¿Te ha pasado que para arreglar las cosas, intentaste hacer algo que al final terminó haciéndote la vida más complicada? Bueno, no eres el único. También le pasó a los partidos políticos del país.
Esta es la historia de cómo una ley que tenía las mejores de las intenciones, ahora tiene a un grupo de colectividades políticas con el corazón pendiendo de un hilo. ¿Por qué? Bueno, porque queda un mes para que se decida si pueden seguir constituyéndose como tal o si deben desintegrarse. Chan chan.
Así que a continuación, en El Definido te explicaremos de qué se trata todo este embrollo, cómo se originó, quiénes son los afectados y qué partidos podrían terminar desapareciendo de la faz de la tierra.
Todos nos acordamos de la explosión de escándalos de corrupción a comienzos del 2015. Que los Penta, los Caval, los SQM, etc. Afortunadamente, algo muy bueno salió de todo esto, porque desencadenó una ola de interés por la probidad, la honestidad y las buenas costumbres a nivel político, algo que se vio reflejado en la “Comisión Engel”: un consejo asesor anticorrupción que, liderado por Eduardo Engel (no confundir con Pedrito Engel, maestro del horóscopo), trazó ciertas líneas para “transformar” la política y hacerla más a-prueba-de-corrupción.
Al final, la discusión sobre este tema se plasmó en la Ley para el Fortalecimiento y Transparencia de la Democracia, que consiste en un conjunto de normativas que buscan reformular algunos aspectos de nuestra institucionalidad, con el fin de tratar de garantizar un mejor funcionamiento de nuestra democracia (más alejada de la corrupción y los escándalos).
Y si tienen buena memoria, se acordarán de algunos de los cambios que se introdujeron en esta nota que preparamos del tema. Pero como no la tienen (lo sentimos), explicaremos los puntos más importantes para entender para dónde va la cosa:
-Ahora los partidos políticos recibirán un aporte del Estado, que estará sujeto a la cantidad de regiones en donde estén inscritos y su representación en el Congreso.
-Para destinar de una mejor manera esos fondos, “sanear” las cifras de militantes y para establecer el Registro de Afiliados de cada partido (que también serviría para entender mejor nuestro padrón electoral), se les pidió que hicieran un refichaje de sus militantes, es decir, que se vuelvan a inscribir.
Nota: ojo, que por “sanear” nos referimos a que muchas veces hay gente militando en partidos sin necesariamente haberlo querido así desde un principio. Algo así ocurrió, por ejemplo, con aquellas personas que en la calle firmaron para salvar a las ballenas y que terminaron inscritas en un partido (cof, cof, en el PRO).
Era todo risas y felicidad, hasta que las colectividades se dieron cuenta de que no sería tarea fácil el asunto del refichaje. En un principio se acordó que deberían reunir 18 mil firmas cada una para poder mantenerse como partido, firmas que deberían estar esparcidas entre tres regiones contiguas u ocho separadas.
Con el pasar del tiempo, la meta se veía cada vez más lejana, sobre todo porque existía la exigencia de que dichas inscripciones tenían que hacerse de forma presencial. Y en un movimiento que muchos cuestionaron, el Servel dio el brazo a torcer frente a las presiones y aceptó que el proceso pudiera hacerse vía online.
Pero eso no bastó. La fecha final para poder juntar esas firmas es el 14 de abril y ahora, que los partidos se encuentran a casi un mes de la recta final, hay varios que desean jamás haber acordado esto del refichaje.
Precisamente ahora es cuando todo se pone más sabrosón. El 7 de marzo el Servel actualizó el total de afiliados a los partidos políticos y estos son los resultados en números de inscritos:
Como se puede ver, por el momento solo el PS, Evópoli y el PRO estarían a salvo en este proceso. Por su parte, el PR, el PC, el PPD y la UDI, todos tradicionales, están en peligro de desaparecer.
Nota: hasta el momento en el que se escribió este artículo, esta fue la última actualización que el Servel había entregado.
Ahora, el problema no es solo para los partidos, sino que también para los presidenciables. La norma del Servel sostiene que los candidatos a la presidencia deben ser apoyados por un partido que esté al día con el refichaje (es decir, que haya cumplido con las 18 mil firmas). Y en el caso de los independientes, deben tener un partido o un pacto electoral que apoye su candidatura (que también cuente con al menos 18 mil firmas).
Eso significa que candidaturas como las de Ricardo Lagos, que va por el PPD, estarían peligrando. Algo similar podría ocurrir con Sebastián Piñera, en el caso que decida oficializar su candidatura de la mano de RN.
¿Qué sucederá al 14 de abril? ¿Desaparecerán efectivamente algunas colectividades? No se sabe, pues puede que las instituciones salgan al paso con alguna fórmula para evitar que los partidos tradicionales se extingan. Después de todo, sería un hecho que reformularía todo el escenario político, y no se sabe si para mejor o para peor. Aunque también existe la opción que de aquí a un mes, todos logren conseguir las preciadas 18 mil firmas. ¿Podrán?