"Me encuentro casualmente en Valparaiso y la lección de vida que hemos tenido vale mil millones de veces más que la visita turística que íbamos a realizar. Arde la ciudad, una ciudad tan bella que a uno le duele el corazón. Pero la verdadera belleza de esta ciudad la estoy viendo ahora mismo en sus calles.
Miles de personas llevan todo lo que pueden a parroquias, centros y lugares donde están recopilando la ayuda. Cientos de camionetas suben a los cerros repletas de voluntarios. Los bomberos bajan ennegrecidos, cansados, hastiados de luchar contra un fuego que devora la ciudad.
Las casas en Valparaiso son miles de madera. Escalonadas hacia los cerros, casi una bajo la otra. Esa belleza de colores es pasto fácil de las llamas. Han muerto muchas personas en lo que llevamos de día y la noche de ayer, cientos han perdido todo lo que tenían.
Ahora mismo salimos de la ciudad, no podemos hacer nada. Cientos de camiones de bomberos nos cruzan. Literalmente todos los bomberos de la zona están de camino hacia aquí. Lo más triste es cuando me entero de que aquí en Chile los bomberos son todos voluntarios.
Llueve literalmente ceniza y empapa el alma de tristeza. El sol se oculta a veces y una columna bestial de humo se yergue sobre la ciudad. Me tiemblan las manos y una angustia extraña me sobrecoge.
La solidaridad de la gente es maravillosa, realmente impresionante. Muchísima gente joven portando mantas, ropa, agua y todo lo que puedan necesitas todos esos que han perdido todo. El ejército y la policía tratan de controlar a tanta gente y lamentablemente a los que aprovechan el caos para robar y saquear lo poco que les queda a otros.
Esto es un estado de guerra total. De una guerra contra el fuego, contra el caos, contra la tristeza y la desesperanza. Pero me impacta saber que esta gente reacciona de esta forma tan hermosa. Uno se siente a la vez menos y más humano.
Son las cuatro de la tarde de este triste trece de abril. Regresaré a Valparaiso y lo veré con otro ánimo, pero con la misma mirada de amor. Me llevo más de lo que traje. Es lo que tiene viajar, agranda el corazón y te hace conocerte siempre mejor, mirándote en los ojos de todos los que te cruzas por el camino".
Posteo de Fran Russo, fotógrafo español, 13 de abril.
Foto: Fran Russo