Algunos lo hacen de manera natural y otros por necesidad, pero al final todos los que buscan innovar y emprender siempre están atentos a lo que sucede en su alrededor. Es parte de la tarea y de la vocación. Observar. Oír. Estudiar. Buscar ideas. Aplicarlas. Mejorarlas. Un ciclo importante de desarrollo que casi nunca parte desde cero, sino más bien, siempre nace desde una idea o una urgencia. Pero existen algunos avezados que son capaces de buscar y encontrar respuestas para el emprendimiento un poco más allá, donde otros ni siquiera se atreven a pensar en una oportunidad.
Es el caso de Britec, una compañía chilena dedicada al desarrollo de colectores solares creada hace algunos años, la cual decidió dar el giro hacia la comunidad de Empresas B, involucrando a reos del recinto penitenciario Colina 1 en el proceso productivo de sus paneles. Algo así como encontrar una oportunidad donde otros ni se interesan en mirar y de paso hacer un aporte real al desarrollo de un universo paralelo y postergado; el de los presidarios de nuestro país.
¿Y funciona? Ha sido una idea brillante que ha resultado exitosa y rentable para Britec y los propios trabajadores, entregando una experiencia que sirve para cambiar la realidad de muchas personas. Probablemente una de las principales razones de esto se deba a que está comprobado que gran parte de la población penitenciaria valora y mejora exponencialmente en su reinserción socio-laboral cuando participan de este tipo de iniciativas (según estudios del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile).
Pero también, por el diferenciado sentido del "logro" que hoy guía a Britec. En palabras de Javier Ferrada, gerente comercial de la compañía, esto se logra “porque estamos convencidos que existe una dimensión diferente de lo que significa la palabra éxito".
Son estas decisiones y oportunidades las que muchas veces marcan y mueven el escenario de las empresas en Chile y también en el mundo, porque funcionan como ejemplos que abren nuevas puertas, generan preguntas y extienden así el significado de aportar sin necesariamente tener que hacerlo a través de un departamento de RSE o un generoso cheque. La misma idea se convierte en una demostración orgánica y sincera del verdadero desarrollo productivo y social de los privados. Nada de mal, ¿no?
Muchas veces son esas puertas las que hay que abrir para atreverse a buscar algo más allá, algo importante e innovador que al final sirva para la organización y también para otros. Nadie lo va a hacer por uno. Y si esperamos a que otros prueben y luego nosotros seamos los followers, probablemente nunca descubramos un nuevo camino para los demás. La invitación es a atreverse a buscar agua donde parece imposible, porque al final lo bueno y necesario fluye donde menos se piensa. Y esa es una de las mayores gracias de este mundo.