Todos lo saben: El actor famoso que hace de Emmett L. “Doc” Brown de la saga pulenta Volver al Futuro, está en nuestro Chilito querido. Vino de invitado a la Comic-Con Chilensis, evento ñoño al que asisten miles de nerds disfrazados de superhéroe a comprarse cómics, juguetitos y/o simplemente a mirar a los otros nerds disfrazados de superhéroe.
Ocasionalmente invitan a destacados personajes del mundo del cómic para que hablen del noveno arte, en este caso el actor de Hollywood que actuó en Volver al Futuro.
Y ustedes ya saben cómo es Chile. Llevaron al viejito (tiene ciento veinte años) a la Moneda a darle la mano a los políticos que nunca vieron Volver al Futuro, a la casa de Pablo Neruda a mirar los cachureos del poeta, y en la noche a un programa de televisión a compartir con destacados representantes de la cultura nacional como Eduardo Fuentes y el Junior Playboy.
Los que vieron el programa estaban indignados. ¿Cómo era posible que se farrearan la presencia de Christopher Lloyd sentándolo a conversar con el Junior Playboy? ¿Cómo no le hicieron preguntas más profundas? ¿Y por qué estuvo tan poco tiempo? Típico chileno.
O sea, con un actor así uno podía EMPEZAR hablando de Atrapado sin Salida, su primera película. Los que no la han visto se están perdiendo una buena. Jack Nicholson llega a un manicomio y todos creen que se está haciendo pasar por loco para no ir a la cárcel.
Como el compadre es más normal, de a poco empieza a desordenar al manicomio, hace rabiar a la enfermera maldita, se hace amigo del jefe indio que no habla con nadie, etc. ¿El capítulo de Los Simpsons cuando Homero conoce a “Michael Jackson”? Basado en esta película. Bueno pues un Christopher Lloyd de 37 años fue uno de los locos.
¿Cómo no preguntarle nada de eso? La película es una de las únicas tres en ganar los Oscars más importantes (película, director, actor, actriz y guión) y este señor estuvo ahí, poniendo caritas y gritando cada vez que Jack Nicholson hacía alguna “locura”. Dicen las malas lenguas que el compadre vivió semanas en un manicomio real para prepararse para su papel, y que basó todo su personaje en un paciente real.
Incluso antes de ser el Doc Brown el compadre actuó en una película de Star Trek. En Las Aventuras de Buckaroo Banzai. Y en chorromil programas de televisión. Siempre fue gritón, y usó esos ojos de huevo frito para hacer énfasis, y bueno, para qué estamos con cosas. Si él no fuera el Doc Brown esas películas no nos gustarían tanto.
Véanla de nuevo y se van a dar cuenta de que el compadre dice prácticamente TODA LA INFORMACIÓN QUE NECESITAMOS SABER, siempre a grito pelado, siempre exagerado, siempre con los ojos a punto de salírsele de las cuencas. Para nosotros es natural todo lo que hace porque crecimos viéndolo, pero la Academia debió darle a este compadre nueve Oscares seguidos, tres por cada Volver al Futuro.
Y lo más chistoso es que una de mis escenas favoritas de toda la saga es una en que el compadre está completamente en silencio. ¿Saben cuál? Cuando Lorraine sigue a McFly hasta su casa y lo invita al baile de graduación. El Doc Brown sabe que la comadre es la mamá de Marty y no quiere mater las patas, así que simplemente mira y se queda ahí junto al DeLorean, viendo qué hace Marty. Reacciona a cada cosa que pasa, muy piolamente, y asiente muy serio cuando Marty acepta ir, anulando su propia existencia. Ahora piensen en el compadre colgando de la torre del reloj segundos antes de que caiga el rayo, y eso lo que se llama TALENTO ACTORAL MAESTRO, nada más.
Por eso da tanto gusto verlo aparecer en Quién engañó a Roger Rabbit. El compadre es el único personaje que cruza los dos mundos de la película, el de los dibujos animados y el real. Porque el Juez Ruina es un dibujo animado haciéndose pasar por ser humano (spoiler), y Christopher Lloyd era el actor perfecto para eso. El compadre sabiamente escogió ser un viejo amargado y reprimido cuando la vendía de ser humano para después desatarse con los gritos y los ojos saltones cuando era desenmascarado. El señor Lloyd se lucía en una película que tenía mucho que lucir, lejos una de las más jugadas de toda la historia de Hollywood.
Y aunque con todo esto ya no tenía nada más que hacer porque ya estaba en la HISTORIA DEL CINE. Así y todo volvió a ser un dibujo animado en las dos Los Locos Addams, siguió apareciendo en programas de televisión y siguió explotando su faceta de excéntrico gritón de voz rasposa bueno para gritar. ¿Mi personaje favorito de los olvidados? El “Pedazos”, de la película Things to do in Denver when you’re dead. Ahí el Doc es un mafioso decadente que trabaja de proyeccionista en un cine porno, y que tiene ese sobrenombre porque ha perdido muchos miembros producto de la lepra. Heavy. Hasta que llega Andy García y lo contrata para un último trabajo, donde TODO SALE MAL. Véanla.
Lo que nos lleva de nuevo a la presencia de Christopher Lloyd en Chile. ¿Me gustó que en el programa Buenas Noches el Junior Playboy le preguntara si al morir quería ser embalsamado? No. Seguro yo o ustedes le habríamos preguntado mil cosas distintas. Más ñoñas, más profundas, más cahuineras, o por último más respetuosas. Pero entre ver al compadre en la televisión abierta y no verlo, prefiero mil veces haberlo visto. Y si conocen la tele chilensis SABEN que no podría haber sido de otra manera. Era esto o nada.
Y a propósito, aquí viene la parte donde yo de verdad necesito el DeLorean. Por esas cosas de la vida me invitaron a la grabación de ese programa, como público, y obviamente acepté con la esperanza de que el tatita Lloyd me firmara el Bluray de la trilogía de Volver al Futuro. Tenía mis dudas, pero fui. No sé, me daba plancha molestarlo. Es un señor de ciento veinte años que había andado todo el día patiperrando por Chile, y que debe estar chato de que lo traten como a uno de sus personajes.
Imagínense lo que es la vida cuando todos los que te ven te preguntan por la patineta voladora, o te dicen “Cuidado con los libios jajajja”, o “Presta el DeLorean para ir a matar a Hitler”. Muy en el fondo yo prefería dejarlo en paz, pero el ñoño que llevo dentro partió no más con el Bluray y con la mejor cara de “I am fans to you” a ver si lo conseguía.
Pero irónicamente, el Doc Brown se adelantó. Solo podía estar un ratito en el programa y grabó su segmento antes de lo estipulado. Cuando yo llegué él ya se había ido, y me quedé con todas las ganas de verlo y de gritarle “¡Buena, Doc!”. Copuchando ahí con los tramoyas supe que el tatita Lloyd andaba cansadísimo, que después de diez minutos se fue cascando a descansar. No habló con nadie, no se sacó fotos con nadie ni firmó nada. ¿Mala onda? Nah, se lo merece. Que haga lo que quiera. Ya se ganó el corazón de los fliméfilos del mundo y yo igual siempre lo voy a querer.
Así que los que lo vean en la Comic Con, trátenlo con respeto a ver si se lleva una mejor impresión de los ñoños chilensis. Y una última cosa. Si alguien puede, hágale la única pregunta que siempre he querido hacerle. Doc: Si tenía la máquina del tiempo… ¿Por qué siempre andaba corriendo atrasado y estresado a todas partes? Great Scott! Parece que me dieron ganas de ir a la Comic Con.