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Cuando éramos adolescentes pensábamos que tener un hijo sólo dependía de nosotros. Nos preguntábamos unos a otros si queríamos tenerlos, cuándo, cuántos e incluso si preferíamos hombres o mujeres. Pero crecimos y nos dimos cuenta, una vez más, de que hay cosas que no controlamos. Así como abundan los embarazos no deseados, también existe la situación contraria, que pese a ser mucho menos visible, es igual de extendida y, tal vez, mucho más dramática.
En Chile hay cerca de 350.000 parejas afectadas por la infertilidad, una enfermedad que, según dice la presidenta de la corporación Queremos ser padres, es comparada con el cáncer y el sida por la OMS, debido a la soledad, costo y el desgaste físico, psicológico y emocional que conlleva.
Sin duda, una vez agotadas las opciones y los esfuerzos por conseguir procrear de manera natural, la posibilidad de adoptar se vuelve cercana y real. Desde el año 2000 se han adoptado 6.642 niños en nuestro país. La mayoría de quienes toman esta decisión son parejas que tienen entre 30 y 45 años, de clase media, con estudios superiores y donde ambos padres trabajan. Cerca del 85% de quienes adoptan un hijo tienen problemas de infertilidad.
Actualmente hay 15.000 niños en centros de adopción esperando una familia idónea para ellos.
Por otra parte, nuestra sociedad ha cambiado. Según el último Censo, hay más personas solteras que casadas (Chile es el país con menos matrimonios de la OCDE). Como respuesta a este nuevo escenario, el Gobierno envió en junio un proyecto de ley al Congreso, que entre sus varias modificaciones a la Ley de Adopción, sube en la lista de prioridad para postular a adoptar a personas solteras y viudas. Se dejan en primer lugar matrimonios chilenos y en segundo los enlaces extranjeros y los solteros, que actualmente figuran en el último lugar.
Sobre la adopción, casi siempre se habla de lo engorroso que es el trámite. La primera buena noticia es que ese es el principal problema que ataca el proyecto de ley, mejorando los procedimientos y acortando los tiempos de espera que actualmente van del año al año y medio (o más). La segunda buena noticia, es que vale la pena... Y esto no lo digo a título personal. Me lo contó mi vecina que adoptó hace años dos niñitas que he visto crecer. También me lo dijo un compañero de trabajo que tuve y que hoy junto a su pequeño Pedro, espera la llegada del segundo hijo. Y me lo reafirmaron una amiga adoptada y su madre. A todos ellos les costó tomar la decisión, pero jamás los he visto arrepentirse de ella ni por un segundo.
Si estás pensando tomar esta decisión, acá te dejamos las características que la ley pide que cumpla la persona que quiere adoptar hoy en día:
Si cumples estos requisitos y eres chileno residente (el proceso para extranjeros es diferente), puedes acercarte a alguna oficina del Servicio Nacional de Menores (Sename) o de algún organismo acreditado ante él: Fundación Chilena de la Adopción, Fundación Mi Casa, Fundación San José para la Adopción, Instituto Chileno de Colonias y Campamentos y Hogares de Menores.
Una vez que ellos evalúen si se cumplen los requisitos legales y técnicos, te otorgarán un certificado de idoneidad a favor, que es esencial para la solicitud de adopción ante el tribunal competente. Al buscar siempre el bien de ese niño que fue entregado, abandonado o maltratado, las evaluaciones de los organismos son exigentes, ya que debes ser física, mental, psicológica y moralmente idóneo.
En el Sename o el organismo acreditado, te impartirán talleres, que una vez cursados, -y si sigues interesado en adoptar-, serán seguidos de una entrevista para ver la viabilidad de la solicitud y de una orientación acerca del procedimiento. Si todas las evaluaciones salen bien según la Unidad de Adopción Regional, pasarás a ser una persona residente en Chile interesada a adoptar un niño según el artículo 5 de la Ley N 19.620 ¿En español? Ya estarás en lista de espera para ser padre/madre, espera que puede durar entre 12 y 30 meses.
Existe la posibilidad de no pasar esa prueba. En esos casos las personas son derivadas a terapia, para ser reevaluados después de cumplido el proceso terapéutico. De ser negativo el resultado final, se da a conocer al interesado los fundamentos del rechazo, que muchas veces se debe a que el profesional que los trató detectó alguna patología o que considera que la pareja busca resolver con un hijo su quiebre en la relación.
Esta es una decisión seria y personal. El artículo no tiene otro objetivo que informar sobre el tema, pero si estás evaluando la opción, te dejamos este link para que voluntariamente completes el formulario que el Sename ofrece para ingresar a los Registros Generales de la Unidad de Adopción, del Servicio Nacional de Menores.