partos caseros. Se llamaba edad de piedra y la esperanza de vida era de 28 años.

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Comentarios
Francisco Javier Pérez Hofmann | 2018-01-10 | 15:56
8
Sencillamente el mejor artículo que he leído en mucho pero mucho tiempo.
Gracias por esto, de verdad.
Ojalá se expanda mucho.
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Damián | 2018-01-10 | 18:43
1
"¿No es de una egolatría absurda suponer que nuestra intuición o sentido común es más confiable que ese gigantesco equipo humano hiperespecializado que trabaja de sol a sol para arribar a una respuesta? "

No estoy de acuerdo, dirpia que gran parte de los avances científico es gracias a la intución la cual pone en entredicho y cuestiona lo establecido. EL método científico tal como lo conocemos es bastante útil para explicar los fenómenos pero no necesariamente para comprenderlos, ese es el principal cuestionamiento que se le realizó al positivismo.

"expresiones humanas tales como la pasión, el sentimiento o la intuición ejercen en la vida. Son protagonistas de áreas constitutivas del ser, tales como el arte, el sexo, el humor o el baile desenfrenado. Pero no en la tarea específica de expansión de la frontera del conocimiento".

Mmm dudo mucho que buscando explicaciones sobre como funciona tus organos, tus cerebro o tu sistema nervioso va a conllevar a un mejor conocimiento y desarrollo de sí mismo.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-01-11 | 11:36
6
"gran parte de los avances científico es gracias a la intución la cual pone en entredicho y cuestiona lo establecido". Estás confundiendo dos conceptos ahí. La intuición puede ser inmensamente útil para la ocurrencia de ideas, ciencia inclusive. Kary Mullis declaró que fue su consumo de LSD ("ciertamente mucho más importante que cualquier curso que jamás tomé") el que le permitió concebir la idea que la ganó el Nobel de Química. PERO la verificación de esas ideas solo admite métodos probados y replicables por terceros, y la intuición no tiene ni un papel que jugar ahí. Einstein, por ejemplo, era una persona que recurría con frecuencia a su poderosa intuición, pero luego demostraba con rigor todas y cada una de sus ideas
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Damián | 2018-01-11 | 23:57
0
tú eres el que está confundiendo conceptos, y me estás dando la razón con tu respuesta. Sin la intuición muchos de los avances científicos estarían estancados, que luego se utilice el método científico para verificar esas ideas es otro tema, pero si no confiaramos en nuestra intución (como lo señalaste anteriormente) nuestra capacidad de cuestionar lo establecido sería bastante limitada, impidiendo con ello desarrollar nuevos conocimientos.

Por otra parte el método científico como tal queda limitado en algunas áreas. En psicología por ejemplo puedes realizar test evaluaciones, etc que puedan medir o cuantificar ciertas variables, pero nunca obtendras una causalidad lineal respecto a que determina por el ejemplo el éxito de una terapia.
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José Arcángel Salazar Delgado | 2018-01-12 | 03:16
0
Encuentro fascinante el tema de la intuición humana. A veces olvidamos que para que la ciencia avance, hay que soñar y romper paradigmas. No creo que la intuición este peleada con la ciencia, por el contrario, la enorme subjetividad de la intuición es la que va guiando el progreso de la humanidad, la ciencia lo va cimentando.

Por otro lado, comento, el método científico ya esta en vías de poder realizar evaluaciones complejas como las requeridas en la psicología, ya que el progreso de la IA esta abriendo nuevas fronteras en la manera de procesar datos complejos.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-01-18 | 11:27
0
"que luego se utilice el método científico para verificar esas ideas es otro tema" ¡No pues! No es otro tema. Es precisamente EL tema, porque la columna es acerca de como chequeamos la veracidad de las ideas, no de como arribamos a ellas en primer lugar. A la hora de separar verdades de supercherías, da lo mismo el método a través del cual surgió la idea inicial, intuición u otro. Eso ni siquiera estará mencionado en el paper, sino solo en la biografía del científico. Cuando te pongo el ejemplo de Mullis y el LSD no te estoy dando la razón, estoy distinguiendo los radios de acción de cada cosa.
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Damián | 2018-01-18 | 23:59
0
dices que el el método científico es más valido y confiable que la intuición, pero sin la intuición no existiría la capacidad de cuestionar la realidad y dar el primer paso para crear nuevos paradigmas. Tu artículo iba bien hasta que menosprecias la intuición con eso de egolatría absurda, cuando ella es necesaria para que exista el método científico. Es más, en un sin número de ocasiones la intuición o el sentido común si es más confiable y sensato que el método científico...
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Alex Gormaz-Matamala | 2018-03-01 | 10:44
0
La intuición te puede ayudar a generar nuevas hipótesis, pero para probarlas como correctas necesitarás sí o sí aplicar el método científico. Así que ubicar a la intuición como opuesta al pensamiento racional es una tontera.
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Pablo Raín | 2018-01-10 | 21:17
0
Claro, si buscas respuestas toda tu vida definitivamente tu camino es la ciencia

