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Imagen: Felipe Muhr

"Elvis jamás podrá cantar" y otras 4 historias en que la persistencia importó más que el talento

Hay algo que tienen en común las personas que logran grandes resultados, además del sobrevalorado talento: la capacidad de trabajar duro ¿crees que no tienes talento para alguna cosa? Lo pensarás dos veces después de leer estas historias.

Por Juan Reyes | 2015-12-15 | 14:00
Tags | historias, persistencia, famosos, éxito, fracaso, resiliencia, motivación, Elvis, Spielberg, Disney, Bravo, Ford, biografías

Una y otra vez vemos a personas que tienen un rendimiento prolífico, en diversas áreas, e inmediatamente asociamos su habilidad al talento, a una capacidad extraordinaria que traían “de fábrica” y que a veces pensamos nosotros no tenemos ¿es tan así?

Sí, hay personas que nacen habilosas; pero no subestimemos a la máquina maravillosa escondida dentro del cráneo. El cerebro tiene una capacidad increíble de adaptación. Un claro ejemplo de esto, son las personas sufren un accidente, pierden parte de su cerebro y llevan una vida normal. Viven con un lóbulo menos, sin el cerebelo, con la mitad de su cerebro, etc. Otro ejemplo de adaptación es el de los taxistas de Londres, quienes desarrollan una memoria prodigiosa a fin de aprender miles de calles y pasar una rigurosa prueba. En un conocido estudio, se les realizó un escáner cerebral y se verificó que su hipocampo era más grande de lo normal; dejando en claro una vez más nuestra plasticidad cerebral, el cerebro se modifica notablemente no solo durante la infancia, sino que también durante la vida adulta, según nuestro comportamiento. Tal vez somos más versátiles de lo que imaginamos.

Tenemos un gran potencial, que se esconde bajo inseguridades y falta de voluntad. El sobrevalorado “talento”, nos impide llegar lejos porque creemos que no tenemos tal o cual habilidad. Esto hace que muchas veces ni siquiera lo intentemos. El pensar que por naturaleza no sirves para algo, puede hacer que tu desempeño sea bajo; es una profecía autocumplida. 

La buena noticia es que si lo has intentado pocas veces, simplemente no tienes evidencia suficiente para llegar a tan desafortunada conclusión. La excelencia usualmente viene precedida de numerosos intentos fallidos, lo que marca la diferencia es la persistencia, junto a la capacidad para detectar y corregir falencias. Antes de pintar bellos cuadros, debes crear varios cuadros horribles y reflexionar acerca de cómo mejorar tu técnica.

Ejemplos de personas que iniciaron su trayectoria con fuertes tropiezos y luego se convirtieron en eminencias gracias a su persistencia, hay muchos. Por ejemplo:

Walt Disney

Walt Disney fue un fracaso en el colegio y prácticamente en todos sus trabajos anteriores a la animación, por su tendencia a soñar despierto. Como vendedor le robaban la mercadería. Cuando entró al ejército (mintiendo sobre su edad), Alemania se había rendido y sólo le tocó conducir una ambulancia, que llenó de dibujos. 

Tiempo después, fue despedido cuando trabajaba como dibujante para el periódico Kansas City Star, ya que según su editor "no tenía imaginación ni buenas ideas".

Su primera empresa, "Iwerks-Disney Commercial Artists", de arte comercial, quebró por falta de clientes. Luego fue a trabajar a una empresa de animación, donde se fascinó con las posibilidades de la naciente técnica. A partir de esa experiencia, Disney intentó nuevamente emprender, esta vez con cortos animados, creando Laugh-o-Gram Films, que quebró por sus excesivos costos de producción. Luego se trasladó a Hollywood, donde quiso ser director de cine con actores de carne y hueso, pero no consiguió trabajo en ningún estudio.

Los fracasos no le hicieron ceder, y montó un estudio de animación en el garaje de la casa de su tío Robert, mientras que su hermano Roy se encargó de la gestión comercial. Nacía Disney Brother's Studio, donde daría vida al famosísimo Mickey Mouse y que posteriormente se transformaría en el imperio de creatividad (y marketing) que es Walt Disney Animation Studios.

Steven Spielberg 

Postuló tres veces a la escuela de cine de la Universidad de California del Sur y fue rechazado. Finalmente, optó por otra universidad, la California State University.

