solidaridad, fundraising, fondos, apoyo, levantamiento, capital, dinero, ong

Levantar fondos: No vengo a pedir, vengo a entregar

Martín de Mussy explica lo que ha aprendido de su experiencia levantando fondos para diversas organizaciones sociales.

Por Martín De Mussy @mdemussy | 2013-08-08 | 16:13
Tags | solidaridad, fundraising, fondos, apoyo, levantamiento, capital, dinero, ong

En mi recorrido por el área de Desarrollo de CreceChile y como coordinador de otros proyectos sociales, me ha tocado muchas veces hacer el trabajo sucio. Esa parte que nadie quiere hacer y que espanta de sólo pensarla: ir a pedir plata. Agendar una reunión con un gran empresario, llegar a su oficina intimidante y pedirle que sea generoso, cuando es probable que uno sea sólo un nombre más en su lista de visitantes con una buena iniciativa a cuestas. A mí tampoco me gustaba. Al menos en un comienzo, hasta que entendí que el enfoque debía ser otro: uno no viene a pedir, viene a entregar.

La base del fundraising o levantamiento de fondos se encuentra en un concepto que es esencial en el desarrollo de cualquier proyecto: el valor. Y a través de una experiencia de fracasos, ensayos y errores, es posible entender que para poder sumar recursos y apoyos frente a una iniciativa, es necesario lograr generar un valor a la persona o empresa a la cual queremos ofrecérsela. Para esto, es esencial comprender que lo que uno ofrece no es un donativo o un bien para los demás, si no que siempre –en alguna medida- es un bien para el adherente. Algo que le significa hoy o en el futuro un beneficio a quien lo está entregando. Más allá del RSE tradicional o de un deber moral, sumarse a una iniciativa social puede ser una ventaja competitiva para quien comanda una compañía. Y eso vale la pena interiorizarlo.

Las organizaciones privadas son capaces de reconocer el valor de una propuesta cuando ésta ofrece algo novedoso, bien hecho y beneficioso para el entorno y también para sus comunidades. La tarea entonces es enfocar bien la propuesta para poder demostrar esos atributos que de seguro tenemos para ofrecer. Cuando eso sucede, se invierte el circuito de las cosas: ya no somos nosotros quienes estamos pidiendo, sino los que podemos entregar algo único y valioso a esa empresa o a ese generoso contribuyente.

Cuando logré entenderlo, las cosas cambiaron. Al menos para CreceChile y para mí. Dejó de ser el trabajo sucio y pasó a ser parte fundamental de la cadena de desarrollo de nuestro mundo. Y a título personal, se convirtió en una de las cosas que mejor sé hacer y por lo mismo, una de las que más disfruto. Al final, tener la oportunidad de intercambiar ideas con un gran empresario, maravillarse con su elegante oficina e invitarlo a una iniciativa que lo va a sorprender, puede ser una forma muy provechosa de empezar algo grande.

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Comentarios
Antonia Laborde | Periodista | 2013-08-09 | 09:31
4
Muy bueno el testimonio. Un punto de vista nuevo y que aporta en esa tarea que complica a más de alguien!
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Martín De Mussy | Periodista | 2013-08-09 | 11:52
3
GRACIAS ANTONIA, OJALÁ SIRVA PARA ATREVERSE EN UN TEMA QUE A MUCHOS LES ASUSTA!
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Davo Tramon | 2013-08-21 | 17:14
0
Estudiando el caso de Kickstarter te topas justamente con lo que muy bien mencionas, no se trata de pedir por pedir, si no que más bien tu haces partícipe a tu(s) financista(s) en todo el proceso de creación del producto o servicio que esperas financiar.
Una excelente oportunidad para fidelizar a tus posibles socios financistas.
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