Hoy a las 19:00 hrs. La Roja saldrá a la cancha del Estadio Monumental para enfrentar a su símil de Venezuela en el marco de las clasificatorias a la Copa del Mundo de Rusia 2018. Van quedando pocas fechas y necesitamos de buenos resultados para no quedarnos abajo del mundial. ¿La buena noticia? Chile todavía depende de sí mismo, y no de los demás equipos, para clasificar.
Como ya es habitual en estas jornadas, la playlist radial y televisiva se llena de los clásicos himnos que han acompañado nuestras esperanzas futboleras. Suenan en todas partes El rock del mundial de Los Ramblers, El crack de Los Miserables, y el archiconocido Chileno de corazón de Mala Junta.
Este último debe ser uno de los hits más transversales de nuestra historia musical reciente. Aparte de que suena en cuanta celebración existe, sea futbolera o no, fue el himno de dos hitos deportivos clave en nuestra historia: el Mundial de Fútbol de Francia ’98 y el ascenso de Marcelo Ríos al primer puesto del Ranking Mundial ATP.
Mala Juntaes la banda que compuso no solo Chileno de corazón, sino también Con la cara pintada, los dos hits que musicalizaron aquella época que, dicho sea de paso, no estuvo exenta de complejidades.
No olvidemos que, tras el vergonzoso episodio protagonizado por la Selección Chilena –el Maracanazo– en las eliminatorias para Italia 1990, Chile pasó ocho años sin saber de mundiales de fútbol. Por esto, el de Francia ’98 era todo un hito: era el regreso de nuestra selección al cuadro internacional, y las expectativas eran altas.
Jorge Ulloa y Patricio Urrutia se hicieron amigos en la etapa escolar. Ambos estudiaban en el Liceo A-28 de Temuco (actual Liceo Pablo Neruda) y pasaron por varios nombres antes de bautizarse con el nombre definitivo Mala Junta. Tras radicarse en Santiago, tocando covers en pubs, la banda adoptó la estética carnavalesca y futbolizada que estaba pegando en Argentina, dejándose influenciar por la sonoridad típica de las murgas que bandas como Los Auténticos Decadentes y Los Fabulosos Cadillacs habían desarrollado en los ‘90. Era la única forma de que los dueños de locales les permitieran tocar temas propios.
Solo hacía falta un contenido, y ese lo obtuvieron de la misma animosidad deportiva que comenzaba a cultivarse en aquel tiempo.
Grabaron Chileno de corazón y lograron que el tema fuera incluido, junto a Con la cara pintada, en un compilado mundialero de Warner Music. El álbum, que terminó siendo llamado Chileno de corazón, contó con la participación de otros exponentes nacionales del rock y la pachanga.
La canción Chileno de corazón comenzó a pasar por manos de productores televisivos, hasta que la producción del programa Venga Conmigo de Canal 13 la tomó y la utilizó durante sus transmisiones especiales con motivo del retorno de Miami del (entonces) nuevo número 1 del mundo, Marcelo Ríos.
“La gente siempre vincula al tema a la dupla Sa-Za y todo eso, pero en principio el tema empezó a sonar harto con el ascenso del Chino Ríos. Ahí fue el reventón generalizado en los medios de comunicación”, relata Urrutia.
El éxito del single llevó a Mala Junta a recorrer el país tocando, pero la falta de un disco con más canciones hacía difícil poder continuar sin que el éxito se desinflara. La falta de experiencia los llevó a firmar un contrato poco conveniente con Warner Music, y para cuando el disco estuvo listo, ya había pasado más de un año desde el gran impacto inicial. Para colmo de males, el compilado mundialero, que llevaba el nombre de su canción y que en 1998 fue doble disco de platino, reportó pocas (sino nulas) ganancias a la banda.
Pese a todo, la banda siguió tocando. Pero las tensiones pronto comenzaron a acumularse y una serie de conflictos y diferencias hicieron que la banda se separara en 2004.