Pero Yo quiero vivir la vida y no preguntarme el por qué de todo xd, seguiré creyendo en lo que creo mientras no tenga evidencia que lo avale o desmienta.

Además que gracia tiene la vida sin misterio? Seríamos mejores personas si lo sabemos todo o solo seríamos más arrogantes de lo que ya somos?

(Y más arrogantes que los científicos no hay, lo dice alguien que se casó con una mujer de ciencias y que algo conoce de ese mundo xd )
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Rodrigo T | 2018-01-11 | 03:26
4
Hola Pablo,

Gente arrogante hay en todos los ámbitos, desde la política y economía hasta la salud y la ciencia; por lo tanto creo que clasificar la comunidad científica como la más arrogante es un error que puede causar un daño innecesario y probablemente no intencionado. Como tú, yo también estoy inmerso en el mundo de la ciencia, y si bien hay gente arrogante, también la hay sencilla y humilde.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-01-11 | 11:30
4
"seguiré creyendo en lo que creo mientras no tenga evidencia que lo avale o desmienta". La pregunta entonces es ¿por qué lo crees? ¿Cuál es el origen de esas convicciones? Y sigue una pregunta más complicada ¿Arriesgarías la integridad de terceros -por ejemplo, tus hijos chicos- por estos caprichos?
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Pablo Raín | 2018-01-12 | 03:16
0
hay de todo en todos lados xd, pero seamos honestos: los arrogantes se notan más. igual que los fanáticos. aunque puede que tengas razón, tiene que haber peores en algún lado.


y por qué creo lo que creo? porque me gusta y porque me sirve, así de simple.

por otro lado no arriesgaría la integridad de nadie por lo que yo crea o no.
la pregunta en sí ya es bien ilógica en cualquier caso. (y capricho sería si lo que yo creo estuviera demostrado que no es así, como con los terraplanistas. e incluso ellos dudo que le hagan daño a nadie con lo que creen).




y por ultimo, tampoco voy a creer algo porque un erudito en el tema lo diga con "evidencia irrefutable". eso porque después aparecen estudios que demuestran lo contrario con "evidencia irrefutable"

por ej: el cigarro ayuda a la salud bucal, el plomo en el ambiente está en niveles normales (por allá por los años 60, cuando hubo disputas por más de 10 años entre científicos que defendían o atacaban esa idea)

y mi preferida:
https://www.elespectador.com/ponen-duda-40000-estudios-sobre-el-cerebro-articulo-642276



ah, y por cierto mi problema claramente no es la ciencia, sino muchos científicos que la desvirtúan (por lo general a causa del prestigio).
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José Arcángel Salazar Delgado | 2018-01-12 | 03:19
2
Creo que si algo hemos aprendido, es que no existe la "evidencia irrefutable". Existen conjuntos de evidencias que mueven la balanza de un lado a otro, con un cierto margen de error. La arrogancia es un grave defecto en la ciencia, siempre hay que dudar de todo. Y nunca hay que pensar que uno lo sabe todo.
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Marco Canepa | Editor | 2018-01-12 | 19:17
4
Personalmente, creo mucho más arrogante decir "yo creeré lo que quiera aunque no hayan pruebas" (en otras palabras, el universo es como yo quiero que sea) a la postura de un científico, que por definición es "dejaré mis creencias de lado y dejaré que la evidencia me demuestre si estoy o no en un error".

Pregunta: ¿Cuántos científicos conoces? Me imagino que deben ser miles, para que puedas fundamentar tu apreciación sobre su personalidad.

Ahora, tú preguntas cuál es el peligro de creer cosas sin pruebas.

- Steve Jobs murió porque creyó en terapias alternativas para tratarse un cáncer SUPER fácil de curar con medicina tradicional. Millones de personas cometen el mismo error.

- Muchas enfermedades que estaban erradicadas están volviendo porque el movimiento antivacunas ha convencido a millones de incautos de que las vacunas son peligrosas (cuando lo peligroso es no vacunarse).

