atrasos, tiempo, planificación, estimaciones, predicciones, gestión, impuntualidad
Imagen: Gojko Franulic

¿Siempre atrasado? Por qué solemos fallar al planificar nuestros tiempos

Los seres humanos tenemos algunos defectos en común, por ejemplo, un sesgo cognitivo que nos hace estimar con demasiado optimismo el tiempo que necesitaremos para realizar una tarea ¿cómo combatir este problema?

Por Juan Reyes | 2015-07-07 | 11:34
Tags | atrasos, tiempo, planificación, estimaciones, predicciones, gestión, impuntualidad

Cuando estimes cuánto tiempo demorarás en hacer alguna cosa, es muy probable que te equivoques. A lo largo de diversos experimentos, una y otra vez, quedan en evidencia nuestras falencias para realizar estimaciones, ya sea de tiempo o de recursos necesarios para realizar una tarea. Los sesgos cognitivos nos hacen evaluar incorrectamente muchas situaciones. El ser conscientes de estos sesgos, nos ayuda a tomar ciertos resguardos y muchas veces evitar que nos arruinen el día.

Los seres humanos somos muy malos para visualizar las posibles fuentes de retraso cuando estamos planificando, lo que nos lleva a ser muy optimistas al momento de estimar los tiempos o recursos requeridos. Este fenómeno es conocido como la falacia de la planificación. En un antiguo, pero citado experimento del año 1994, a un grupo de 37 estudiantes de psicología se les preguntó cuántos días tardarían en terminar sus tesis en dos escenarios distintos: uno optimista y uno pesimista. En el escenario optimista, en promedio estimaron 27,4 días y en el pesimista 48,6 días. Finalmente, en promedio demoraron 55,5 días y sólo un 30% de los estudiantes completó su tesis dentro de los tiempos estimados. ¡Sus estimaciones fueron tan malas que incluso superaron su escenario más pesimista!

Si comenzamos a revisar la historia, podemos encontrar bastantes ejemplos de estimaciones fallidas. Uno de los fallos de planificación más estrepitosos (aparte del Transantiago) es el de la Ópera de Sydney, una construcción que actualmente es patrimonio de la humanidad. Se estimó que su costo sería de aproximadamente 7 millones de dólares y terminó costando más de 100. Se estimó que su construcción demoraría 4 años, pero demoró 14. Claramente, quienes estimaron los recursos necesarios para ejecutar el proyecto eran “muy humanos” y posiblemente también fueron víctimas de este sesgo cognitivo, que allí, donde hayan personas estimando tiempos y costos, puede causar estragos. Más aún si muy pocos están enterados de este defecto de “fabricación”.

Por qué somos tan malos para planificar

Cuando planificamos y estimamos el tiempo o los recursos requeridos, en general no consideramos las complicaciones que tuvimos anteriormente realizando una tarea similar y no evaluamos correctamente los posibles imprevistos que puedan surgir. Damos a cada paso de la tarea un tiempo “promedio”, sin considerar que alguno de los pasos podría tomar mucho más tiempo de lo presupuestado y afectar la duración de la tarea completa.

Este sesgo en algunos casos se relaciona con un fenómeno psicológico denominado “anclaje”, el que hace que una primera estimación influencie a las siguientes. Por ejemplo, a buenas y primeras pensamos que tardaremos una semana, luego lo pensamos un poco mejor y vemos que podríamos demorar más, no obstante como ya habíamos pensado en una semana, nuestra siguiente estimación no se alejará mucho de la semana. En el caso de un trabajo en equipo, el sesgo puede aumentar debido a la presión social, tendemos a estimar que demoraremos menos para parecer más eficientes o para dejar una impresión positiva en los demás. Otro “catalizador” de la falacia de la planificación es cuando hay una recompensa económica por terminar la tarea pronto, esto hace que seamos aún más optimistas en nuestras estimaciones.

Lo más curioso de este sesgo, es que volvemos a equivocarnos incluso en tareas muy similares, sin considerar los problemas y demoras que tuvimos las veces anteriores que nos enfrentamos a ellas. Es como si quisiéramos hacer vista gorda a nuestros errores. Un ejemplo cotidiano es llegar tarde al trabajo o alguna reunión, a la que ya habíamos llegado tarde anteriormente debido a nuestras malas estimaciones.

¿Qué podemos hacer para mitigar el problema?

El saber que tenemos la tendencia a ser muy optimistas cuando estimamos tiempos y recursos requeridos ayuda a reducir el problema, ya que si estamos conscientes de él podemos resguardarnos agregando más tiempo a nuestra estimación. 

Subdividir la tarea en tareas más pequeñas y específicas, nos puede ayudar a tener mayor consciencia de todo lo que hay que hacer, pero no nos libra del excesivo optimismo al asignar tiempos a cada una. Es recomendable cambiar la forma en la que visualizamos la tarea que debemos realizar cuando estamos estimando. Por ejemplo, una buena táctica es identificar dos o tres problemas que podrían hacer que usemos más tiempo de lo normal. Una técnica similar consiste en concentrarnos en los aspectos más tediosos de la tarea a realizar. Es mejor tomar una postura pesimista al calcular cuántos recursos necesitaremos, ya que en la mayoría de los casos resulta más favorable terminar antes de lo presupuestado que retrasarse. 

Ya sabes, si llegas a tarde a tu siguiente reunión o no logras terminar en la fecha estimada, puedes contarles a los demás acerca de la falacia de la planificación y todo funcionará de maravilla. En realidad no. Pero al menos ya lo sabes y tal vez puedes evitar repetir el error.

¿Sueles llegar tarde?