Hoy es considerado uno de los mejores directores de cine, dirigiendo películas muy exitosas, como por ejemplo Jurassic Park, Indiana Jones, E.T., entre muchas otras; aunque en sus inicios debió hacer una pasantía sin remuneración, trabajando los 7 días de la semana en el departamento de edición de los estudios Universal. 

Posteriormente la misma universidad que lo rechazó le otorgó un doctorado honoris causa. Las vueltas de la vida...

Henry Ford

Su éxito en la industria automotriz no fue instantáneo, no tenía experiencia en los negocios y su primera empresa, Detroit Automobile Company, fracasó, porque Ford se empeñaba en seguir mejorando los prototipos en lugar de ponerlos a la venta. 

Tampoco lo logró en su segundo intento, con la Henry Ford Company, pues se obsesionó con ganar carreras con otros fabricantes y demostrar la superioridad de su diseño; impacientando a sus socios, que pusieron a Henry M. Leland a cargo de desarrollar un auto de calle, lo que ofendió a Ford al punto de renunciar. La compañía que abandonó luego se transformaría en Cadillac

No obstante, Ford no se rindió; siguió trabajando incansablemente, fabricó más autos de carrera con importantes triunfos, logrando reconocimiento para su marca e impulsando carreras que luego se harían míticas, como las 500 millas de Indianápolis. Además, ofreció un sueldo de 5 dólares la hora a sus trabajadores, el doble de lo que se acostumbraba en la época, con lo que consiguió los mejores mecánicos del mercado. Junto a ellos, diseñó el Ford T, cuyo diseño y sistema de producción en masa configuraron el negocio automotriz hasta el día de hoy. 

Elvis Presley

Estudiando en Humes High School, su profesora de música le dijo que no tenía aptitudes para el canto. Tampoco le ayudaba su timidez, el bullying de sus compañeros y el temor a cantar en público, que fue superando con esfuerzo, obligándose una y otra vez a hacerlo, pese a las burlas. Presley nunca tuvo clases formales de música, todo lo aprendió de manera autodidacta. 

Terminada la secundaria, consiguió una audición para integrarse a una banda llamada The Songfellows, donde fue rechazado por "no tener oído para las armonías". Luego de eso comenzó a trabajar como camionero, pero un amigo lo convenció de audicionar para una banda profesional en la que tocaba. El líder de la banda escuchó a Elvis y lo rechazó, le dijo que se mantuviera como camionero, porque"nunca tendría éxito como cantante"

Finalmente, Sam Phillips, de Sun Records, donde Presley había grabado un demo amateur, lo contactó, pues buscaba un "blanco que sonara como negro". Le pidió cantar algunas canciones, pero no lo hizo bien. De todas formas, Phillips armó una sesión de grabación junto a otros músicos, que también fue un fracaso... hasta que a último minuto Presley tomó su guitarra y cantó el blues "That's all right", al que los otros músicos se sumaron improvisadamente. Repentinamente, Phillips encontró el sonido que estaba buscando y Elvis, su camino al éxito. El paso del tiempo demostró, no sólo que le iría de maravilla como cantante, sino que también se convertiría en un ícono cultural: el rey del rock and roll.

Claudio Bravo

En sus inicios jugaba de delantero, y posteriormente de defensa en una escuela del barrio, sin embargo se cansaba rápido y según relata, era un jugador limitado. Para evitar que lo sacaran de la cancha, le pidió al profesor jugar al arco, posición que combinó bastante bien con sus habilidades. 

Ingresó a las divisiones inferiores de Colo-Colo, pero debido a un grave error del portero en un partido el año 1997, cuando tenía 14 años, su equipo quedó eliminado de la Copa Nike ante Universidad de Chile. El jefe de cadetes, Renato Contador, pidió que fuera expulsado, aunque el preparador de porteros, Julio Rodríguez lo evitó amenazando con su propia renuncia. 

Tres años más tarde, el 2000, volvió a vivir una situación similar, cuando otro error le costó la eliminación del torneo de apertura sub 17. El entrenador, Jorge Toro, llegó a gritarle "¡Si fuera por mí, te echo de ColoColo!". Una vez más, Rodríguez lo salvó.

Desde allí, vinieron los triunfos y el traspaso a Real Sociedad de España el 2006, donde cosechó elogios; aún así, su equipo se fue a segunda división y él pasó a la suplencia. Desde allí, tuvo que pelear la titularidad en diversas ocasiones, hasta conseguirla, junto con el retorno a primera división y, posteriormente, una serie de récords de imbatibilidad.

