*Esta nota fue originalmente publicada en 2013.
Hacer preguntas es un ejercicio innato. Obligado, incluso, como parte del desarrollo humano. Desde cierta edad, los niños viven diciendo “¿por qué?” a cada segundo, sin cansancio. Cuánta razón tienen: conocer el detalle de todo lo que nos rodea es una necesidad vital. ¡Sin curiosidad no aprenderíamos casi nada! y las explicaciones que entonces inventamos son el germen de la creatividad pura. Sin embargo, esa gran capacidad inquisitiva que de niños nos abre todas las puertas (y nos genera más de un reto, por porfiados), la vamos perdiendo a medida que crecemos. Salvo contados profesionales (sobre todo científicos), mientras más adultos, menos curiosos, pero no tanto por un declive natural de la capacidad, sino más bien por condicionantes culturales. La sociedad determina: un niño que pregunta es un niño inteligente, activo; un adulto que pregunta es ignorante, mal visto. Y así es como callamos, no preguntamos, aunque queramos hacerlo.
El vaso medio lleno es que la misma sociedad se encarga de generar algunas soluciones, creando espacios para que los más grandes puedan preguntar lo que quieran sin temor a que los apunten con el dedo. Uno de ellos está en la revista FOCUS, propiedad de la BBC, la cual deja que sus lectores hagan todo tipo de preguntas, de las más simples a las más descabelladas, eligiendo las mejores para responderlas públicamente una vez a la semana desde la ciencia dura y seria.
Las leo desde hace bastante tiempo y siempre aprendo algo nuevo. Hay algunas bien sensatas, como “¿Por qué las mujeres viven más que los hombres?” o “¿Qué determina el tamaño de un planeta?”, pero hay otras que derechamente me han hecho reír o agradecerle silenciosamente al usuario que preguntó, ya que su duda refleja algo que todos hemos pensado alguna vez, pero por desidia o vergüenza nunca hemos verbalizado. Es casi como una liberación. Agradezco también a los editores por responderlas con tanta formalidad, como si se tratara de una instancia realmente académica que desbanca o reafirma creencias populares.
Seleccioné algunas desde su sitio web para compartirlas con ustedes. Dígame si no le dan ganas de empezar a preguntar.
¿Es cierto que las zanahorias ayudan a ver en la oscuridad? Sí y no. Las zanahorias contienen vitamina A, también conocida como Retinol o ácido retinoico, y eso es lo que el cuerpo requiere para sintetizar rodopsina, el pigmento de los ojos que opera en condiciones de baja luminosidad. La deficiencia de vitamina A provoca Nictalopía (ceguera nocturna), por lo que comer zanahorias corregiría eso, pero no permitiría ver en la oscuridad completa.
¿Qué huso horario tiene la Estación Espacial Internacional (EEI)? Su horario es equivalente a GMT. Los tripulantes de la EEI experimentan un atardecer o un amanecer cada 45 minutos y los nuevos miembros llegan aclimatados al horario de Kazajistán, al haber despegado desde el Cosmódromo de Baikonur. Con tantas posibilidades de confusión cronológica, la EEI necesitaba asegurarse un horario fijo, por lo que la zona elegida es el Tiempo Universal Coordinado (UTC, por sus siglas en inglés), que es equivalente al Tiempo Medio de Greenwich, más conocido como GMT, por sus siglas en inglés.
¿Por qué el helado es más frío después de comer una mentita? Las mentas contienen el químico mentol, que se vincula a los canales TRP (Receptores de Potencial Transitorio) de la piel que perciben el frío. La temperatura no cambia, sino que el mentol hace que se envíe una señal falsa al cerebro. Si se le añade helado, que de por sí es frío, se aumenta el número de receptores que envían la señal.
¿Cuál es la mejor manera de desempañar un espejo? Un espejo se empaña porque el agua de la ducha calienta el aire que rodea al vidrio más rápido de lo que el vidrio en sí sube su temperatura. Cuando el vapor llega al vidrio, se enfría y se condensa, pero la tensión de la superficie del agua hace que se formen gotas diminutas que crean miles de lentes, los cuales refractan la luz y lo que se ve es un borrón gris homogéneo. No limpie el espejo; si le echa aire caliente con un secador de pelo, el agua se evaporará y el vidrio se calentará evitando que se forme más condensación.
¿Puede un cuerpo descomponerse en la Luna? No completamente. Si un astronauta muriera en la luna con su traje puesto, las bacterias de su intestino empezarían a multiplicarse y el cuerpo se hincharía por el gas, en su mayoría dióxido de carbono, metano y sulfuro de hidrógeno. Pero no duraría mucho. Si la muerte ocurriese durante la noche, las bacterias morirían cuando el cuerpo se congelara, ya que las temperatura puede llegar a los -150ºC. Al amanecer empezaría a calentarse de nuevo y durante el día se cocinaría a 120ºC. Finalmente el traje empezaría a abrirse y de él saldría vapor de agua. Luego el cadáver se desecaría en el vacío hasta parecer un trozo de carne seca. A lo largo de los años, la radiación transformaría las proteínas del cuerpo en cortas cadenas de aminoácidos, lo mismo con la grasa. Después de milenios quedaría una cáscara con forma humanoide.
“No hay preguntas tontas”. La frase es clásica en algunos profesores, generalmente con el objetivo de incitar a sus alumnos a que levanten la mano. ¿Pero quién incita a los adultos? Preguntar es un hábito saludable que vamos perdiendo y que revistas como FOCUS quieren recuperar. Hay preguntas divertidas, preguntas ingenuas que desatan burlas, preguntas disparatadas que a veces no tienen respuesta clara, pero preguntas tontas, no, no hay. Es más tonto el que no pregunta, cierra un proverbio chino.