¿Sabías que el mundo se empezó a interesar por el litio en medio de la Guerra Fría? Claro que en ese entonces no lo pensaban para fabricar baterías, sino que el fin era menos noble: utilizar sus propiedades para la fusión nuclear (en el ámbito de la energía nuclear).
Fue por eso que Estados Unidos le entregó la categoría de “material estratégico”, algo que copió Chile en 1983 durante la dictadura. Eso sí, el recurso nunca cumplió las expectativas para transformarse en un elemento clave el desarrollo de este tipo de energía, pero su estado de “estratégico” no varió con el tiempo. ¿Qué implica eso?
En pocas palabras, que no es considerado como un material cualquiera. Por ejemplo, el marco legal en torno a su producción plantea que sólo puede ser explotado a través de empresas del Estado y sin la necesidad de una legislación especial. ¿Cómo es que entonces la producción del litio quedó en su mayoría en manos de la empresa privada Soquimich (SQM)?
Esto se debió a una serie de Contratos Especiales de Operación del Litio que se terminaron de firmar en 1995, que determinaron que la empresa podría arrendar el terreno de la zona de explotación y ganarse el permiso para trabajar el recurso.
Eso mismo tuvo con un gran dolor de cabeza a la Corporación de Fomento (Corfo) y al mismo SQM, quienes estuvieron durante los últimos cuatro años en medio de un arbitraje con la Cámara de Comercio para llegar a un acuerdo…. ¡cuatro años!
Las rencillas se originaron por las diferencias que Corfo y SQM tenían respecto a los contratos de arriendo y los proyectos ligados a la explotación del litio. Claro, las cosas han cambiado durante los últimos 23 años y el litio ahora está full de moda.
Además, el origen de los enfrentamientos se debe a que Corfo quería que se realizaran cambios en las condiciones de operación de la minera no metálica. Entre ellos:
Ahora entenderán por qué las conversaciones se extendieron durante cuatro años, algo que es muy importante en medio del boom de este recurso y la pérdida de participación de Chile en el mercado mundial del litio (que se viene arrastrando desde por lo menos 2012).
¿La buena noticia? ¡Habemus acuerdum!
Las claves del acuerdo
A mediados de enero de este año SQM y Corfo llegaron a un acuerdo de conciliación, que entre otras cosas logró:
¿Todos contentos?
Nadie es monedita de oro y los acuerdos no están excentos de esto. Sin ir más lejos, el ex candidato presidencial Alejandro Guillier salió de la oscuridad post-elecciones y volvió a la palestra al criticar enérgicamente lo que acordaron las entidades.
“No lo encuentro razonable, aceptable, que eso no haya sido objeto de un debate transparente, de cara al país, en el Congreso, donde están representadas todas las fuerzas políticas”, aseguró en una entrevista para Radio Madero FM
¿La razón? El acuerdo garantiza a SQM los derechos para seguir explotando el Salar de Atacama hasta 2030. Aunque eso ya lo tenía, ya que era parte del contrato, pero se podría decir que SQM estaba en aprietos, porque se estimaba que para 2023 habría agotado sus cuotas de producción, forzando una renovación de contrato cuya aprobación no estaba garantizada.
Así, la minera no metálica podría llegar a tener una cuota de producción de hasta 2,2 millones de toledas de litio equivalente, algo que les molesta a quienes consideran que esta industria debería estar en manos del Estado por su valor estratégico.
Eso sí, estos aumentos en la cuota de producción están sometidos a uno que otro requerimiento. Por ejemplo, SQM tendrá que construir una nueva planta de 50 mil toneladas de litio, la que debería estar operativa para 2025 y que tendrá que ser entregada al Estado junto con todos los activos (infraestructuras, maquinarias, etc.) de la empresa cuando se termine el contrato en 2030.
Este último punto es una de las principales novedades del acuerdo.
Se podría decir que este acuerdo significa una “actualización” de la política del litio en Chile. Después de todo, implica que los términos contractuales con una de las dos empresas que trabajan este recurso se renovaron después de más de 20 años (como mencionamos, ahora también está Albermale, quien compró Rockwood, organización que explota litio en Chile desde el '80).
Y si las cosas andan bien con SQM, la industria chilena del litio también lo hará. Es por eso que poco después de celebrar el acuerdo, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitrán, viajó a California para hablar con el mismísimo Elon Musk, CEO de Tesla, la principal compañía productora de autos eléctricos del mundo.
Por supuesto que eso no pasó inadvertido. El Financial Times abordó el tema y mencionó que Musk estaría dispuesto a construir una planta procesadora en Chile para producir litio de alta calidad, según lo que les dijo Bitrán.
Como sea, esta especie de nuevo marco legal ha llegado para cambiar el estado de la industria del litio en el país, pero aún queda tiempo para saber cuáles serán sus resultados.