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Imagen: La La Land

“La La Land”: 5 razones para verla

Es el estreno de la semana y la gran ganadora en los festivales y críticas. Una película en estilo musical que tiene a Emma Stone y Ryan Gosling como dupla dorada, portadas de Facebook e intérpretes de una historia sobre los sueños y el amor, tributando a los clásicos hollywoodenses de los 50 y 60´s. Su revisión y análisis al ritmo del Chaya, de Nerdix.cl.

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“Si algo te apasiona, y lo muestras, la gente lo irá a ver” dice Mia Dolan (Emma Stone), con sus gigantes y gatunos ojos verdes que combinan con la mesa y habitación. Todo en perfecta simetría y color. Especial momento en la historia de su romance con Sebastian (Ryan Gosling), y tal vez secretamente dando la respuesta, al fenómeno La La Land. Cual inception al espectador, ese que con mano alzada grita “¡me cargan los musicales!”, pero que sólo por esta vez, ¡por esta única vez! cambie de parecer al sentarse en su butaca. Pues si hay algo que Damien Chazelle, su director, hace, es ponerle pasión a su cuento, uno que tiene a la música como narrador en sus películas, tocando cada tecla y movimiento, al son de un ritmo y silencio. Y eso gusta, y eso se aplaude, y sobre todo te convence de ver.

La La Land es el estreno de la semana y el mes, la pieza fílmica y sonora que llega en vestido dorado luego de ser el film que ha ganado más Globos de Oro en la historia del certamen, con siete estatuillas; sumando además hasta ahora más de 80 premios en otros importantes festivales e instancias. Y que obviamente es carta segura en las nominaciones de los próximos Oscar, perfilándose nuevamente como la big boss (con la independiente Moonlight como gran rival), más cuando la Academia adora los musicales desde el inicio de los tiempos.

¿La La qué?

Antes de desgranar el porqué debes ver ahora esta cinta en las carteleras locales, nos ponemos zapatos de tap y veamos de qué va: Mia quiere ser actriz de Hollywood, de esas famosas y pulentas, trabaja en una cafetería dentro de un estudio, y se la pasa entre audiciones fallidas y tener que atender a las estrellas que anhela relevar. Sebastian es un pianista que por dinero toca villancicos y canciones familiares, pero en realidad quiere tener su propio club de jazz, reviviendo un estilo musical que para él lo es todo y que, al parecer, está desapareciendo. Ambos se conocen, cantan, bailan, brillan y de lo que viene no contamos más.

Entonces, ¿cuáles son las cinco razones que hacen de este film un imperdible veraniego?

Por Emma y Ryan

Pura química y “1313” por doquier. Su tercera producción juntos (Crazy Stupid Love y la escena a lo Dirty Dancing dan fe de esto) y la confirmación de que ambos están en su mejor momento. La pelirroja que se inició en la pantalla grande con la comedia adolescente Superbad, ya había contado con nominaciones y galardones (Easy A, The Help y Birdman), siendo elegida por directores de altura como Woody Allen, González Iñarritu, entre otros. Aquí canta, aprendió a bailar (con el apoyo de la coreógrafa Mandy Moore) e incluso se lanza en un canto-monólogo que ella escribió. La que sostiene la historia por su carisma, versatilidad y fuerza. ¡Ah! Y la que dejó de lado el papel de princesa en la Bella y la Bestia (cediéndole su rol a otra maravillosa, Emma) para interpretar a Mia Dolan.

Por su parte el galán hipster de carita triste, quién también negó ser “la Bestia” en la futura producción de Disney, expresó que cada escena que se ve de sus manos tocando el piano fueron interpretadas por él. Y es que el rubio actor tomó clases y se vistió de Tío Valentín para convertirse en el atribulado y apasionado Sebastian. También con nominaciones y aplausos por sus roles en películas como Drive (su real catapulta en la industria), The Big Short, Blue Valentine, Half Nelson o The Ides of March. Siempre ha destacado por su compromiso, intensidad, elegir cintas independientes (engordó ene para Lars and The Real Girl) y tener un discurso feminista; por algo hay memes y libros con sus citas, unas reales y otras falsas, y en su discurso en los pasados Globos de Oro agradeció a Eva Mendes, su pareja, porque sólo por la actriz latina él pudo ensayar y dar todo en el set mientras ella cuidaba a su hija y hermano enfermo. Bravo.

