Sabemos que hay costumbres culinarias que dividen a las personas. Incluso tenemos un artículo sobre eso. Es que al final de cuentas, no todos podemos tener los mismos gustos: a algunos le gusta la pizza con piña, a otros los chunchules con pebre, a un grupo de personas le fascinan las “guatitas” y hay quienes disfrutan comiendo bichos. Espera, ¿qué?
Así es, hay gente que come bichos y existe un nombre para eso: entomofagia. De hecho, es algo bueno y la FAO (Agencia para la Alimentación y la Agricultura de la ONU) lo recomendó ya hace unos tres años. En parte, para acabar con el hambre en el mundo, pero también para aprovechar los nutrientes de estos no-tan-amigables-a-la-vista y crujientes pequeñines de la naturaleza.
Por ejemplo, si comparamos 100 gramos de termitas con 100 gramos de hamburguesa, no hay por donde perderse. El conjunto de aficionadas a la madera posee 50% menos de calorías, un 50% más de proteínas y un tercio menos de grasas.
Para saber más de este tema, hablamos con Rodrigo Leyton (27). Es chileno, bioquímico, emprendedor y se autodenomina entomófago. Durante un tiempo estuvo involucrado en un proyecto dedicado a optimizar la crianza de tenebrios, un tipo de escarabajo. Y aunque ya no es parte de esa iniciativa, sigue muy ligado al mundo de los bichos. ¿Por qué tanto? Principalmente porque se los come.
"Cuando tenía 15 años buscaba una alternativa a la carne por razones personales, espirituales y por respeto a los animales más cercanos a nosotros, que también son mamíferos. Los insectos representaron esa alternativa en cuanto supe sobre sus propiedades nutricionales, su disponibilidad de hierro, mucho mejor que la de las carnes vegetales o legumbres.
Más adelante también averigüé respecto de otras ventajas, sobre todo medioambientales. Desde ese entonces comencé a conseguírmelos a través de trampas, redes, a cazarlos y a recolectarlos".
"Los como con cierta regularidad, pero no sobre una base diaria. No hay mucha oferta y dependo mayoritariamente de la disponibilidad de biomasa presente por el clima, con incremento de ciertas especies por estación.
Evito comérmelos en contextos sociales donde estoy con personas que no saben que como insectos. Sin una introducción propia al tema, prefiero evitar exponerme o causarles disgusto a terceros".
"Las polillas del género Agrotis que son abundantes en primavera, las mariposas del género Pieris que son una especie introducida, las termitas, los gusanos de la harina (larva de un escarabajo), los grillos y los saltamontes.
Las que menos me gustan son las chinitas, pues son amargas (generan alcaloides amargos justamente para evitar que otros animales se las coman), y los abejorros amarillos, pues su exoesqueleto es muy grueso y queda mal al cocinarlo".
"Me ha dado una perspectiva de vida diferente y en parte ha marcado un antes y un después en mi relación con la naturaleza y con otras personas. Siento que tengo más personalidad a la hora de hablar de este tema, que usualmente genera primero algo de asco, pero luego curiosidad en la gente.
Es típico que comienzan a hacerte preguntas y se interesan por saber más. Así que este estilo de vida termina transformándose en una buena carta de presentación".
"Todos comienzan pensando que es algo desagradable, pero conforme aprenden más sobre ello lo ven más natural. Asumen que es parte de quien soy. Después de un tiempo ya a nadie le parece extraño que estando en un carrete yo atrape alguna polilla".
"Hay criaderos artesanales en diversos puntos de la Región Metropolitana, así como en zoológicos y parques zoológicos. Sin embargo, los insectos que se producen son para consumo animal".
"Actualmente los únicos distribuidores autorizados son las tiendas de mascotas, tiendas veterinarias y algunas tiendas de elementos para pesca. Los insectos que venden son para alimentar erizos de tierra, iguanas, lagartos, aves y algunos animales exóticos, o para cebos de pesca. La mayoría vienen deshidratados y son de importación. Sin embargo, más de una vez he obtenido insectos en estas tiendas y con la preparación correcta quedan igual de sabrosos".
"Como se consumen todas las carnes, bien cocinadas para evitar infecciones o enfermedades. Una vez hervidos, sofritos o fritos, dependiendo del insecto, elaborar distintos platos es un tema muy versátil, pues pueden ser utilizados para preparar pastas, chap sui, omelettes, ensaladas, postres, harinas proteicas o en brochetas".
"Los insectos son un complemento o una alternativa totalmente saludable a la carne industrial de vacuno, cerdo o pollo. Conforme busquemos reducir nuestra huella de carbono y optimizar el gasto de recursos, el consumo de insectos y pescados de acuicultura deberían ir en aumento.
Al ser tan versátiles de preparar, es solo una cosa de acostumbrarse y de crear una industria alrededor de ellos. Ya que hoy en día generan cierta curiosidad, en un tiempo más perfectamente podrían llegar a ser algo tan común como lo es hoy el sushi".