- Hay toda una industria de homeopatías, biomagnetismo, flores de bach, etc. que vende, literalmente, agua y pastillas de azúcar, a precios exorbitantes, estafando a sus clientes que creen estarse tratando (se ha comprobado que tienen exactamente la misma efectividad que un placebo).

- La actitud "yo creo lo que quiero y los que me intentan convencer de lo contrario son conspiradores" (ejemplo, tierraplanistas) al popularizarse, lleva a la gente a desconfiar de todas las instituciones serias, y creerle a chantas que les venden pomadas. El caso más dramático reciente: EEUU eligió a Donald Trump, en gran medida, por creer noticias falsas de medios dudosos y posts en redes sociales. Y en solo un año Trump ha causado más daño a la política internacional, ambiental y social que lo que se podrá reparar en décadas.

Así que sí, "creer lo que uno quiere" sí puede ser muy peligroso.

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José Arcángel Salazar Delgado | 2018-01-12 | 22:50
0
Creo que el tema de "yo creeré lo que quiera aunque no hayan pruebas" puede ser mas ignorancia que arrogancia. Un dicho muy común entre administradores de sistemas es: "No atribuyas a la malicia lo que puede ser atribuido a la estupidez". Creo que es bastante válido para el caso.

Por otro lado, aunque el mundo esta lleno de charlatanes, de vez en cuando se asoma alguien que si tiene una solución o un descubrimiento innovador. Hay que tener la mente abierta para poder distinguirlo. Para muestra sobra ver los casos como el de Ignaz Philipp Semmelweis, Dan Shechtman entre otros, cuyos descubrimientos innovadores les valieron burlas y repudio de sus colegas. Mas adelante se demostró su genialidad.
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Pablo Raín | 2018-01-14 | 11:57
0
Lo siento marco pero yo dije " seguiré creyendo MIENTRAS no haya nada que lo confirme o desmienta". Porque al final cuando hay algo que se comprueba, ya no hay necesidad de "creer"... Uno sabe.

Arrogante sería pensar que uno es dueño de la verdad (y ninguno de nosotros lo es)

Así que en esencia todo tu argumento contra mí no tiene sentido xd.

Por otro lado no es necesario conocer personalmente a Miles de científicos cuando aparte de la gente que conoces (en mi caso unas decenas), tienes a la historia.

Es como cuando dicen "tú no puedes opinar porque no viviste esa época"
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Mauricio López | 2018-01-11 | 15:07
0
Aun no estoy seguro de mi sentir sobre este artículo. Como médico, mucho de nuestro actuar se fundamente en la "medicina basada en la evidencia", leemos papers, trabajos de investigación, podemos criticar la falta de evidencia para tal y tal suceso al leer la metodologia de los estudios, sesgos, etc. Por otra parte no puedo negar para nada que haya tenido experiencias paranormales, que obviamente no son evidencia de nada.

La meditación aun se ve como místico o religioso para muchas personas sin asociación real con el cuerpo, pero un estudio que habla sobre el aumento de actividad de la zona prefrontal en quienes lo practican, entre otros beneficios. Debería anexar un link a ese estudio pero en este momento no dispongo del tiempo. Los sueños lúcidos también caían en esta clasificación, pero hace poco tiempo vi un documental como se pudo demostrar actividad cerebral voluntaria a través de scanner (o pet scan, no me acuerdo qué máquina era) en un sujeto que refería tener sueños lúcidos.
Siento que la ciencia confirma lo real, descarta lo falso, pero aun no estudia todo lo que se podría estudiar (porque no puede o no quiere).
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José Arcángel Salazar Delgado | 2018-01-12 | 03:25
0
Creo es un punto sumamente interesante. El conocimiento humano sigue teniendo huecos, muchos huecos. De hecho el primero gran hueco es que ni siquiera sabemos como funciona la mente humana, mucho menos como es la relación que tiene con el cuerpo. Desconocemos que mecanismo activan los placebos para curar el cuerpo o como la gente puede romper sus propios limites en caso de grave peligro o gran estrés. No sabemos como influye la personalidad en la salud.

Tantas preguntas, pocas respuestas.
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Marco Canepa | Editor | 2018-01-12 | 19:04
0
Todo lo dicho en sus comentarios cae sólidamente en el punto 1 de este artículo. El autor dice claramente que una cosa es que la ciencia "aún" no descubra ciertas cosas, pero otra muy distinta es afirmar enfáticamente que algo existe sin ninguna prueba.

