empresas B, B corps, And1, sociedad, consumo

El precio de lo bueno

Jay Coen Gilbert, impulsor de las empresas B en el mundo, visitó Chile y planteó que, más que un desafío al mercado, éstas son el paso siguiente en su evolución.

Por Martín De Mussy @mdemussy | 2013-06-06 | 09:32
Tags | empresas B, B corps, And1, sociedad, consumo

La semana pasada felizmente apareció en algunos medios el tema de las B Corps y el emprendimiento con sentido, desde la mirada de Jay Coen Gilbert, uno de los fundadores de la marca deportiva AND1 y también uno de los impulsores del sistema de empresas B en el mundo, quien visitó nuestro país hace algunos días para hablar sobre las nuevas compañías y sus modelos en un seminario producido por el Ministerio de Economía.

Desde su punto de vista -como expuso- las B Corps no atentan contra el modelo económico actual, sino que se muestran como el paso siguiente en su desarrollo, mostrando un pedazo de futuro consciente en donde la responsabilidad con el entorno y el propio planeta si tiene incidencia en la creación de valor y a la hora de hacer una decisión de compra. En palabras simples, los parámetros por los cuales hoy elegimos un producto y no otro pueden cambiar con las empresas B. Y esa evolución que parte con unos pocos puede llegar a ser la gran transformación del modelo económico actual, del cual hoy todos somos parte. ¿Cómo tanto? Simplemente porque hoy el valor de una pizza, un cepillo de dientes, un tablet o un auto no sólo está adscrito a su precio, sino también a lo que significa e involucra ese producto. 

Probablemente hoy para mucha gente –dentro de los que me incluyo- en la gran mayoría de las compras el precio es EL o uno de los factores más determinantes, tal vez por la escasez de recursos que tenemos en nuestra billetera o simplemente porque estamos acostumbrados muchas veces a buscar la versión más barata, pero a medida que crecemos, avanzamos y nos hacemos conscientes de nuestras decisiones, otros factores comienzan a ser parte del engranaje de elección. Y la verdad es que hoy, existen consumidores en el mundo que están dispuestos a comprar o no comprar algo ponderando el impacto social que ese producto puede tener en su entorno. Desde la elección básica hace algunos años de un auto catalítico o uno que no lo es, hasta la determinación actual de elegir un producto que no haya sido testeado en animales. 

“¡Preocupaciones de países desarrollados!” podrán gritar algunos, aunque la verdad, sean sólo ejemplos. Pero juguemos con la idea. Si eso mismo lo proyectáramos a gran parte de nuestras elecciones y no sólo de las nuestras, sino también a gran parte de la población, probablemente las empresas tendrían un incentivo a producir bajo ciertos estándares y nosotros el hábito de elegir bajo ciertos valores. Una reacción en cadena que podría mover las fichas del tablero. Una idea tan disparatada como la que se le debe haber ocurrido a Jay Coen Gilbert cuando decidió fundar la primera empresa B.

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Comentarios
Marco Canepa | Editor | 2013-06-06 | 10:09
4
Lo más difícil a la hora de elegir un producto en el supermercado, es saber cómo se fabricó. Salvo el sello de "comercio justo" (que jamás he visto en un supermercado), no hay mayor información al respecto. Así que consumir responsablemente tiene una barrera alta. Necesitamos más cerficaciones explícitas en ese sentido.

A veces, en todo caso, comprar más barato es también más responsable. Por ejemplo, comprar los productos básicos (como las legumbres) a granel en la feria, evita una serie de procesos industriales que son tóxicos y que sólo encarecen el producto. Mucha veces el sobre-envasado es lo nocivo de las cosas que compramos.

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Paper Luis | 2013-06-06 | 10:44
2
Cuando quieres que el mes sea mas corto para tener mas sueldo, el de donde viene pasa a segundo plano, lo que mas importa es la relación precio-calidad.
En el caso de mi familia, nos gusta ir a comprar a la feria los sábados y aprovechamos de comprar lo más posible. Nuestra "casera" de las aceitunas (que nos pregunta como estamos y le da aceitunas a bebé) nos provee de aliños, aceitunas y legumbres (Mucho mas ricas que las de supermercado). Las frutas las compramos a otro casero, las naranjas, etc. Pero esto lo hacemos pq nos es conveniente ir a comprar allí. Si fuese mas caro que el supermercado, compraríamos en este último.
Respecto al tema del articulo ¿Como puedo comprar algo sustentable si no tengo meretriz idea de donde provee? ¿O como escoger, si la trazabilidad es imposible de definir? Acá en Chile es re complicado poder saber y, ante eso, mejor sigo comprando el más barato.
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Martín De Mussy | Periodista | 2013-06-07 | 23:14
0
Luis, es muy cierto lo que dices. Tenemos que apuntar a mayores exigencias como consumidores, ya que al final esa información puede ser determinante en la decisión de compra. Al final información también es valor y debemos apuntar a que eso sea cada vez más inclusivo y abierto. Un abrazo!
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