Cuando son protagonistas en las películas de Hollywood, las mamás siempre son una de dos. O son viejas locas psicópatas capaces de arruinarles la vida a los hijos (y a todo el mundo), o son mujeres guerreras aperradas que las hacen todas por proteger a sus hijos.
En serio. Dentro del primer grupo (viejas locas) están Bota a mamá del tren, Psicosis, Viernes 13, Mommy Dearest, Precious, Carrie y cualquiera de esas películas en que uno siente que en vez de regalo del día de la madre hay que comprarles una camisa de fuerza y un pasaje de ida al Peral.
En el segundo grupo están las mamás heroínas, las que la llevan y que uno quiere tener como mamá porque te van a defender de cualquiera. Como la Elastigirl de Los Increíbles, Sarah Connor de las Terminator, la mamá coreana de Mother, o la que según yo es la guerrera más aperrada de la historia del cine: Beatrix Kiddo de las Kill Bill.
Esta última comadre parte vengando a su hija que cree muerta, pero después termina recibiendo la mejor recompensa de todas: Su hija vivita y coleando, y fanática de las películas de samuráis. Y como se descubre en ese flashpack, la comadre cambió completamente en cuanto supo que estaba embarazada, el verdadero comienzo de esa saga maestra de la venganza, la sangre y los sablazos.
Pero ¿saben qué? hay una madre que es un poco de las dos. Psicópata terrorífica capaz de arruinarle la vida a cualquiera, y mamá aperrada guerrera que defiende a sus crías como nadie. Y para más remate protagoniza una película que es entera sobre la maternidad. Estoy hablando de la Reina Alien, el monstruo productor mayorista de huevos alien, baboso y gritón, que en cuanto ve amenazados a sus niños es capaz de subirse a una nave espacial sin saber dónde va, y con el único propósito de vengar a su especie.
Es cierto que la primera Alien fue una película que la rompió y que nos mostró a ese bicharraco alienígena que nunca antes habíamos visto. Pero ese monstruo era puro misterio, no sabíamos de dónde venía, ni por qué había huevos ahí en el planeta, ni entendíamos exactamente su sistema de reproducción. Fue la segunda parte (Aliens: El Regreso) la que explicó que había una reina Alien encargada de producir en masa los huevos, una señora espacial que era la mamá de todos los bicharracos y que los cuidaba y se preocupaba de buscar humanos que engendrar, todo para asegurar la especie. No me digan que ustedes no hubieran hecho lo mismo.
Es cierto que los héroes en Aliens son los soldados y sobretodo la teniente Ripley (me fascina). Son sus instintos maternales por proteger a Newt los que la hacen luchar con tanta garra (es otra mamá), pero ahora que lo pienso, si uno viera la película desde el punto de vista de los Aliens, la heroína es la reina. Y es una gran heroína.
Piensen en lo que les pasa a los aliens en esta película. Están en un planeta brígido, donde siempre hay tormentas y nunca es de día. Puros rayos, todo mal. Ellos están tranquilitos en la nave gigante abandonada, sin molestar a nadie. Su nave cayó ahí así que claramente son náufragos y lo están pasando mal. Hasta que llegan los humanos pelmazos a molestar, y los pobres se defienden.
Secuestran a uno que otro humano para poder sobrevivir, y TATE. Les mandan a los soldados con metralletas automáticas y bombas y la teniente Ripley en su grúa maestra. Después la teniente Ripley encuentra el criadero de huevos donde está la reina, ¿y qué hace la comadre en vez de irse con la cabra chica en paz? Decide exterminar a todos los aliens-no-nacidos a pura granada y lanzallamas. Y no soy experto en pediatría pero apuesto que los humanos no se tomarían muy bien que un alien fuera a una maternidad a pitiarse guaguas, sí o no.
Y es aquí donde la reina Alien se transforma en una heroína todavía más brígida que la Beatrix Kiddo. La comadre se automutila para perseguir a Ripley (se cercena toda la trompa pone huevos, aunque grita y aletea de dolor), aprende a usar un ascensor (recordemos que son una especie primitiva), y se sube a una nave sin saber dónde va con la especie que (para ellos) es la más peligrosa del universo.
Y a estas alturas la comadre lo ha perdido todo, está claramente perdiendo la cordura y lo único que le interesa es vengar el honor de todos sus hijos no nacidos. No quiero exagerar pero de verdad el Papa debería canonizar a la Reina Alien, de verdad es una de las madres más abnegadas y aperradas de toda la historia del cine.
¿Y saben qué más? La Reina Alien debería ser aplaudida por todas las embarazadas del mundo. Yo las entiendo, comadres. Están chatas, todo el día gestando, les duele la espalda, se les hinchan los pies, las hormonas las tienen al borde del llanto, cuando se suben a una micro los giles se hacen los dormidos para no dar el asiento, y la sociedad pro-no-tener-guaguas las culpa a ustedes así que “cuídense solitas”.
Bueno, adivinen quién puede vengar su honor, “embarazando” a todo el mundo contra su voluntad, incluyendo a los malditos hombres insensibles. Exacto, la Reina Alien. Ella puede mostrarle a cualquiera lo que se siente tener una criatura adentro, con ganas de salir y empujándote las entrañas, y al mismo tiempo ser un ejemplo de maternidad y cuidado de las crías.
Por eso propongo a la Reina Alien como la Santa Patrona de Todas las Madres. Este domingo consíganse Aliens y véanla con su mamá, además de regalarle los chocolates, la cremita para el cutis o el chalcito. Es una especie que tiene mucho que enseñar y como sociedad seremos mejores si seguimos los pasos de nuestros amigos aliens.
Y si no me creen, hay otra madre extraterrestre mucho más celebrada que la reina Alien. Estoy hablando de la Princesa Amígdala de Star Wars (Natalie Portman). Con sus peinados cuáticos y sus vestidos de alta costura, estamos hablando de una comadre que cuando están a punto de nacer sus mellizos, la loca va y pierde “la voluntad de vivir”. Tal cual. Tira la esponja cuando las guaguas no tienen ni un minuto de vida, y los deja viviendo con desconocidos en el universo. Díganme ustedes cuál de estas dos mamás galácticas es la ejemplar.
Larga vida a la Reina, y feliz día, mamacitas.