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Comentarios
Alejandro Alarcón | 2015-07-07 | 15:19
2
uuuufffff.... sufro ese problema constantemente.... siempre sobre estimo el trabajo a realizar, y termino trabajando a deshoras para entregar las cosas a tiempo... solemos pensar en la realización de trabajo en forma lineal y como única, y es probable que si solo se viera una sola tarea se cumpliría los plazo... sin embargo solemos realizar varias tareas lo que va impactando los tiempos y terminan descuadrando nuestra proyección.. (PD: lo que he logrado aveces es que el tiempo que pienso que me demoro... le aplico entre un 50 a 100% de tiempo extra... y con eso he logrado he logrado cumplir los plazos.. aunque no siempre.. :P)
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Daniel Del Pino | 2015-07-07 | 15:43
2
Me alivia saber que es un defecto que todos traemos de fabrica, je je. Ya sabemos, hay que siempre ver el escenario pesimista y darle margen. Me gustaría destacar que esto nos sucede mucho a los informáticos porqué en nuestro trabajo hay demasiadas variables que pueden cambiar, como versiones del software y variedad de hardware. Por eso me gusta la respuesta que da Blizzard cuando le preguntan cuando estará listo un juego: Cuando este listo.
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Ange Brik | 2015-07-07 | 17:01
2
conozco mi nivel de pajerismo extremo, por lo que siempre pongo tiempos en los que siempre, siempre cumplo!... ok... no siempre, pero casi.
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Betsabe Salazar | 2015-07-08 | 10:53
1
:S yo siempre me ponía en el peor de los casos y terminaba llegando 1 hora antes (en el mejor de los casos) y como siempre tenia que esperar al resto, primero porque llegue muy temprano y segundo porque ellos llegaban muy tarde, es que me aburrí y me transforme en una impuntual así que nos juntábamos una hora antes...a sabiendas llegaba 30 minutos después y así no tenia que esperar tanto al resto (por alguna razón siempre habia alguien mas pajita que yo)
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Pia Javiera Espinoza | 2015-07-08 | 12:34
0
Ufff, esta es mi historia jaja.
Suelo llegar a todos, TODOS lados. Pero lo mio es mas rragico :'( ya asumi que siempre llego tarde, ademas mi bebe va conmigo a todo lugar, eso es muuucbo tipo extra de preparacion. Por esto siempre que tengo alguna actividad promedio tiempos ridiculos extras (2 horas bañarme y arreglarme, 1 hora arreglar al bebe, 1 hora de viaje bla bla bla) y aun asi, que creen. Si, llego atrasada. Este ya es mi sello, todos mis cercanos lo saben,si me invitan a algun lugar o compromiso siempre ponen una hora extra de la que realmente empieza. Hay llego casi a la hora (real).
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Franco Muñoz | 2015-07-08 | 15:36
0
Sabia que eran comunes estos problemas con el calculo del tiempo, pero no hubiera pensado que existía una explicación lógica. Creía que solo era una cuestión de personalidades. Aunque de todos modos, supongo que la forma de ser de una persona afecta no?
Por ejemplo, mi hermano me a dicho varias veces que no le gusta llegar temprano a algunos lugares o a juntarse con gente porque, si llega muy temprano, tiene que esperar a que los demás lleguen. Asi que el prefiere llegar tarde.
En cambio yo, creo que soy muy pesimista al calcular mis horarios. Por ej.: Calculo 45min en ir de mi casa al trabajo: 15min en que pase el bus, 30min en llegar al trabajo. Resulta que, al parecer, rara vez me tardo más de 30min. Y varias veces me a tocado tener que esperar a que llegue alguien a que me abra la puerta.

Entonces, en resumen, todo lo que esta en el articulo esta bien, pero al mismo tiempo depende de la personalidad de las personas.
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Rodrigo Vega | 2015-07-14 | 10:19
2
Hay mucha influencia cultural en todo esto aunque suene a tópico. Y me refiero especialmente al tema de la puntualidad porque en general, insisto, "en general" los anglosajones son puntuales, disciplinados y calculadores, al contrario que los latinos ya sean de la costa mediterránea o de la parte americana correspondiente. Pero más allá de la mera puntualidad a la que alude algún que otro comentarista, en efecto me parece que esa desviación cognitiva también tiene mucho que ver con la mentalidad generada desde la revolución industrial, la producción en cadena, los horarios rígidos, la educación fabril, el consumismo, etc. Ahí no se libra casi nadie, salvo habitantes del Tíbet, maoríes o amazónicos por poner algún ejemplo de vida completamente opuesta donde el tiempo es mucho más relativo y acorde a la naturaleza cósmica y humana.
Lo que me alegra especialmente de este artículo es que confirma punto por punto lo que a través de la experiencia de la vida pude darme cuenta tras muchos años de trabajo en diferentes empresas del sector industrial. La presión económica hace mucho daño en ese sentido a todos los niveles, desde el individual hasta las grandes obras (el caso de la ópera de Sydney ha tenido que ser resultado de una compleja trama política, no una simple incompetencia planificadora).
Es sorprendento lo mucho que nos podemos autoengañar por quedar bien ante el jefe o por el simple miedo a no perder el empleo.
A título personal diré que afortunadamente hoy en día pude desechar toda esa basura mental y haciendo estimaciones muy pesimistas, consigo cumplir mis plazos personales tomándome todo el tiempo que REALMENTE necesito. Eso sí, puedo permitirme ofrecer un nivel de calidad superior a la media.
Volviendo al artículo, creo que es muy positivo dar a conocer este fallo tan extendido ya que es algo que no se enseña en las escuelas. Y debería hacerse, como muchas otras cosas.
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