En la década del 2000 la moda era el famoso “Business Plan” (plan de negocios), nadie pensaría hacer un negocio si primero no analizaba el entorno junto a nuestro gran amigo Porter, se armaban sendas planillas excel, se sensibilizaba, proyectaba y se terminaba con un documento de 150 páginas que al momento de darle al botón "guardar" en word ya estaba obsoleto.
Steve Job lo dijo, “si eres un innovador y tienes suficientes datos del mercado al que quieres entrar y sabes cuanto realmente vas a ganar, ya es demasiado tarde para entrar” Ésta es una verdad irrefutable. ¿Se imaginan a Mark Zuckenberg tratando de escribir un business plan para desarrollar facebook? ¿Se imaginan las proyecciones y estudios de mercado que ha hecho google para google glass? Nada, no hay un business plan detrás de los innovadores, no hay un estudio de mercado que te pueda decir con cierta certeza el impacto o lo bien acogido que será algo que hoy NO existe.
Hoy la moda emprendedora es otra, la moda es ser “Lean” y la locura es que tienes que tener tu Validation Board, Lean StartUp o Javelin, determinar tu Early Adopter, hacer Costumer Development, elegir si usas Lean Canvas o Canvas a secas y luego ver con qué técnica armas tu Elevator Pitch (¿suena cool cierto?)
Señores, lo anterior es cierto,100% cierto, no obstante, hay algo que no debes dejar de lado nunca en tu tortuoso camino del emprendimiento y esto es nunca perder el SENTIDO COMÚN (por cierto el menos común de los sentidos en casi todos los ámbitos de vida).
Hay gente que toma todas estas nuevas técnicas de emprendimiento casi como una religión, la aplican al pie de la letra, recitan frases de sus libros, de sus gurús, toman casos emblemáticos, los ponen de ejemplo y lo comparan con casi cualquier cosa en la vida, para esos “EmprendeLovers” va esta columna: gente, no se olviden que después de hacer todo lo que hagan con todas las palabras que los dejan como un “Emprendedor Cool” frente a sus pares, más temprano que tarde debe aparecer el “Sentido Común”, entender que no todo es tan regla como te dicen, que ciertamente puedes tomar algo de aquí, algo de allá y que lo más importante será ¡ponerse a trabajar!.
Tendrán que hacer lo que hay que hacer, hablar con un abogado, formalizar la empresa, visitar al notario, registrarla en el conservador, sacar RUT, elegir el giro (bien elegido por cierto), sacar permisos, patentes, arrendar oficina, imprimir facturas, contratar contador, armar página, armar brochure de servicios, ponerle precio a los servicios, identificar el precio de la competencia, competir en licitaciones, revisar los sitios de compras públicas, llevar el listado de clientes, anotar las reuniones, armar tu portafolio de clientes y comenzar a recibir los infinitos “NO” que te dirán tus primeros contactos antes del primer “SÍ” (si vendes servicios piensa que son 10 NO antes del primer posible SÍ)
A muchos que se enamoran de nuevas técnicas, de papeles pegados por todos lados en la oficina, de mucho Post-it de colores fluor (he llegado a pensar que cierta compañía financia estas herramientas) y que escriben (o dibujan) con lápices de colores aún más fluor; a esa gente, de cuando en cuando hay que recordarles que hay una vida real además del papel, hay que definitivamente salir a la calle, pero no a validar como el lema de Lean StartUp, sino a hacer empresa de verdad.
Salir a la calle a vender, a intentar tener contactos, estructurarlos y sentarse a armar la propuesta con valores incluidos, tendrán que tomar el teléfono, llamar, contactar y generar la tan ansiada reunión y recordemos que para aquellos que no tenemos apellido ni de vino ni de calle, será mucho más complejo hacer esta tarea.
Finalmente todos, independiente de la herramienta que uses, independiente de las palabras “Cool” que aprendiste en el último encuentro de emprendedores-come-galletas (esos que van a eventos y se quedan solo hasta el momento del café), independiente de lo bien que te suena y lo seguro que te sientes al decir que llenaste los “Dashboards” y que tienes tus estrategia y modelo de negocios armados… independiente de todo eso, si no le puedes vender a alguien, nada de lo anterior tendrá importancia en tu vida.
Si quieres de verdad un consejo Lean, ve, sale a la calle y comienza a vender, vender, vender. El mejor “Dashboard” que puedes llenar es la planilla con el listado de facturas hechas a fin de mes y los montos de cada una de ellas.
Un abrazo y nos vemos en la calle.
Humberto Salinas es fundador de EmprendoVerde y mentor Lean (obvio)