Puede haber mucho que no se sabe aún, pero eso no valida cualquier creencia que yo tenga. O sea, si "todo es cierto a menos que se pruebe lo contrario" (y no hay nada más difícil que probar que algo NO existe), entonces simplemente creeremos en cualquier cosa.

Ese es el tema. Una cosa es ser humildes y decir "parece haber una conexión entre la fecha de nacimiento y la personalidad" (o entre meditar y un alto grado de felicidad) y ojalá armar un test psicológico para probar el punto, y otra cosa muy distinta es decir "Tú naciste en tal fecha, así que eres así" como si fuera una verdad absoluta.

La ciencia no está en contra de nuevos conocimientos, medicinas alternativas o fuerzas extrañas. Al contrario, está en su búsqueda permanente. Pero lo maravilloso de ella, y que es la razón por la que hemos, en 300 años, avanzado más que en los 30 mil años de historia previos, es que una vez que identifica un fenómeno que quiere verificar, establece un set de pruebas para ver si es que es real o no. Aquello que no se puede probar se deja a nivel de hipótesis.
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Mauricio López | 2018-01-16 | 13:05
0
O sea, estamos hablando de lo mismo. Mi inquietud en realidad no va a la capacidad de la ciencia actual, si no a la postura que cada uno tome del tema. Por mi experiencia de vida me encontraría en algún punto medio entre los defensores de la ciencia y los defensores de los sucesos paranormales/energia/esoterismo.

Al leer el artículo, me encuentro con argumentos que apoyan la ciencia. Pero según la visión de la ciencia ¿cómo deberían quedar clasificados estos sucesos paranormales/energia/esoterismo? ¿hipótesis pendientes de demostrar? ¿charlataneria?, quizá depende a quien le pregunte.
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Joaquín Barañao | Colaborador | 2018-01-18 | 11:18
0
Mauricio

Me sorprendería muy poco que se demuestre que la meditación genera efectos poderosos sobre nosotros. Es más, quizás la evidencia ya es concluyente, solo que yo al menos lo ignoro ¿qué tendría de raro, siendo un esfuerzo sistemático sobre un órgano tan importante como es el cerebro? Si la causalidad deporte->musculatura es incuestionable, no sería raro esperar algo similar de "deporte mental"->"musculatura mental". La clave está en creer porque sabemos, no por capricho
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Victor Hammersley | 2018-01-11 | 15:39
0
En muchos casos ir en contra de creencias es ir a desarmar la visión de mundo del afectado, además de su zona de confort. Mi impresión (para no decir creo) es que necesitamos sentir que hay un gran plan en este mundo que no se puede saber por completo, esta creencia ayuda a sobrellevar la vida para muchos.
Quiaza todo esto es debido a Duning-Kruger y desde la ignorancia nos inventamos soluciones sencillas. A uso ambiguo del lenguage "energia", "teoria" (muy manoseada) para describir solo sensaciones o ideas de experiencias personales.
#Eso por ahora
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Fabián Valenzuela | 2018-01-11 | 15:47
1
Excelente artículo. Muchas gracias por hablar de esto de manera tan clara y categórica.
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Marco Canepa | Editor | 2018-01-12 | 19:23
1
Respecto a muchas medicinas alternativas, uno de los argumentos favoritos de sus defensores (además del "a mí me sirvió" que es fruto de toda clase de sesgos cognitivos o efecto placebo), es el argumento de "hay muchas cosas que la ciencia no sabe, así que no puedes decir que mi terapia no funciona".

Lo divertido es que, en realidad, la ciencia no necesita entender CÓMO funciona algo, para poder probar o descartar si es que FUNCIONA O NO.

Es tan sencillo como tomar un grupo muy grande de gente enferma, tratar a la mitad con el tratamiento alternativo, y a la otra mitad con un placebo. Si en el grupo que se trató con la medicina alternativa, mucha más gente se curó que en el grupo del placebo, la terapia funciona (aunque no sepamos cómo). Si por el contrario, los resultados son iguales al placebo, quiere decir que la gente solo "cree" estarse curando gracias al tratamiento, cuando en la práctica es sólo su propio cuerpo (o mente) sanándose.

