Hace unos días me junté con un grupo de amigas harto más jóvenes y el tema amoroso obviamente surgió. Una de ellas estaba más deprimida que Gerente General de AFP en estos días y la razón era que su pololo de harto tiempo le había entregado el sobre azul. Las preguntas del grupete no tardaron en llegar: ¿no te diste cuenta que la cosa venía mal? ¿Cómo no cachaste que te iban a nextear? ¿Y no percibías nada raro?
En el fondo todas le preguntaron de manera más o menos directa: ¿cómo no viste las señales?
"¿Qué señales?" dijo esa pobre ave deprimida con el corazón roto y ahí el tema prendió con agua. Aquí un mini recuento de los que, según estos espíritus jóvenes, son las señales de que tu estado civil cambiará de comprometida a soltera… y NO por opción personal.
Antes estabas en todas sus redes sociales. Eras casi un SPAM. Te tenía de foto de perfil en la totalidad de sus plataformas y de fondo de pantalla en su celular. Pero de un día para otro, así como que no quiere la cosa, comienzas a desparecer de su Facebook, Instagram, y foto de WhatsApp para ser reemplazada por perros, cerros, sobrinos chicos, fotos de asados con los amigos o insignias clubes deportivos entre otros. Mmmm, no se trata de ser egocéntrico/a, pero cuando eso comienza a pasar, algo huele mal. Si suele subir fotos a las redes y la última vez que subió una contigo fue hace más de un mes… amigo/a creo que lo debes asumir.
Cuando partió el romance todo lo que te regalaba era ultraaaaa pensado, según tus gustos, aficiones y personalidad. Incluso hacía muchas cosas manuales para que se notara la dedicación y el amor puesto en cada obsequio. Un collage con las fotos de los mejores momentos juntos, tu torta favorita con una decoración especial, una escultura (fea, pero escultura al fin) representando el amor de ambos y tantas ideas únicas que hacía que miraras a tu media naranja, con la mayor cara de San Bernardo que puedas imaginar. Pero un día algo drásticamente cambió. De poemas cursis en donde todas las palabras rimaban con tu nombre, pasamos a lo que yo llamo “regalos neutros”. Chocolates, cremas de manos, calcetines, cinturones… ¿habrá algo MÁS fome que te regalen eso? En definitiva, presentes que básicamente te están gritando “Simplemente NO te quiere”. No lo neguemos, esta es otra señal muy clara de que la relación tiene menos futuro que yo en las olimpiadas de gimnasia artística.
En la etapa de la conquista y los albores del amor cuando le mandabas un whatsapp te respondía muy rápido cada mensaje, con esa ansiedad del enamorado/a que está pendiente si estás en línea o no, si le pusiste un like o tu última hora de conexión. Cuando la cosa comienza a guatear, cada día se hace más común que “te claven el visto” como dicen nuestros hermanos argentinos y básicamente te respondan horas después de haber leído el mensaje. Onda le mandas un saludos muy cariñoso para partir la jornada tipo: “Que te vaya increíble hoy, te quiero mucho y me haces inmensamente feliz” y lo grillos suenan hasta Parinacota. Esta es otra señal queridos lectores, de que la relación tiene fecha de vencimiento y ese día se acerca a pasos agigantados.
Ésta señal aparte de dolorosa es bien humillante, porque comienza a quedar en evidencia que el otro te tienen menos considerado en sus planes que Piñera a Loreto Letelier (gracias a Dios).
La situación es así. Estás en un carrete, sirviéndote un trago y escuchas como felicitan a tu polola porque se ganó una beca para estudiar tres meses afuera. Tu miras con cara de emoticón sorprendido, porque obviamente no tenías idea y ella se hace la resuelta sabiendo que nunca ni siquiera te lo mencionó. O bien situación 2: tienes el matrimonio de tu mejor amiga este fin de semana y por Facebook te enteras que tu pololo no sólo no irá, si no que organizó un mega camping con sus compañeros de colegio en la misma fecha. Esto no se trata de que uno respire, coma y organice su vida en función de la pareja, pero hay mínimos básicos que se conversan cuando una relación goza de buena salud. Si “te enteras por la prensa” de las decisiones o planes del otro, también estamos frente a una potente señal de que el finiquito es inminente.
Esta es tal vez una categoría menor que puede ser muy sutil, pero no por eso menos decidora. Si antes te decía “mi amor” o apodos del tipo “chanchita”, “corazón”, “pollita” (que nos pueden dar alergia y urticaria cuando los escuchamos en otros, pero que no le hacemos asco cuando son dirigidos a nosotros) y ahora te empieza a llamar por tu nombre completo… ALERTA ROJA. O bien cuando te presenta a un desconocido deja de hacerlo como “Hola, él es Juan mi pololo” y solo dice “Hola, él es Juan”… lamento decirles que el final puede estarse acercando.
Mis queridos lectores esta columna nace de una simple conversa entre amigas. Nada es tan serio, y nada es tan en broma. Léala y disfrútela como lo que es, una columna para comentar en una larga sobremesa de domingo ojalá… con un buen vino.