¿Viste la película Begin Again? Esa que trata de una joven cantautora sin rumbo que se encuentra con un productor discográfico acabado por el alcoholismo y el fracaso. Ella, embargada por el despecho, sube a cantar en una noche de micrófono abierto, y él la escucha desde el público. Queda fascinado por su música y le ofrece producir su disco. ¿La has visto? ¿No? Bueno, vela. Está en Netflix. Es súper buena.
Hace algunos años ya que las noches de micrófono abierto han comenzado a cobrar fuerza en Santiago y en el resto del país. Si bien ya existían formas similares en peñas folklóricas y clubes de jazz, su masificación recién vino a ocurrir en los últimos 5 o 10 años, gracias a las iniciativas como la de Mauricio Dell quien, tras vivir en el extranjero, decidió implementar esta modalidad en el club Le Fournil, con una excelente respuesta del público.
Conversamos con organizadores y participantes de micrófonos abiertos y jam sessions (encuentros de improvisación musical sobre el escenario), sobre qué hace que estos espacios sean tan apreciados. Si tú no has ido nunca a un espectáculo de este tipo, seas artista o no, aquí te dejamos las cinco razones por las cuales deberías asistir a uno.
Puedes tocar muy bien, pero si no tienes la soltura para tocar ante una audiencia y comunicar tu arte, nunca transmitirás nada. Lo mismo si haces poesía, comedia o teatro.
La mala noticia es que esta soltura no se aprende con libros. Solo se puede obtener acumulando experiencia en el escenario. La buena, es que los micrófonos abiertos son la instancia perfecta para subir a presentarte ante completos desconocidos que están dispuestos a escucharte con atención y respeto. Si lo haces mal, no importa. Nadie te va a tirar tomates.
Angélica Bravo, más conocida en el mundo del blues y el jazz como An Jo, es organizadora de jam sessions y vocalista del grupo Swingcronizados. Conversamos con ella sobre los beneficios de participar en una actividad de este tipo, y nos comentó que “estar en una jam es una gran escuela, primero porque te ayuda a aplicar lo que ya has aprendido, a relacionarte con otros músicos, y a empezar a hablar en este mismo lenguaje”.
La misma opinión tiene el pianista y docente Mario Feito, director del ensamble de jazz Fedusa Trío y anfitrión de diversas jam sessions: “el mismo hecho de participar en una jam ya te da otro aire, estar con otros músicos al lado te profesionaliza”.
Que me perdonen los positivistas, pero hay ciertas cosas que no se pueden poner a prueba en un laboratorio. A veces es necesario salir de casa, subirse a un escenario real y tirarse a los leones con esa nueva canción o esa rutina de comedia en la que estás trabajando.
Pancho Kabrera es actor y comediante de stand-up comedy, y organiza semanalmente las sesiones de comedia con micrófono abierto en el Bar Zeppelin de Barrio Bellavista. En sus palabras: “para los comediantes es una buena instancia para probar material nuevo antes de estrenarlo en shows oficiales. No tienes nada que perder: vas a probar chistes y no vas tan cagado de miedo como cuando vas a un show preparado. Aquí vas a probar cosas y, si algo no funciona, estás justificado por la misma dinámica improvisada del show”.
Open Mic de Stand Up, con Pancho Kabrera en la animación. |
Para los principiantes, los micrófonos abiertos son una buena instancia para mostrarse y crear audiencia. Para los más profesionales, por otro lado, ayudan a darse a conocer en círculos diferentes a los que suelen frecuentar.
En palabras de Mario: “(participar en jam sessions) te permite conocer y escuchar gente, que es distinto a ir a un concierto, donde estás lejos de lo que está ocurriendo. En las jams eres parte de, conoces gente y puedes hacer círculos. Muchos conocedores van a buscar talentos, incluso. Como el medio es pequeño, a veces es bueno ir, ver músicos y descubrir cabros nuevos con los que poder tocar”.
Asimismo, participar en esta clase de actividades permite el intercambio espontáneo entre talentos nuevos y consagrados. “A veces hay gente de tu edad, mayores, o menores, que saben más, que saben menos, pero que pueden tener feeling y hacer proyectos ahí”, remata Feito.
En palabras de An Jo: “hay cosas que solo se dan en las jams: el otro día tuvimos el honor de tocar con Cristian Gallardo (destacado saxofonista nacional) en un contexto de jam callejera. Esa clase de cosas, o que llegue Guillermo Muñoz por ejemplo, en el contrabajo, o Bárbara Callejas en voz, es un privilegio bien grande. Es bonito lo que se genera, y la gente lo disfruta mucho.”
Jam de jazz manouche y swing al aire libre en Santiago. Se celebran todos los meses.
Los espectáculos de micrófono abierto no son exclusivos para artistas. Una de las características más propias de los micrófonos abiertos, sean en forma de jam session o en cualquier otro formato, es la espontaneidad del show, que lo hace entretenido para quienes están sentados escuchando y que pueden descubrir una nueva manera de disfrutar la cultura.
“Cuando están todos los músicos arriba, improvisando, es algo que el público nunca va a volver a escuchar. La improvisación se realiza en el momento y es algo único”, dice An Jo.
“Para el público en general yo creo que la principal atracción es ver mucho músico distinto, que es diferente a un concierto en el que se te ofrece solo un grupo o un solista. Cuando vas a una jam, estás en la posibilidad de ver a harta gente, y se hace variado. Al público eso lo entretiene ene”, agrega Mario.
Jam session de jazz en Bar Grez, con Mario Feito y Fedusa Trío como banda soporte. |
Para el comediante, músico o actor que considera su arte un trabajo, el presentarse ante público implica una serie de preocupaciones adicionales al simple gusto por salir al escenario: la remuneración económica, el cumplimiento de requisitos técnicos y el respeto por el “libreto” del show son algunas de las cosas que preocupan (y estresan) al que trabaja en esto.
Lo que se hace con los micrófonos abiertos es devolver el protagonismo a la interpretación por gusto: el gusto de colgarse la guitarra y jugar, el gusto de sacarle risas a otro, el gusto de ganarte un par de aplausos y, si tienes suerte, la invitación a un trago.
No faltarán los que, un poco pasados de copas, suban a dar jugo. Probablemente habrá que bajarlos contra su voluntad. Pero, como dice Pancho Kabrera: “a mí los jugosos me dan risa. Igual es chistoso. De hecho, faltan más jugosos arriba del escenario. Creo que mucha gente sube al escenario preocupada de hacerlo bien, siendo que tiene que simplemente empezar a pasarlo bien".