Las estadísticas sociales, como las del censo, entregan un panorama general de las realidades de los barrios del país y del mundo; y sirven para llevar a cabo políticas públicas en pos del desarrollo de las comunidades. Pero para comprenderlos de verdad, saber cómo funcionan, cuáles son sus principales problemas, sueños y cualidades; es necesario entrometerse en el corazón mismo de los barrios más vulnerables y trabajar codo a codo con sus actores principales: los propios vecinos.
Esto es lo que está haciendo la organización chilena Fútbol Más desde el año 2008, usando el fútbol como herramienta para desarrollar habilidades en niños, niñas y adolescentes, que luego pueden aplicar en todos los ámbitos de su vida.
La felicidad y la resiliencia, el trabajo en equipo, el compañerismo, el rescate de los espacios públicos, la vida sana, la vida en comunidad, la responsabilidad, el respeto y la sana competencia; son sólo algunos de los valores que están desarrollando con más de 5.500 niños en siete regiones de Chile y en 80 barrios de Haití, Kenia, Paraguay, México, Ecuador y Perú.
"Más que una escuela de fútbol o buscar grandes jugadores, lo que hacemos es ocupar el deporte para trabajar con niños de 6 a 15 años y con sus comunidades en las mismas canchas que recuperamos de los barrios, para generar desarrollo social", cuenta a El Definido, Raimundo Barros, ejecutivo Zona Centro de Fútbol Más.
Lo que hace Fútbol Más es recuperar espacios públicos de los barrios que se están utilizando para propósitos negativos (delincuencia, peleas o drogas), y los convierte en canchas de fútbol y en espacios de reunión y encuentro para los vecinos.
"Logramos generar un espacio de pertenencia para los vecinos, del que se sienten orgullosos y participan activamente, y donde a través del fútbol pueden desarrollar habilidades para la vida, compartir de forma sana, conocerse y dejar de lado las riñas entre vecinos", nos explica Raimundo.
¿Quiénes pueden integrar las escuelas deportivas de Fútbol Más? Todos los niños, ya que es un espacio inclusivo y gratuito y cuentan con distintas ligas para niñas, niños, mixtas, e incluso para menores con problemas cognitivos.
Se trabaja durante todo el año, cuatro veces a la semana, con profesionales del área social (psicólogos y sociólogos) y con profesionales del área de educación física; para cubrir ambas áreas y lograr así un desarrollo socio deportivo en cada una de las cuatro categorías, que son divididas por edad y fases de desarrollo.
Además, una vez al mes se desarrollan encuentros deportivos amistosos con otros barrios, donde los niños pueden compartir con otros niños, y donde la comunidad puede participar generando ventas, shows, bingos, almuerzos y distintas actividades sociales alrededor del fútbol.
Y lo más interesante es que los niños que son seleccionados para participar de los campeonatos y representar a sus categorías y a sus barrios, son aquellos que han sido premiados por buen comportamiento a través de las Tarjetas Verdes: la herramienta pedagógica estrella de Fútbol Más que destaca el compromiso, la puntualidad, la buena conducta, un buen acto, un buen gol, un cántico de la barra, un buen pase o una acción de compañerismo dentro de la cancha.
En enero de este año (2017), gracias a la alianza de Fútbol Más con Coca-Cola Andina, se empezó a trabajar en un programa piloto con más de 65 niños de la comuna de Renca, una de las más vulnerables de la Región Metropolitana, y también junto a sus padres y apoderados.
El piloto fue un éxito y terminó con un campeonato amistoso con la comuna de Recoleta, y luego Coca-Cola Andina decidió permanecer con el programa oficial para continuar desarrollando las habilidades futbolísticas en los vecinos y comunidades en el barrio Santa Emilia, el que contiene numerosos factores de riesgo como bandas organizadas, delincuencia y drogas.
¿Cómo han logrado superar estas adversidades? Trabajando con una malla de resiliencia, donde se les enseñan distintos valores a los niños, como la confianza, la autoestima, la resolución pacífica de conflictos, la autonomía, entre otros.
"Ha resultado muy bien. Los niños y la comunidad se están adaptando bien al proyecto. Están participando mucho y con el apoyo y la ayuda de Andina, de a poco la comunidad se ha ido tomando la cancha de Santa Emilia, transformándola hoy en un espacio seguro, de encuentro, de respeto y de amistad", nos cuenta Raimundo.
También destaca la labor y el compromiso que ha adquirido la Junta de Vecinos del barrio, la que se caracteriza por tener miembros muy jóvenes y motivados, con muchas ideas nuevas que han trabajado en conjunto con los profesionales de la organización para sacar el mayor provecho al espacio y a la instancia.
"Hoy los niños se respetan y han aprendido a relacionarse de buena forma, a escuchar a sus compañeros, a darle un espacio a todos, a que no es relevante el que es mejor para la pelota, sino el que es mejor compañero, el que apoya a los demás", señala Raimundo.
El trabajo en Renca está cumpliendo su primera etapa de implementación y los resultados son notorios. Los niños y sus padres han encontrado un espacio de paz, de entretención y de encuentro en el que pueden dejar atrás las rivalidades, entendiendo que el respeto es la clave para las buenas relaciones de la comunidad.