Recién el 2014, ocho años después de llegar a España, Bravo por fin saltó al Barcelona, siendo la venta más cara en la historia del Real Sociedad y transformándose en uno de los mejores arqueros del mundo.

*****

Así que piénsalo dos veces, cuando te digas a ti mismo o te digan que no tienes talento y pregúntate ¿trabajé lo suficientemente duro para responder esa pregunta?

Hay personas que huyen tras el primer fracaso, a la primera decepción se dicen a sí mismos “esto no es para mí” y así dejan la universidad, el deporte o cualquier actividad que en algún momento les cautivó. 

Los que persisten, los que aprenden de sus errores, se levantan y vuelven a intentarlo, son los que pueden lograrlo. Si algo realmente te apasiona, no seas el prófugo, el que escapa cuando las cosas cosas se complican, sé el que persiste, el que se levanta, el que elige crecer y tal vez algún día, tu historia se convierta en inspiración.

¿Cuál fue tu mayor fracaso?

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Comentarios
Diego Contreras | 2015-12-15 | 14:39
4
La búsqueda del éxito confunde a muchas personas. Este debería ser un medio para ser más feliz, no la finalidad.

Cada vez que leo estas historias, me pregunto: el éxito los habrá hecho más felices? Quiza tenian una obsesion por éxito, que los llevó a conseguir sus metas, pero quizá esa misma obsesión no les permitió disfrutar de esta, siempre sintieron que debían hacer más. Quizá Elvis hubiera sido más feliz como camionero.

Tampoco sugiero que todos quienes son exitosos son menos felices. Quizá otros eran personas, que al contrario, no buscaban el éxito directamente, sólo disfrutaban intentar cosas, sin que fuera tan relevante si resultaban o no.

El cliché es hablar de la importancia de la persistencia, y es cierto, muchas cosas buenas en la vida necesitan persistencia para conseguirlas, pero menos se habla de que también hay que saber renunciar y rendirse con aquellas que persigues tan arduamente sin que realmente valgan la pena, como el caso típico de quien se desvive por su carrera mientras deja a su familia y amigos de lado.

(y por qué tengo una visión tan atípica? en mi carrera hay una deserción gigante, y la mayoría de las veces, quienes perseveran demasiado tiempo suelen arrepentirse cuando finalmente igual son obligados a renunciar, y descubren que debieron hacerlo antes, que esa carrera no era él único camino en la vida, sino que hay muchos más)
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Marco Canepa | Editor | 2015-12-15 | 15:32
6
También pensé en eso leyendo el columna, sobre cuándo renunciar. Pero creo que la clave es si es algo que te apasiona, o algo que haces porque "no sabrías qué más hacer si no".

En mi caso, yo tardé 4 años en salirme de Arquitectura justamente porque simplemente no sabía qué más hacer con mi vida. Esa perseverancia era inútil. Pero si me hubiese apasionado la arquitectura y hubiesen sido fuerzas externas las que intentaban echarme abajo, creo que la perseverancia hubiese sido fundamental.

Creo que hay pocas cosas peores en la vida que quedarse con una "bala pasada", algo que querías hacer pero no hiciste por miedo o temor a fracasar, pero que toda tu vida te está molestando. Yo tengo varios de esos aún y creo que son un impedimento para ser realmente feliz. Cuando te esmeras con todo lo que tienes y fracasas, al menos puedes decir que llegaste tan lejos como pudiste, y así dedicarte tranquilamente a algo más.
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Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2015-12-15 | 15:51
2
Me sumo a las reflexiones de Diego y de nuestro distinguido editor... considero que el éxito es una condición interior, que se manifiesta externamente. Me explico: el realizar una actividad, no me hace feliz por la actividad en sí, sino porque esta significa algo para mí... me hace sentir realizado.

El reconocimiento de otros es sumamente agradable, pero no debería ser el foco de nuestro camino, sino más bien nuestra propia realización interior. Aunque existen ocasiones, sin duda, en que el reconocimiento de otros coincide con que uno siga o no haciendo esta actividad que tanto le gusta a uno.

Uno debe persistir en su propia búsqueda interior, en su propia realización como persona. Y como menciona Marco, si yo persisto en algo que no me realiza, no consigo mucho la verdad. Pero si lo hago en algo que me llena como persona, ah, como cambia la cosa!!

