El Peso de la Barba Pascuera
Por
El Pol
@polmaster
| 2014-12-30 | 11:53
<p>Siempre he tenido una contextura gruesa, una mirada amigable y algo de carisma con los niños, por eso este año en la ultima reunión del curso de mi hija dijeron "Necesitamos un viejo Pascuero" y 20 miradas se posaron sobre mi persona y yo dije un tímido "tendría que ver si me dan permiso en el trabajo", eso fue un rotundo <strong>SI</strong> para todos los papitos así que me matricule como el Pascuero del curso.</p><p>Llegue a casa y nos reímos mucho con mi esposa y mi suegra, pero luego un pensamiento invadió mi mente ¿y si mi hija me pillaba? ¿donde quedarían sus ilusiones pascueriles? ¿a los 4 años descubriría que el viejito pascuero no existe?</p><p>Con esas dudas rondando empece a planificar la personificación de tan magno personaje, conseguí el traje, guantes, barba y peluca, maquillaje y tintura temporal para el pelo e incluso lentes de contacto azul para evitar que me descubriera.</p><p>Con esas cosas hice la primera prueba de vestuario, una vez personificado me mire al espejo y dije "guau, en que me metí", en ese momento empezó el otro dilema de la historia ¿que compartiría con los niños? ¿como haría mas amena su actividad navideña?</p><p>Fue en ese entonces que saque dotes actoriles de no se donde, practique una voz modificada y me lance a la piscina.</p><p>¿Como cambia la vida siendo pascuero?</p><p>El Disfraz hace milagros, carabineros te saluda amablemente y la gente te toca la bocina o mueve la mano en la calle, eres un persona vestido de personaje y la gente te hace sentir bien ¿pero eso era todo?</p><p>Cuando entre al Colegio había un curso recibiendo regalos de otro pascuero y los niños al verme se emocionaron porque tenían 2 pascueros a su disposición, pase a la sala donde esperaría a los niños, primero paso el curso de al lado y los rostros de esos niños fueron algo sin descripción, cada uno emocionado al recibir su regalo, algunos abrazaban espontáneamente diciendo "Te quiero viejito", incluso cuando ya su turno había terminado y venia el curso de mi hija se asomaban a la ventana a tirar besos y saludar. Con el curso de mi hija la cosa no fue diferente, mi hija algo mas tímida recibió su regalo sin creer que el viejito había ido a verlos, luego al retirarme una avalancha de niños se abrazo de mis piernas y me conversaban, preguntaban por sus cartas, regalos y por los renos.</p><p>Cuando termino la jornada y me saque ese traje, volví a pasar por ese lugar como un ciudadano de a pie y ningún niño me pesco, entonces comprendí el gran peso de llevar ese traje rojo cada año, aplaudo a los hombres que aunque sea por unos pesos, deciden entregar algo de felicidad a los niños que los ven.</p><p>Felices Fiestas y JO JO JO</p>