Ya que el miércoles hablé de cómo podíamos perdernos de algunas joyas si solo nos enfocábamos en buscar productos nuevos, aprovecho de comentar un libro español que, aunque puede parecerles viejo (estoy exagerando, es del 2008) es un verdadero lujo. Y trata sobre un grupo de viejos.
Emilio trabaja en un banco y atiende a una pareja que quiere pedir un préstamo. Él les explica que es imposible que el banco se los entregue debido a que el sueldo del joven no alcanza y su mujer no trabaja. El cliente se indigna y le dice a Emilio que él no trabaja en un banco y que necesita que se coma de una vez su comida. Emilio mira a su alrededor y se da cuenta que es un anciano y que quien está frente a él es su hijo y su nuera, quienes intentan que se termine su sopa de una vez. El hijo desesperado grita que ya no tiene paciencia para lidiar con el Alzheimer de su padre. Emilio, sintiéndose humillado, solo atina a lanzarle su sopa encima, con lo que se gana un pasaje sin regreso a un asilo de ancianos. Así comienza Arrugas, una novela gráfica (cómic), que a pesar de haber sido publicada hace unos años, no puedo dejar de comentar.
Arrugas cuenta la historia de Emilio, un anciano que es internado en una casa de reposo debido al estado avanzado de su Alzheimer. Allí, consciente de que su vida poco a poco está llegando a su fin, intentará luchar con toda su voluntad contra su condición y vencer la enfermedad que lo aqueja. Y en esta lucha tendrá como aliados a otros ancianos que, aunque no comparten la enfermedad de Emilio, también ven cómo sus vidas están llegando a su fin.
Arrugas tiene dos caras. Es una historia cercana que puede leer hasta el público más ajeno al mundo del cómic, porque trata de la vida misma. Es una aventura contextualizada en un ambiente absolutamente cotidiano, pero que alcanza momentos con tintes épicos, porque trata de la lucha de un grupo de ancianos por aprovechar de vivir la vida a concho cuando se las están arrebatando de las manos. Y en ese escenario cuenta una historia positiva que habla de la belleza de la vida y las razones por las cuales nos aferramos tanto a ella.
Pero Arrugas también es una historia triste, porque la belleza de la vida viene acompañada de la pena de perderla. Y su genialidad está en la manera en que aborda el tema de la muerte. Porque cuando hablamos del miedo a la muerte solemos pensar en el miedo a la agonía, al dolor. Pero Arrugas nos recuerda que la muerte tiene un valor más profundo, que puede ser más duro que el dolor físico: el dejar de existir. Porque Emilio ve con desesperación como el ingresar al asilo es el primer paso para la no existencia. De un minuto a otro casi dejó de existir para su familia y forma parte del anonimato de un grupo de ancianos cuya vida se va extinguiendo.
Comento este libro, a pesar de no ser un estreno, porque es de esos libros que luego de terminarlos quieres recomendarlo a todo el mundo. Porque es un libro lleno de hermosura, de tristeza y alegría, que nos recuerda que estar vivo es algo tan genial que hay que aprovechar cada segundo. Es un libro que sin sermones ni grandes pensamientos nos enseña de la vida y nos recuerda que debemos devolver la importancia a las cosas realmente valiosas. Que nuestro tiempo es limitado tenemos que disfrutarlo. Porque quizás lo más duro de morir es el dejar de existir, no porque sea algo terrible, sino sólo porque la vida es maravillosa. Y nos lo recuerda de una forma mucho menos cursi que toda esta columna. He ahí otra de sus genialidades.
“Arrugas” de Paco Roca puedes encontrarla en Shazam Comics y en las webs con despacho gratuito Bookdepository.com y Buscalibre.com