De todas maneras, en general la naturaleza de las cosas es tal, que muchas veces se trata de una carrera "de fondo", y no un sprint... si uno se queda por ahí lo suficiente, comenzará a conseguir resultados. Lo triste es cuando se consiguen resultados, en algo que a uno no le satisface interiormente. Así que... a afinar bien el ojo nomas! :)
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Juan Reyes | Colaborador | 2015-12-15 | 21:22
1
Sí, también pienso que debe haber un equilibrio y tan importante como perseverar es saber en qué momento retirarse. Pareciera ser que por lo general los que obtienen mejores resultados son los que disfrutan lo que hacen; como dice el refrán: "elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida".
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Daniel Berlien | 2015-12-16 | 12:54
1
Ya que te refieres a tus "balas pasadas", hay que recordar también que nunca es tarde ni se es muy viejo para hacer esas cosas que a uno le gustan. Más vale tarde que nunca ;)
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Alvaro Mandiola | 2015-12-15 | 21:56
1
Éxito y felicidad son dos buses que van por carreteras totalmente distintas. Puedes ser:

Exitoso-Feliz: El ideal, tan ideal que ahora no se me ocurre nadie, pero si los hay.
Exitoso-Infeliz: Michael Jackson, Whitney e infinitos otros casos.
Fracasado-Feliz: Homero Simpson. (la aspiración real del común de los mortales).
Fracasado-Infeliz: Similar al anterior, pero pasa su vida buscando ser exitoso, con aspiraciones absúrdamente superficiales. (el 80% de los santiaguinos).

Si bien la felicidad es un concepto muy amplio y discutido en psicología, se puede hablar de que es un estado temporal más que permanente y que llegas al pick en esos momentos cuando no aspiras a nada más de lo que haces en ese instante. Es mucho más simple la vida cuando aspiras a tomarte una cerveza viendo la lucha libre por TV a que si buscas vender 9 millones de discos con tu música en Birmania.

Ahora con respecto a la persistencia, comparto con los comentarios anteriores, hacer lo que te apasiona con tu alma es algo por lo que debes persistir toda la vida si es necesario. Si lo que buscas es algo superfluo como el dinero, posesiones materiales, fama, etc. simplemente la persistencia solo será una droga que alimentará tu ego, y te transformarás en uno más del selecto grupo de "Exitosos e Infelices" siempre y cuando te saques la cresta y si no, caerás en el aun peor grupo de los "Fracasados e Infelices" (el grupo de los chilenos).
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Daniel Berlien | 2015-12-16 | 13:02
2
Ciertamente la felicidad se describe como un estado de plenitud temporal que depende de que se coordinen varios factores externos a uno.
Es interesante como algunas culturas o religiones indican que para eliminar el sufrimiento hay que vivir austero y con desapego (a las cosas, personas, situaciones, etc). Viene siendo algo asi como estar pleno sabiendo que no necesitas más de lo que ya tienes, que la plenitud (no felicidad) viene de uno.

Por ello muchas personas exitosas no son felices; cuando llegan a una meta inmediatamente ven la siguiente, teniendo una necesidad nunca satisfecha de cumplir sus metas.

Personalmente trato de buscar un equilibrio entre perseguir metas, y disfrutar el presente; y por el momento me ha ido bastante bien.
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Francis Elier | 2015-12-20 | 18:59
1
He fracasado un montón de veces, otras me ha ido bien y muy bien también. Tengo la costumbre al igual que Walt Disney de soñar despierto, al igual que la costumbre de Ford de mejorar infinitamente los prototipos sin sacarlos al mercado. Me he enfurecido conmigo mismo y he llegado a perdonarme (gracias a un gran amigo), lamentablemente no he podido nunca ir tras el éxito, así como no podré cambiar porque me apasiona lo que hago, en ocaciones he trabajado gratis por lo desafiante de un proyecto o por lo interesante que resulta, tengo suerte de contar con una compañera (mi mujer) que siempre ha apoyado mis locuras...,

Mi cerebro no es capaz de separar la realidad de la fantasía, ni el comercio de los sueños, estoy realmente jodido, y realmente creo que no voy a cambiar :).

Hay gente - espero - como yo, que no conciben que todo deba mercantilizarse, ni que todo tenga un precio, existen las locuras, bellas locuras que nos hacen humanos...,

saludos a todos.



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