Por su director

Lo tildan de genio. Con sólo 31 años y tres películas en dirección, este muchacho acopia premios y un sello único, de autor. Teniendo al jazz como su primer gran amor, uno que lo dejó en la friendzone y es la columna vertebral y sensitiva de su filmografía. Jazz y cine, corazón y ojos. Estudió batería en la Princeton High School antes de ponerse frente a una cámara, de ahí la firma y experiencia que sostiene su enfoque y mirada. Para La La Land (que escribió antes de Whiplash) trabajó a la par con su amigo y compositor Justin Hurwitz, compartiendo créditos en toda la creación de la banda sonora y alma del film.

Su ópera prima es Guy and Madeleine on a Park Bench (2009), contando en blanco y negro los pesares, ruptura y vivencias de un trompetista de jazz y su enamorada, también en estilo musical y jugando con la intimidad y la simpleza (está disponible en YouTube). Datos desconocidos es que también es amante del terror y misterio, destacando en los guiones de la notable Avenida Cloverfield y El último exorcismo 2; su próxima película, First Man, biopic de Neil Armstrong, puede ser la gran apuesta, teniendo nuevamente a Ryan Gosling como protagonista.

Por las referencias

En La La Land todo está puesto y dispuesto por algo. Y todo suena. Desde un lápiz que cae, un mensaje de texto, hasta un suspiro silente remite a una melodía; y cada afiche, imagen o foto es un guiño u homenaje a los grandes clásicos hollywoodenses de la década de los 50 y 60, al formato Cinescope. Chazelle ha contado que su gran referente es el musical francés Los paraguas de Cheburgo (1964) de Jacques Demy; proyectando ese tono nostálgico y sufrido de la pareja, junto con la división de la historia en capítulos. También está Rebelde sin Causa, Casablanca, Un Americano en Paris, Noches en la Ciudad, El Globo Rojo, El Sombrero de Copa y obviamente el más icónico musical de todos, Cantando Bajo la Lluvia. De estas y otras obras hay coreografías, locaciones, decorados y secuencias que son evocadas en la relación de Mia y Sebastian, alzando a como nunca a próceres del género como Gene Kelly, Debbie Reynolds, Fred Astaire, Judy Garland o Julie Andrews.

Incluso la participación del actor Tom Everett Scott no es gratuita, quien fuera el enamorado baterista en la noventera That Thing You Do, conLiv Tylerinterpretando a Faye Dolan(el mismo apellido del personaje de Emma Stone) como su musa. Sobre el jazz, la mismísima Whiplash tiene su espacio con J.K. Simmons en el elenco y mencionando a colosos como Thelonious Monk, Chuck Berry o Kenny Clarke constantemente.

Por Whiplash

No hay mejor carta de recomendación que las pulsiones, sudor y sangre de las baquetas de Andrew (Miles Teller) versus los gritos, golpes y mirada del profesor Fletcher (J.K. Simmons). Que primero fue un cortometraje (también con J.K. Simmons) y luego se convirtió en esa joya que palpita el arte del cine y la música en todo su esplendor. Para muchas y muchos la merecedora del Oscar a Mejor Película por sobre Birdman, La Teoría del Todo o Boyhood en su momento. Donde los fantasmas y pasiones de Chazelle por la perfección y el jazz se esgrimen de forma literal y magnífica. Y que en el caso de La La Land se dosifican y entremezclan con Mia, o el cine, y Sebastian, el jazz; reemplazando la furia y descontrol, por el amor, el desamor y la belleza. Si te angustiaste y prendiste con los solos de batería de Andrew, te cautivarás con la delicadeza, melancolía y sentimiento del dúo Mia y Sebastian.

Por el romance

Se habla, y hemos hablado, de musical, pero ojo, La La Land tiene su pulso en el canto y baile, pero no es su real fundamento. De hecho las melodías y coreografías van acorde a la relación de la pareja, por lo que cuando ésta se enfrenta a la realidad o a la vida, los tiempos y sonoridades se detienen o acotan. Y damos paso al drama, al romance, a contar una emotiva historia. “¿Por qué usas la palabra romántico para algo malo’” expresa Sebastian, ya que lo central de este film, es la búsqueda de ese “ser romántico”, de seguir y luchar por los sueños, de lo clásico de la idea. Por lo que vemos una novela visual que transcurre en la actualidad, pero que por su estética y espíritu, se siente que pasa en cualquier época del tiempo, en el ahora o la era dorada del cine, mezclando celulares y autos extintos, peinados y vestidos, todo en pos del romance y la confrontación de los sueños con la realidad. En síntesis, una película ideal para el verano, sobre el amor por un otro u otra, por lo que se hace, a pesar de todo lo que conlleva.

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