En 2008, apenas meses después de que la banda española Mägo de Oz reconociera su plagio a Fernando Ubiergo en su canción Para ella, los medios nacionales comenzaron a hacer eco de una nueva denuncia que, otra vez, involucraba a chilenos y españoles. En esta ocasión, el grupo español Ni Pico Ni Corto “compuso” un himno para la localidad de Santa Cruz de Tenerife y lo vendió por 25 mil euros (unos 18 millones de pesos) para ser en 2009 la canción oficial del carnaval local, que es uno de los más importantes de Europa. El título: Chicharrero de corazón.
El plagio es evidente.
Los españoles se defendieron argumentando que la práctica de adaptar canciones populares y cambiarles la letra es habitual en los carnavales y murgas, y que no es algo que se haga con una mala intención. Pero no se pronunciaron con respecto a la venta de una canción plagiada.
En 2014 se dio un segundo caso de plagio, esta vez de parte del grupo nicaragüense Xolo Batucada, que rebautizó el tema como Pinolero de corazón. Ya antes habían usado el tema para alentar a sus selecciones de béisbol y de fútbol desde 2009 sin problemas, hasta que decidieron grabarlo en estudio con motivo de la clasificación de la Selección de Nicaragua a la Copa de Oro de la Concacaf. Entonces fue que la alerta de plagio se activó.
“En el minuto en que se armó todo esto no teníamos mucha comunicación con el sello, porque los sellos en ese tiempo estaban un poco en retirada. Nosotros nos comunicamos con nuestra editorial, Warner Music, y ellos no tomaron partido en el asunto. Según el criterio de ellos, no había plagio. Entonces se hacía súper complejo, porque sin una plataforma no contábamos con los recursos para poder hacer una defensa. No tuvimos ni las lucas para hacerlo, ni el apoyo de la editorial. A día de hoy, esa sigue siendo una herida abierta para nosotros.”
La relevancia de Chileno de corazón, dice Urrutia, “no es una relevancia musical, sino social. El éxito se escapó de la imagen; creemos nosotros que el tema le pertenece más a la gente que a nosotros”.
Que una canción hablara de que Chile va a ser campeón, en un tiempo en el que Chile solo conocía de triunfos morales, resultaba, cuando menos, novedoso. Los ’90 fueron una década en la que Chile comenzó a saborear sus primeros éxitos deportivos, y una canción como esta fue clave en el cambio de mentalidad que años después culminaría con una de las generaciones más exitosas de nuestra historia.
“Obviamente no fuimos solo nosotros, fue todo un episodio histórico: Bonvallet por un lado, el Chino Ríos por otro, Bam Bam, Marcelo… Y nosotros fuimos la banda sonora de eso. Es increíble cómo una pequeña frase, que Chile va a ser campeón, puede cambiar la forma de pensar de la gente.
La mayoría de mi familia es argentina, y para mí era todo un tema pasar la frontera para allá y que todos hablaran en grande: hola primazo, ¿cómo anda monstruazo? Todo era como en grande, ¡su lenguaje era distinto! Y luego venías a Chile y todo era chiquitito: ¿se va a tomar un cafecito? ¿Le echa mantequillita?
Yo soy amigo personal de la hermana de Marcelo (Salas). Cuando estábamos en el colegio, mientras nosotros estábamos estudiando o haciendo cualquier cosa, yo veía a Marcelo jugando a la pelota afuera en la lluvia. Entonces, años después, ver a este chileno en Argentina, haciendo lo que estaba haciendo, y que la barra le cantara a él, a mí en lo personal me llamó mucho la atención. Era un chileno de corazón. Yo creo que eso fue el motor por el que escribí la canción. Había un tema de actitud: a la hora de los quiubos la pachorra era otra.”
A día de hoy, Jorge Ulloa y Patricio Urrutia, los dos integrantes fundadores y únicos miembros estables de la banda, siguen siendo amigos y se han reunido de forma esporádica para revivir el éxito de Chileno de corazón y Con la cara pintada. Jorge sigue dedicado activamente a la música, como cantante del Grupo Amadeus, mientras que Patricio está hoy metido de lleno en la producción audiovisual.