Y resulta que, cuando se han hecho estos experimentos, casi ninguna terapia alternativa demuestra mejores resultados que el placebo.
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Damián | 2018-01-12 | 19:42
0
y ahí Marco es cuando entramos a diferenciar terapias alternativas con terapias complementarias. Si hay estudios que demuestran beneficios del Reiki en disminución de ansiedad prequirúrgica por dar un ejemplo. También hay estudios relacionados con acupuntura y dolor, o meditación y distress por dar algunos ejemplos. Lo que sucede es que algunos tratamientos complementarios no han podido ser estudiados a gran escala para poder generar una evidencia concluyente pero si arrojan resultados positivos en muestras más pequeñas (como por ejemplo el muérdago en ciertos tumores solidos). La homeopatía por ejemplo es muy distinta la que se practica en Chile (que se reducen a gotitas y pastillas que las receta cualquiera) a la que se practica en Alemania, donde se aplica en conjunto a la medicina convencional. Es más, he conocido varios médicos con formación convencional que recetan medicamentos del laboratorio Heel como el Engystol o el Nervoheel cuando se debe abordar ciertos síntomas leves. Si dichos medicamentos fueran tan inocuos, ya hubieran sido demandados varios de ellos por jugar con la salud de sus pacientes..
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Daniel Del Pino | 2018-01-14 | 10:12
0
Buen artículo. Creo si que el dibujo está equivocado, la ciencia es avanzar en el camino, lo otro es tomar el retorno... XD
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joseluis Pincheira | 2018-01-16 | 12:01
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Muy buen artículo, sobre todo por el respeto con que se refiera a la ignorancia, que muchas veces se involucra en ciertas creencias. No desconozco lo desconocido y su fuerza, muchas veces poderosa y suficiente para hacer necesario buscar el olor a monóxido de carbono de manera urgente.
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oscar olivares | 2018-01-17 | 09:33
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Mi profe de lógica decía que lo que una persona "cree" o "siente" son fenómenos subjetivos y personales, además de irrebatibles, porque no se puede cambiar una creencia y menos un sentir, por ende se respeta. Ahora lo que si se puede discutir es el "saber" y ese creo que es el campo de la ciencia, aunque también de las ciencias sociales y la filosofía (como han dicho algunos la ciencia es un producto humano, social y cultural y se comporta bajo sus criterios también).
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den l | 2018-01-17 | 18:53
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El mundo, la naturaleza, el universo es hermoso. Y es aún más hermoso descubrir cómo funciona.
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Ángela Cañón | 2018-01-19 | 09:19
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Concuerdo plenamente con tu artículo, Joaquín. Como mamá me he visto enfrentada a una serie de creencias no sustentadas científicamente acerca de la maternidad, lactancia y alimentación de guaguas. Al principio, dedicaba mucho tiempo en responder, en buscar estudios que justificaran mis acciones para demostrar lo "científico" de mi camino (uso de vacunas, lactancia materna contra viento y marea, nada de alimentos sólidos ni aguas antes de los 6m, por nombrar algunos) y evitar el error en los demás (ver que a una guagua de 4 meses le dan Cocacola, por ejemplo). Pero me cansé, el peso del mito es tan poderoso en este ámbito que opté, como bien dices, por el silencio.
Por otro lado, como estudiosa de temáticas de inclusión y diversidad, me parece necesario contar que en el colegios ha habido un "sobreuso" de argumentos y lenguajes "científicos", de carácter biomédico, para justificar tomas de decisiones. El caso que más me sorprende (y preocupa) es la rotulación excesiva de Necesidades Educativas Especiales, las que se sustentan en diagnósticos científicos a propósito de test específicos donde tenemos al 50% de alumnos diagnosticados y tomando algún remedio para "ser mejor persona". Lo que ha pasado es que al ser conceptos "científicos", biológicamente hablando, parecen incuestionables y superiores a cualquier otro tipo de evidencia. No es novedad que las salas de clases están sufriendo un sobrediagnóstico de alumnos, y esto ha llegado a ser una preocupación manifestada en las políticas educativas, no solo por los efectos asociados a la discriminación que esto conlleva, sino porque no problematiza el cómo estamos enseñando (clase frontal y expositiva, copiando del texto escolar, sin investigar, sn hacer proyectos, etc.), dejando de lado otro tipo de evidencias, las de las ciencias sociales. Con esto, pretendo invitar a mirar este camino científico de manera amplia, no reducida, ni como un camino neutro, porque tiene efectos y porque lo que se investiga responde a lo que nos ocurre a los sujetos.


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Alex Gormaz-Matamala | 2018-03-01 | 10:41
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Excelente artículo!
Aprovecho de recomendar éste, publicado en El Mostrador, sobre el Iceberg de la Ciencia:
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/04/21/el-iceberg-de-la-ciencia/
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