guia para padres, niños, aburrimiento, vacaciones, creatividad, consejos
Imagen: Felipe Lira

Niños de vacaciones y... ¿aburridos? 8 consejos para impulsar su creatividad

El verano es momento de nutrir las mentes de nuestros hijos con experiencias análogas. Apaguemos pantallas y la sobreestimulación de la ciudad, permitiendo que incluso se aburran, y que el fruto de esos momentos sea creatividad pura.

Por Maria Paz Badilla Budinich | 2019-01-30 | 11:30
Tags | guia para padres, niños, aburrimiento, vacaciones, creatividad, consejos
Ese tiempo de divagación en que nuestros hijos comienzan a sentir que no tienen nada que hacer, es el tránsito hacia algo nuevo. Es el camino hacia la exploración. Es la vía hacia la creatividad y la auto conexión.
Relacionadas

Cuando Mazapán cantaba “niños aburridos no puede ser…” estaba en lo cierto, pero ni se imaginaban lo actual que sería su canción en el 2019.

¿Cuántos juegos no habríamos jugado si no fuera por haber estado aburridos? ¿Cuántas ideas no se nos hubieran ocurrido? ¿Cuántas películas o libros quizás nunca hubiésemos conocido? Y por último, ¡cuántas conversaciones no habríamos tenido si el aburrimiento no se hubiese apoderado nunca de nosotros!

Explicarle esto a un niño, puede llegar a ser una de las tareas más titánicas de la crianza, ya que si hay algo que hay que entrenar, sobretodo en esta era digital, es tolerar momentos sin una mega estimulación.

¿Cómo son los juguetes de tu hijo?

Partamos con un ejercicio. Te invito a que te fijes y traigas a tu memoria los juguetes de tu hijo o hija y detente a observarlos…. ¿Cómo son? ¿Qué hacen? ¿Qué posibilidad de imaginar y crear les da?

Si miramos la parte positiva, claramente los juguetes de nuestros hijos son muchísimo más evolucionados de lo que fueron nuestros juguetes. Tienen luces, sonidos, son inalámbricos, 3D, ¡y quizás cuanta cosa más!

Ahora viene lo no tan bueno. Y es que los juguetes que hoy usan nuestros hijos, sumados al uso excesivo de pantallas, tablets y celulares, más que estimular su aprendizaje, muchas veces activa sistemas de pilotaje automático en su cerebro, que más que estimularlos a descubrir algo nuevo y a hacer conexiones, muchas veces el desafío viene listo.

Más allá de irnos en contra de la industria de los juguetes (de hecho mi hija me odiaría si lo hiciera), es importante pensar que la dificultad para aburrirse no es de esta generación de niños en particular, sino que las familias no damos la posibilidad de entrenar la paciencia, la tolerancia a la frustración y la capacidad de esperar la gratificación respecto de algo que ellos hacen. Tendemos también muchas veces a estar hiperreactivos dándoles todo y de todo en todo momento.

De la inmediatez al ocio

En el mundo de la inmediatez, el aburrimiento parece ser uno de nuestros peores enemigos. Muchos padres se quejan de que sus hijos se aburren, que no saben entretenerse solos, que no toleran estar sin hacer nada, y en estos tiempos el celular acaba supliendo mucha de esa entretención.

El vivir en modo de inmediatez nos ha llevado a creer que tenemos que estar haciendo muchas cosas todo el rato para poder tener logros en la vida. Frases como, ¡estoy tan ocupado!, ¡no me alcanza el tiempo para nada!, ¡si tuviera tiempo me dedicaría más a mis hijos!, son como el slogan de muchos de los padres de hoy (me sumo en algunas de ellas, la paradoja de ser psicóloga, estar escribiendo sobre esto y vivir una vida muy agitada también).

Hay estudios (vean esta charla TED) que hablan que los adultos cuando estamos trabajando o haciendo algo, estamos cambiando de actividad cada 45 segundos, revisamos nuestros correos 74 veces al día, ¡¡y cambiamos actividades en la computadora 544 veces al día!! Lo paradójico es que mientras más estresados estamos, más tendemos a dispersar nuestra atención.

Los espacios de no hacer nada son cada vez menos, somos una generación de padres y niños que estamos haciendo varias cosas a la vez. Imaginen un computador prendido y en vez de tener una ventana o programa abierto, tiene cinco. Entonces picoteamos por todos lados sin sacar provecho finalmente de nada en su totalidad.

Este modo de hiper-actividad que muchos adultos llevan sin conciencia, también contamina el espacio familiar, podríamos hablar de un “activismo familiar” que implica estar haciendo una y otra cosa sin tener tiempos para parar. Nuestros hijos aprenden de nuestros ritmos, aprenden de nuestro modo de vivir, por lo que su sensación de estar aburridos cuando no tienen nada que hacer, responde a que les hemos enseñado que la vida debe ser útil y se guía por un sinfín de ocupaciones.

Aceptar el aburrimiento

En el libro El arte y la ciencia de no hacer nada, de J. Smart, se muestran varias excusas para invertir en nuestros espacios de ocio y aburrimiento. Resulta que nuestros cerebros no pueden funcionar a tiempo completo encendidos, sino que necesitan reiniciarse. Necesitamos de “reseteos mentales” para tener éxito en lo que hacemos, y estos van muy de la mano del ocio y del aburrimiento que podríamos llamar “tiempo de divagación” o “tiempos de conexión interna”.

Ese tiempo de divagación en que nuestros hijos comienzan a sentir que no tienen nada que hacer, es el tránsito hacia algo nuevo. Es el camino hacia la exploración. Es la vía hacia la creatividad y la auto conexión, pues necesitan “aburrirse” para hacerse preguntas sobre lo que quieren, lo que les gusta, lo que son. ¿Cuál es el problema?

Que les va a costar tolerarlo y a nosotros los padres nos va a costar también tolerarlos a ellos en su “ser aburrido”. Por lo que antes de trabajar con el aburrimiento de nuestros hijos, tenemos que preguntarnos: ¿Qué nos pasa a nosotros cuando ellos se aburren? ¿Qué cosas nos han dado resultado antes y cuáles no?

Claramente no queremos que el aburrimiento nos arruine el día, pero esto no quiere decir que les vamos a ahorrar el camino yéndonos por la vía fácil (muchas veces poner on y prender pantallas), sino por el contrario, tenemos que acompañar y por sobretodo estar bien equipados. Tolerar el aburrimiento no es solo tarea de los hijos, sino también tarea de nosotros como padres.

Ideas para poner en práctica

Estamos en período de vacaciones y claramente el contexto de salir a lugares nuevos, estar en la naturaleza, compartir en familia, tener tiempo para disfrutar, hay que usarlo al máximo.

Las vacaciones son un período perfecto para alimentar y nutrir los cerebros de nuestros hijos de experiencias análogas, en donde la supremacía de lo digital duerma para dar espacio a otro tipo de experiencias. ¡Aquí algunas ideas para poner en práctica!

1. Para darle espacio al aburrimiento y la creatividad, hay que dejar fuera la rigidez y tanto no innecesario. Abre posibilidades más que cerrarlas. Deja que se embarren, que se mojen, que usen algunas cosas para cocinar, etc.

2. Entrega la posibilidad de un entorno variado. Es importante que haya alternativas, no tantas, para no irnos hacia el otro lado de la sobreestimulación, pero sí actividades diferentes.

3. Suma a tus hijos a tus propias actividades: cocinen, hagan la cama juntos, salgan a correr, muéstrales la música que te gusta, bailen…

4. Cuéntales a tus hijos como resolvías tú el tema del aburrimiento cuando eras niño o niña. Qué hacías para salir de ahí y encontrar algo diferente que hacer. No vayas a decirles, “a mí cuando chico me decían los tontos se aburren así que anda a hacer algo”. Esa es una frase que más que sacarlo del aburrimiento, los va a enojar y frustrar.

5. Ten una caja con materiales reciclados u otros. Puedes llamarle la caja del aburrimiento, para que ellos sepan que ahí hay cosas que pueden encontrar en esos momentos.

6. Enséñales a meditar y a usar su tiempo en estar tranquilos: a escuchar música, a respirar, a observar. ¡No subestimes la capacidad de los niños!

7. Vean fotos antiguas. Para los niños el pasado es fuente de curiosidad. Les aseguro que de esas fotos surgirán bellas conversaciones.

8. Pero, sobre todo, trata de bajar lo más posible el uso de pantallas. Nunca le pases a un niño un celular solo por el hecho de ir de viaje. Te aseguro que su cerebro sumará un mayor número de conexiones neuronales si va mirando por la ventana. No te apresures en tener la tablet siempre tan a la mano. ¡Deja que se aburra!

Para terminar y no quitarles tiempo, sino más bien sumar tiempo de ocio, les dejo estas palabras de Nancy Blakey, educadora de padres y autora de varios libros, para reflexionar:

“Si una cosa no puede ser imaginada primero no podrá existir. La vida está unida a lo que podemos imaginar. No puedo sembrar la imaginación en mis hijos. Puedo, sin embargo, proveerles de un entorno donde su creatividad no signifique otro desastre que limpiar sino la evidencia de una exitosa lucha contra el aburrimiento. Si nos quedamos sentados quietos el tiempo suficiente, podremos oír la llamada escondida detrás del aburrimiento. Con práctica, podremos tener la imaginación suficiente para salir del vacío y contestar”.

¿Aceptas el aburrimiento de tus hijos? ¿Cómo lo enfrentas?

¿CÓMO TE DEJÓ ESTE ARTÍCULO?
Feliz
Sorprendido
Meh...
Mal
Molesto
Comentarios
* Debes estar inscrito y loggeado para participar.
© 2013 El Definido: Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento de nuestro representante legal.